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Portugal amansa a la selección

Dos años y dos meses después, la selección muerde el polvo. Pierde un partido y la final de la Liga de Naciones luchando por ganar, sin volver la cara, ambiciosa. Pero es inferior a Portugal, a sus jóvenes talentos, al juego de alta escuela de los lusos. Con todo merecimiento gana la tropa de Cristiano. Morata, lánguido y pálido, falló el único penalti en la tanda eliminatoria. Miles de teléfonos se desconectan de las plataformas unos segundos después de que la megafonía anuncie en alaridos la alineación de Portugal. En ese instante se siente el rugido de la grada norte donde se ubica la afición española. Carlos Alcaraz acaba de ganar Roland Garros y, por una de esas casualidades de la vida, el locutor presenta al equipo propuesto por Luis de la Fuente. 'Con el número 23, Unai...'. España se apresta a agenciarse otro trofeo. Deporte en ebullición, tarde de 'sillón-ball' en nuestro país. El partido amanece con novedades en el equipo español. Mingueza, el defensa que salió del Barça por la puerta de atrás y se ha impulsado en el Celta, y Fabián, el único internacional que no ha perdido un partido con la selección. Dos retoques afianzan el juego de España, que ya es fluido como el cauce del Sella. Fabián aporta elaboración, conducción y pierna sólida frente a los escurridizos medios del PSG, con Vitinha al mando. Pedri conecta a la primera con Zubimendi y Fabián, y a España le circula la pelota, le llega veneno por los extremos, más activo Nico Williams esta vez. Y en la seguridad del método, la confianza que dan las victorias y el respaldo de un equipo que se lo cree, vienen los goles. Lamine suelta una picadita que es una bomba cerca de Diogo Costa y del rechace saca petróleo Zubimendi. El gol da soporte a la selección, que juega fácil, encuentra espacios y puede correr. No tiene el balón en tan elevado porcentaje como siempre, Portugal es de la misma escuela. Empatan los portugueses por calidad y destreza al combinar. Nuno Mendes penetra como una katana y marca un gol soberbio. A Portugal le cuesta gestionar la leyenda de Cristiano, que no defiende y es mucho más lento. Seguramente hará gol para contradecir esa versión, pero en la primera mitad es más rémora que otra cosa. España fabrica una delicia en el segundo gol, siempre la mirada al frente, atacar y hacer daño por encima de todo. El balón magistral de Pedri y el toque suave de Oyarzábal a la red. El delantero de la Real Sociedad se ha quedado con el '9' de España y a ver quién le dice lo contrario. Portugal asume el gobierno del partido con personalidad y buen gusto. Es un equipo con talento que se aplica a las virtudes de sus futbolistas. Nuno Mendes, el lateral del PSG, da un curso por la banda izquierda. Es una centella, prodigio físico que se mueve a la velocidad de la luz y funde durante muchos minutos a Lamine, a quien iguala en rapidez de giro. La maquinaria con Vitinha campeón de Europa ha empezado a engrasar y España persigue sombras. No le gusta al grupo de De la Fuente la tarea de parchear y tapar y por ahí se nota padecimiento porque Ronaldo, claro, deja mal a cualquiera. Con el gol a la vista, rejuvenece el viejo gladiador, impone su físico, se merienda a Cucurella en el duelo de cuerpos y hace el tanto del empate. Es la voracidad del tiburón, su manera de ser. El catalán Roberto Martínez quiere ganar la final, lo demuestra con los cambios, gente de ataque, Leao amenaza a Mingueza y Le Normand cada vez que se lanza por la derecha. Y España exhibe grandeza en esas circunstancias. No especula, sus jugadores reciben y se giran hacia la portería de Portugal. Van cuatro goles y la selección quiere más. Isco la tiene en un gran derechazo. Oyarzabal sigue buscando con picardía, aunque en fuera de juego. La realidad puede con Cristiano, se tira al césped, minuto 88, no puede más, el cuádriceps dice. Los años tal vez. Unai saca el guante para frenar un golpeo de Fernandes que iba a gol. No hay más, prórroga en Múnich. El tiempo extra decreta más sudores fríos para la selección. Leao está provocando un destrozo por la derecha, Nuno Mendes aún tiene fuelle, Lamine no puede con él y Portugal se aproxima al gol. Sin Pedri, Nico y Lamine a España le cuesta imponer la creatividad. Entre Isco, Yeremy y Baena amortiguan el vendaval de Leao, el partido tiene emoción, pero menos claridad. Los equipos firman un plebiscito y la final acaba en penaltis. Los portugueses los tiran de cine y también los españoles. Morata lo lanza como desganado, al bulto y España cae por primera vez en dos años.
abc.es
hace alrededor de 22 horas
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