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Carlos III en el Parlamento de Canadá: "El Gobierno protegerá los derechos soberanos ante cualquier desafío de fuera"

Carlos III en el Parlamento de Canadá: "El Gobierno protegerá los derechos soberanos ante cualquier desafío de fuera"
El monarca británico, que también es el jefe de Estado de Canadá, da el discurso inagural de la nueva legislatura en Ottawa por primera vez en 48 años y en medio de las provocaciones de TrumpEl liberal Mark Carney consigue la victoria en Canadá tras el vuelco electoral impulsado por las amenazas de Trump La última vez que una reina inauguró el Parlamento canadiense el primer ministro era Pierre Trudeau, el padre de Justin, Star Wars se acababa de estrenar en los cines, una máquina llamada ordenador personal debutaba en las tiendas, el presidente de Estados Unidos era Jimmy Carter y Donald Trump era un aspirante a promotor inmobiliario que no había construido nada en Manhattan. Este martes el rey Carlos de Inglaterra se ha encontrado un panorama muy diferente respecto a aquel octubre de 1977 en el que la reina Isabel dio su discurso formal como jefa de Estado de Canadá en Ottawa. El monarca ha leído un discurso escrito en su mayoría por el Gobierno canadiense con un mensaje que sonaba a reafirmación de la identidad nacional frente a las amenazas de Trump. “El Gobierno va a cumplir con su deber de proteger a los canadienses y sus derechos soberanos ante cualquier desafío de dentro o de fuera”, dijo en un discurso en inglés y en francés, las dos lenguas oficiales de Canadá. Este mensaje lo pronunció en los dos idiomas. En francés, subrayó que, para defender “la soberanía” del país, el Gobierno reforzará las fuerzas armadas entre sus prioridades para la nueva legislatura. También sugirió que Canadá buscará nuevos aliados lejos de Estados Unidos. “Las relaciones de los canadienses con sus socios están cambiando. Muchos canadienses están nerviosos y preocupados por los cambios a su alrededor, pero éste es un momento de una oportunidad increíble para la renovación... Canadá está lista para construir una coalición de países que compartan sus valores, que crean en la cooperación internacional y el intercambio libre y abierto de bienes, servicios e ideas”, dijo Carlos III. En varias ocasiones, subrayó la importancia del libre comercio, la ayuda internacional y el valor de la sociedad multicultural. El rey resaltó la “identidad única” de Canadá y en particular mencionó a los pueblos indígenas y pidió un “camino a la reconciliación en palabras y hechos”. También insistió en que Canadá es “libre y fuerte”. La monarquía en Canadá La invitación a Carlos III decidida por el nuevo primer ministro, Mark Carney, ya era excepcional. Desde 1977, el rito del discurso lo ha seguido el representante de la corona británica como una pura formalidad en un país donde sólo una minoría quiere mantener la reliquia de la monarquía. Canadá es uno de los países menos propensos a la corona de los 15 de la Commonwealth que la conservan con funciones ceremoniales, pero el respaldo al monarca británico como jefe de Estado ha aumentado en los últimos meses, según una encuesta de marzo.  La ola de cierta simpatía a Carlos coincide con las insistentes declaraciones de Trump de que quiere convertir a Canadá en “el estado número 51” de Estados Unidos en lo que parece una mera provocación más -no hay rastro de que haya planes de anexión del país vecino- que, entre otras cosas, propició en abril la victoria de Carney, del Partido Liberal de Trudeau. Carney ha pasado parte de su carrera en el Reino Unido, donde estudió y fue gobernador del Banco de Inglaterra entre 2013 y 2020. Gesto defensivo La invitación de Carney al rey Carlos se interpreta como un gesto defensivo contra Trump, que está especialmente interesado en la realeza. En febrero, el primer ministro británico, Keir Starmer, intentó alabar a Trump en el Despacho Oval con una carta de invitación del rey a una segunda visita de Estado -ya recibió una en su primer mandato-. El primer ministro laborista agitó con entusiasmo la misiva delante del presidente de Estados Unidos para mofa o bochorno de sus ciudadanos, muy críticos con Trump. Esto sucedió unos días antes de la encerrona de Trump y su vicepresidente al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que fue recibido después de manera calurosa por Carlos en su residencia a las afueras de Londres.  Trump ha sugerido que su visita formal al Reino Unido será en septiembre, pero ni el Gobierno británico ni el Palacio de Buckingham lo han confirmado.  El rey Carlos III con la jefa de la Asamblea Nacional de las Primeras Naciones, Cindy Woodhouse, en la residencia del gobernador británico de Canadá, en Ottawa este martes. En su visita de dos días a Canadá, Carlos III y su esposa Camila se han encontrado con representantes de pueblos indígenas y han asistido a un partido de hockey. El rey plantó un árbol y fue recibido en el Senado con cañonazos, tambores y violines después de un desfile en coche de caballos. El canto a las tradiciones canadienses se ha repetido en los últimos meses. En un intento por marcar la distancia con el vecino del sur, Carney insiste en la identidad distintiva de su país, “construido sobre los cimientos de tres pueblos, indígena, francés y británico”, según dijo en marzo. A diferencia de Starmer, ha sido contundente incluso delante de Trump, sea en su defensa de la soberanía de Canadá como en su rechazo de los aranceles. El presidente de Estados Unidos no ha llamado hasta ahora “gobernador” al primer ministro canadiense como hizo con Justin Trudeau. El rey Carlos III saluda al público tras una ceremonia de plantación de un árbol este lunes, en Ottawa.

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