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Dustin Poirier, el diamante que dejó las peleas callejeras para convertirse en leyenda de la UFC

En el mundo de las artes marciales mixtas (MMA) hay muchos peleadores que son recordados. Sin embargo, pocos son tan respetados como Dustin Poirier. El Diamante, como se le apoda, ha sido capaz de dejar una huella imborrable en la disciplina a base de peleas memorables, momentos históricos y una actitud impecable tanto dentro como fuera de la jaula. Es uno de los atletas más queridos y valorados de la UFC, aun cuando nunca fue campeón indiscutido de la compañía. Solo llegó a portar el interino. Pero esto no ha sido un impedimento para forjarse como una leyenda del deporte. Ahora, después de toda una vida por y para el combate, en la que con sus puños y forma de ser ha cautivado miles de corazones, El Diamante de Luisiana dice adiós . Pero dice adiós bajo sus propios términos. En su casa y contra otra leyenda de la compañía, Max Holloway. Los orígenes del estadounidense se remontan a Lafayette, Luisiana, muy cerquita de Nueva Orleans, donde tendrá su última contienda. Este fue criado por su madre y abuela, pero la zona en la que se encontraba no destacaba por cosas positivas. A muy temprana edad empezó a adentrarse en peleas callejeras , lo que lo llevaron a abandonar sus estudios. En ese clima conoció a la que a día de hoy sigue siendo su esposa y uno de los pilares de su vida . Vida la cual auguraba nada bueno en el ecosistema en el que el joven Poirier se movía. Ahí es donde la figura de su esposa y las MMA emergen como pilares que, a posteriori, cambiarían la vida del de Luisiana. Este sacó su energía de las peleas callejeras para enfocarlas en el deporte. Se alejó de los vicios, los conflictos y las malas compañías. Así, dio comienzo su etapa amateur, en la que no tardaría en destacar. Siete triunfos lo llevaron a dar el salto a profesional, buscando una posibilidad para ganarse la vida. Otras siete victorias en poco más de un año llegaron en el terreno pro. El Diamante comenzaba a forjarse. Fue fichado por la compañía WEC, en cuyo estreno aprendería a lo que sabe una derrota. Pero una piedra preciosa de tal calibre se caracteriza por su dureza, por lo que se repuso con maestría. Entonces llegó la UFC. Esta se hizo con WEC, por lo que todos sus luchadores se internaron entre sus filas. El nivel subía, pero Poirier resistía. Dentro de la promotora de Dana White cosechó cuatro triunfos al hilo, uno de ellos con el propio Max Holloway , hasta volver a caer contra Chan Sung Jung. Con otras cuatro peleas exitosas y un tropiezo más, le tocaría enfrentar a un peso pluma (145 libras o 65, 8 kilos) que venía pisando fuerte, Conor McGregor. El irlandés fue capaz de meterse en su mente y provocarlo. Esto terminó en una victoria de The Notorious. No obstante, en el futuro volverían a encontrarse. En este punto, Dustin Poirier tomó la decisión de ascender a la categoría del peso ligero (155 libras o 70, 3 kilos), donde mostró su mejor versión como peleador. Obtuvo ocho triunfos en diez combates (una quedó sin resultado), dando peleas legendarias como contra Eddie Álvarez, Anthonny Pettis o Justin Gaethje. Estos duelos fueron clave en su carrera, pues demostraron de qué estaba hecho. «Quiero que me recuerden como aquel tipo que cuando entraba al octágono sabías que iba a ser una batalla , que iba a ser una guerra que no te podías perder. No quiero que me recuerden como alguien que entraba ahí para ganar una pelea por decisión. Entraba ahí, lo daba todo y me ponía en peligro para conseguir finalizaciones y siempre lo dejaba todo dentro. Solo quiero que me recuerden como un perseguidor de sueños», revelaba en una entrevista exclusiva para ABC MMA . Todo ello le brindó la oportunidad de disputar el cinturón interino de la categoría, precisamente contra Max Holloway . Tras una encarnizada batalla, el brazo del de Luisiana era levantado al finalizar. Dustin Poirier era campeón interino de la UFC. Después de una vida dedicada al combate lo logró. Con clara emoción en sus ojos recibía el premio más deseado por todos los que se dedican a las MMA. Sin embargo, al momento de unificarlo contra Khabib Nurmagomedov acabó sometido. Se le escapaba el trono entre sus dedos. Como acostumbra, no volvió con un combate sencillo, sino con una guerra de cinco asaltos ante Dan Hooker. Aunque todavía rondaba por las inmediaciones del título, surgió una oferta que no pudo rechazar. Conor McGregor regresaba después de un año listo para enfrentar a El Diamante. Este vio una oportunidad de oro para obtener el mejor pago de su carrera y su venganza, acumulada desde 2014. La rivalidad estaba servida, pero para este segundo choque algo había cambiado. El irlandés mostró una actitud amigable, nada que ver con la actitud que había llevado durante toda su carrera. Ya en el combate, el resultado fue muy distinto a la vez anterior. Dustin Poirier noqueó a Conor McGregor , silenciando al mundo. El ex doble campeón no se iba quedar de brazos cruzados, por lo que inmediatamente se fijó la revancha. El resultado no pudo ser peor para McGregor. Tras ser dominado en el primer asalto, se partió la pierna , lo que prácticamente lo ha llevado al retiro. Con esos dos éxitos, volvería a disputar el cinturón, esta vez contra Charles Oliveira. Parecía que, ahora sí, le tocaba el turno de convertirse en rey. Es más, tuvo sus momentos en los que llegó a sentar al brasileño con sus manos. Pero este se repuso y en el tercer asalto lo sometió. Otra vez se evaporaba la oportunidad de ser campeón indiscutido. Incluso al salir en rueda de prensa, un afectado Poirier dio indicios de que se podría retirar. Pero bajo presión se forman los diamantes. Venció a Chandler y perdió ante Gaethje. Parecía que los momentos del estadounidense como pilar de las 155 libras se acababan, más aun cuando lo programaron, casi a modo de carnaza, contra Benoit Saint-Denis, alguien con el cartel de promesa. Y a pesar de un inicio complicado, salió por todo lo alto con un nocaut bajo el brazo. Otra vez estaba a las puertas. De nuevo, tendría la chance de conseguir el oro, ahora contra Islam Makhachev. Y después de cinco asaltos de infarto, volvió a perder sometido . El cinturón indiscutido de la UFC es una espina que no se ha podido sacar. Aun así, no le ha hecho falta para consagrase como leyenda. Después de auténticas batallas, nunca decir que no , y estar dispuesto al todo por el todo, Dustin Poirier pondrá fin a su carrera. Lo hará contra otro histórico, Max Holloway, y en su casa. Alguien que ha vivido por la lucha no se puede ir de otra manera que no sea peleando. Después del UFC 318 no se cierra un capítulo para Dustin Poirier, sino para la historia de las MMA.
abc.es
hace alrededor de 6 horas
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