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La victoria más surrealista y acrobática en la historia del atletismo

«Recordé mi época como gimnasta. No sabía lo cerca que venían las otras, así que solo seguí». Brooklyn Anderson describe con naturalidad el increíble final que protagonizó en la final de los 100 metros vallas del 100 metros del campeonato estatal juvenil celebrado en Eugene, estado de Oregón (Estados Unidos). Anderson, estudiante en el instituto de Thurston, en la ciudad de Springfield, lideraba con solvencia la carrera de velocidad hasta que llegó al último obstáculo. No midió bien, tropezó y se fue al suelo. Sin embargo, la joven atleta rememoró sus años de formación en otra disciplina deportiva, gimnasia, y con gran rapidez ejecutó sobre la pista dos rápidas volteretas para salir del problema y atravesar la línea de meta en primer lugar, marcando un registro de 14,93 segundos. Tras colgarse la medalla de oro y bajarse de lo más alto del podio, Brooklyn reconoció que apenas tenía conciencia de lo sucedido: «Todo lo que recuerdo es haber vuelto a mi carrera de gimnasia. No estaba segura de a qué distancia estaban las demás detrás de mí, así que simplemente sabía que debía seguir adelante, porque quería llegar primera». «Me sentí orgullosa y muy feliz. Nadie me había aclamado tan fuerte antes», añadió.

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