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España se juega su influencia económica con el baile de puestos financieros en Europa

España se juega su influencia económica con el baile de puestos financieros en Europa
La salida de Donohoe como presidente del Eurogrupo abre el juego de negociaciones entre los países de la UE, donde también entran las futuras vacantes del BCE. El Gobierno de España tiene que decidir a qué caballo ganador juega para no perder poder: el club de ministros económicos o la institución monetariaLa dimisión de Donohoe abre la puerta para que Cuerpo se vuelva a postular para presidente del Eurogrupo La Unión Europea funciona como un gran mercado de favores. Un día hay que ceder el paso a un país para que obtenga un puesto de relevancia en la arquitectura institucional europea para que en otro momento se devuelva la concesión con el pago en forma de respaldo para conseguir otro sillón deseado. El anuncio de la dimisión del ministro irlandés de Finanzas, Paschal Donohoe, para ser director gerente del Banco Mundial, ha abierto la espita del juego diplomático en Bruselas para aspirar a la presidencia del Eurogrupo. La vacante en el club que reúne a los ministros de Finanzas de la zona euro ha abierto una liza en un momento en el que están en disputa otros centros europeos de poder económico y cuando hay una fuerte pulsión en la UE por eliminar los avances en la agenda verde y reducir la regulación en pos de la competitividad. En este nuevo campo de juego, el Gobierno español va a tener que decidir qué tipo de partida quiere jugar ante los cambios que se avecinan si no quiere perder influencia en el tablero europea. Además del puesto como presidente del Eurogrupo, al que hace unos meses se postuló el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, también tiene que haber renovación en mayo de 2026 del sillón de Luis de Guindos, que ahora es vicepresidente del BCE, mientras que José Manuel Campa dejará la presidencia de la Autoridad Bancaria Europea (ABE) en febrero del año que viene. Si no eran pocos cambios, en octubre de 2027, la actual presidenta del BCE, Christine Lagarde, tendrá que dejar el cargo. España ya tiene la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que ocupa la exministra de Economía Nadia Calviño. El Ejecutivo de Pedro Sánchez tiene ahora que valorar cuál puede ser su caballo ganador en la competición para no perder influencia económica en Bruselas cuando hay un proceso de derechización en marcha en Europa, una vez que los conservadores han roto el cordón sanitario que evitaba votar conjuntamente con la ultraderecha. La UE se encuentra en una encrucijada. Frente a bloques económicos que desprecian la sostenibilidad medioambiental o denuestan el mínimo control regulatorio para las empresas, la UE se está viendo presionada para rebajar todos los avances de la agenda verde que se consiguieron la anterior legislatura europea. No es un mal que solo aqueje al viejo continente, a todos los niveles el negacionismo climático se trata de imponer como se está observando en la cumbre climática de la COP30. Por ejemplo, BusinessEurope, el mayor lobby empresarial de la UE, está presionando a las instituciones comunitarias para conseguir en los próximos meses “acelerar la reducción de la carga regulatoria de la UE para facilitar los negocios”, otorgar “una fuerte protección” a la industria europea frente a la descarbonización “hasta que haya un campo de juego equilibrado” o que en términos de empleo, “la UE no debe rehuir la necesaria simplificación en la legislación social”. “Otros seis años de inacción y de crecimiento perdido” Este viernes, Lagarde ha señalado que la economía europea está “orientada hacia un mundo que está desapareciendo gradualmente” y que Europa tiene un “viejo modelo de crecimiento” que acrecenta su “vulnerabilidad”. La presidenta del BCE acusó a los responsables políticos de desperdiciar los últimos seis años con un “mercado interno se ha estancado”. “Otros seis años de inacción y de crecimiento perdido no solo serían decepcionantes, sería irresponsable”, sentenció Lagarde. De hecho, la inacción ha sido una de las características que se le achacaba a Donohoe como presidente del Eurogrupo. Cuando Cuerpo presentó su candidatura el pasado junio, el ministro argumentó que era necesario “un impulso renovado a una institución que debe jugar un papel clave en la agenda política europea y lograr resultados tangibles en materia de crecimiento, competitividad, estado de bienestar e integración”. Fuentes del Gobierno admiten que “desde entonces, nada ha cambiado”, con lo que sería normal que se volviera a presentar “si tiene los respaldo suficientes”. Ahora bien, un mismo país no suele disfrutar de dos puestos relevantes en instituciones europeas y ya hay quinielas sobre los posibles candidatos al Eurogrupo. Por un lado, está el viceprimer ministro belga, Vincent Van Peteghem, como uno de los favoritos, aunque en su contra juega el veto de Bélgica a que la UE pueda utilizar los activos congelados rusos para financiar a Ucrania en su guerra con Rusia y la inestabilidad del Gobierno belga, una coalición que ha pedido 50 días para tratar de sacar adelante los Presupuestos o anunciará elecciones. También para el Eurogrupo se ha colocado al ministro de Finanzas de Grecia, Kiriakos Pierrakakis, que al igual que el candidato belga es de la familia de partidos pertenecientes el PP Europeo. No hay que olvidar que los conservadores son mayoría en el seno del grupo de ministros económicos. Hay ciertas dudas de que Alemania o Francia cedan este puesto a Pierrakakis, pero el griego se deja querer y ya ha dicho que el primer debate político sobre la sucesión en la dirección del Eurogrupo tendrá lugar “donde debe tener lugar, en el Partido Popular Europeo” y quela simple candidatura es la prueba de que “Grecia ahora aporta una verdadera credibilidad debido al camino que ha seguido”. Las opciones de Cuerpo ¿Tiene Cuerpo posibilidades de ganar? Sí, España es de las economías más sólidas de la UE, que se ha posicionado con Alemania, Francia, Italia y Holanda para impulsar el papel del Eurogrupo. Para España sería importante, ya que el presidente de este club asiste a foros internacionales como el G7 y el G20, donde se reúnen los países más poderosos del mundo. Ahora bien, también tiene sus pegas, la primera es que como Gobierno socialista, no es de la familia política de la mayoría, y la buena relación de España con China levanta resquemores en países como Alemania, cuyo ministro de Finanzas, Lars Klingbeil, asegura que la UE debería presentar “un frente unido ante China”, según informa Reuters. También hay países que ya han anunciado que podrían respaldar a Cuerpo. El ministro de Finanzas de Italia, Giancarlo Giorgetti, ha apuntado que podría apoyar a su homólogo español para la presidencia del Eurogrupo, según informa Bloomberg. ¿A cambio de algo? Los italianos podrían estar muy interesados en el puesto de vicepresidente que deja De Guindos en el BCE en mayo, una posición a la que el Gobierno finlandés ya ha pedido que sea para Olli Rehn, que ahora es el presidente de su banco central. Otras cuatro posiciones en el BCE quedarán libres en los próximos dos años, desde el economista jefe, Philip Lane, al puesto en el comité ejecutivo de Isabel Schnabel. Ahora bien, España también podría apostar por tratar de ganar la presidencia del BCE, aunque es un puesto difícil y Alemania va a tratar de jugar fuerte esta carta ante la situación económica desfavorable que vive. Lagarde ya ha dejado caer a un posible sucesor cuando tenga que abandonar la presidencia en 2027: el elegido es el expresidente del banco central de los Países Bajos Klaas Knot, considerado un halcón, seguidor de la política monetaria más ortodoxa centrada en rebajar la inflación por encima de otras premisas. También está colocado como favorito Joachim Nagel, actual presidente del Bundesbank de Alemania y miembro del consejo de gobierno del BCE. Nagel no ha tenido problemas para declarar que ya pertenecer a este órgano de la institución monetaria le da mayores opciones: “Cualquier banquero central que forme parte del Consejo de Gobierno del BCE debería ser elegible para ocupar el puesto más alto en el sistema del euro”. El anterior gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, cuenta con cierto prestigio profesional en la sede de la institución monetaria en Frankfurt. Sin embargo, el actual presidente del Banco de Pagos Internacionales nunca tuvo una buena relación con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, del que le separaba visiones diferentes de política económica. Se llegó a rumorear que Hernández de Cos estaba entre los candidatos a ser ministro de Economía en un futuro gobierno del PP. España podría proponer al actual gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, o recuperar a Margarita Delgado, ex subgobernadora del Banco de España, que fue propuesta para ser la presidenta del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), el sistema de supervisión bancaria de la Unión Europea, pero que dejó el camino libre a la alemana Claudia Buch, en ese momento vicepresidenta del Bundesbank, para que Calviño accediera a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones. Un mercado de favores.

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