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El peculiar caso de Felipe Miñambres, de canterano a presidente pasando por todos los puestos del escalafón

Cuando el futbolista medio da el paso de colgar las botas, lo más habitual es que el siguiente paso en su carrera sea disfrutar de una vida más reposada, sin entrenamientos, sin viajes, solo aprovechando los réditos de sus diferentes contratos. Sin embargo también los hay que cuando se ven obligados a abandonar los terrenos de juego, ya sea por culpa de un físico o una mente que ya no responden igual, siguen ligados a su deporte pero en otro papel. Así la mutación más clásica es la de jugador a entrenador, como es el caso por ejemplo de Xabi Alonso , nuevo técnico del Real Madrid. Sin embargo hay casos excepcionales que van un paso más allá. Personajes que por su amor al fútbol son capaces de evolucionar sin fin para ascender sin fin por los escalones de la vida futbolística. Desde este miércoles el mejor ejemplo en España de este multiusos del fútbol es Felipe Miñambres (Astorga, 29 de abril de 1965) . El exfutbolista, consejero del Tenerife desde el pasado 9 de abril y próximo director general de la entidad tinerfeña, ha asumido también la presidencia del club tras relevar a José Daniel Díaz Armas, completando un currículum al alcance de muy pocos. Tras una redistribución de cargos aprobada el pasado lunes en el Consejo de Administración, el Tenerife oficializó el nuevo cargo de Miñambres, cuarto exjugador blanquiazul con más partidos disputados y que es ya el vigesimocuarto presidente del club en sus casi 103 años de historia . «Completó una brillante etapa como futbolista del club isleño: 357 partidos oficiales y 40 goles en diez temporadas como blanquiazul, siempre en la máxima categoría del fútbol español», destacaba la nota oficial sobre el nuevo presidente, que intentó condensar una prolífica y variada carrera en el deporte rey, primero en el césped y después con «casi 20 años de experiencia en los banquillos y en los despachos». El astorgano, de 60 años , puede decir que es el único caso en el fútbol español de futbolista que después se reconvirtió en entrenador, director deportivo y, finalmente, presidente. Para encontrar un caso similar hay que acudir nada menos que a una leyenda del Bayern Múnich como el alemán Franz Beckenbauer. Como futbolista inició su carrera en la élite desde la cantera del Sporting de Gijón tras pasar por el Atlético Astorga y el Zamora. En apenas un año, en 1987, saltó al primer equipo y una campaña después se afianzó como titular. Ya de rojiblanco además de por su juego ganó notoriedad en España por convertirse en el primer jugador que se acogió, en el verano de 1989, al decreto 1006 que fijaba las cláusulas de rescisión de contrato, una herramienta que hoy día es común pero que hasta aquel entonces nunca se empleaba. Con esa maniobra logró enrolarse en las filas del Club Deportivo Tenerife, club en el que definitivamente se hizo un nombre. Miñambres fue parte importante del crecimiento del equipo insular, actor principal en los dos nefastos desenlaces ligueros que el Real Madrid vivió en el Heliodoro Rodríguez López, y en las andaduras europeas del Tenerife. Hasta tal punto se hizo notar que acabó reclutado por Javier Clemente para el Mundial de Estados Unidos 1994 . En total, entre 1989 y 1994 jugó seis partidos con la camiseta española y sumó dos goles. Decidió colgar las botas en 1999, con 34 años, cuando el equipo canario descendió a Segunda. Pero no abandonó al equipo de sus amores, pues cambió la hierba por la línea de cal, iniciando su carrera en los banquillos . Tras el del Tenerife ocuparía los del Hércules, Salamanca, Alicante, Lleida, Rayo Vallecano y Levante. Con la labor de entrenador se fueron solapando las responsabilidades como director deportivo , siguiente cargo que pasó a ocupar en su carrera y que le llevó por clubes como Rayo, Celta de Vigo y Levante. Ahora, con su silla presidencial de nuevo en Tenerife Felipe Miñambres echa el cierre al círculo que le ha llevado a todos los escalafones de la vida futbolística, igualando al mito Beckenbauer. Al ritmo que ha evolucionado en su carrera aún tiene tiempo de superar al alemán, pero para hacerlo ya tendría que lanzarse a por la presidencia de la RFEF, la UEFA o la FIFA.

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