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La ONU denuncia la ejecución sumaria de uno de sus trabajadores a manos de Israel en Gaza: "Fue asesinado a golpes"

La ONU denuncia la ejecución sumaria de uno de sus trabajadores a manos de Israel en Gaza: "Fue asesinado a golpes"
"Kamal fue asesinado por uno o varios golpes en la parte posterior del cráneo", ha denunciado el comisario general de la agencia de la ONU para los refugiados palestinosGolani, la temida brigada israelí responsable del asesinato de 15 trabajadores humanitarios en el sur de Gaza El pasado 23 de marzo, Kamal, trabajador de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), salió de su casa en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, con su chaleco de la ONU. Arrancó su vehículo, claramente identificado como de la ONU, y en la hora siguiente, su organización perdió todo contacto con él. “Su paradero permaneció desconocido durante una semana”, denunció este miércoles en un comunicado Philippe Lazzarini, comisario general de UNRWA. El 30 de marzo apareció el cadáver de Kamal cerca de una fosa común “junto a los restos humanos de los trabajadores humanitrarios de la Media Luna Roja asesinados por las fuerzas israelíes”. “Kamal fue asesinado por uno o varios golpes en la parte posterior del cráneo y luego fue enterrado junto a los otros miembros del equipo de la Media Luna Roja”, señala Lazzarini. La UNRWA ha pedido explicaciones a Israel sobre el asesinato, pero no ha recibido ninguna. Kamal, que deja atrás a su esposa e hijos, llevaba más de 20 años trabajando en la agencia de la ONU que era la principal red de apoyo humanitario en toda la Franja de Gaza. “Es un caso más de los que ya son demasiados. La impunidad abre la puerta a más atrocidades. Exigimos investigaciones independientes sobre su asesinato y el de todos los demás trabajadores de UNRWA”, escribe Lazzarini. Israel ha matado ya a 310 trabajadores de la agencia de la ONU desde el inicio de su guerra de castigo. Más que en ningún otro conflicto. Aquel 23 de marzo, los soldados israelíes dispararon y atacaron un convoy de ambulancias, camiones de bomberos y vehículos de la ONU. Además de Kamal, otros 14 trabajadores humanitarios fueron asesinados, 8 de ellos de la Media Luna Roja Palestina. En la primera versión oficial, Israel alegó que el convoy se acercó con las luces apagadas y de manera sospechosa. Sin embargo, un vídeo recuperado del móvil de una de las víctimas reveló que los vehículos y sus ocupantes iban perfectamente identificados y con las sirenas puestas, desmintiendo así las mentiras de Israel. En un principio Israel alegó también que los disparos se produjeron desde lejos, pero un análisis de audio realizado por la BBC con el vídeo grabado con el móvil de una de las víctimas revela que estos empezaron a unos 43 metros de distancia y acabaron a 12 metros, lo que se considera distancia corta. Hubo más de 100 disparos. El rescate El escándalo salió a la luz cuando el pasado 30 de marzo, Jonathan Whittall, jefe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) en Palestina, relató la agónica operación de rescate de los 15 trabajadores humanitarios asesinados. El propio Whittall, que estuvo trabajando en la fosa común para sacar los cadáveres, también ha criticado la investigación castrense. “Una falta de rendición de cuentas real debilita el derecho internacional y hace del mundo un lugar más peligroso. Sin rendición de cuentas, nos arriesgamos a seguir viendo atrocidades”, expresó. 1/6 First responders should never be a target. Yet today @UNOCHA supported @PalestineRCS and Civil Defense to retrieve colleagues from a mass grave in #Rafah #Gaza that was marked with the emergency light from one of their crushed ambulances. pic.twitter.com/xFYFXWp2c6— Jonathan Whittall (@_jwhittall) March 30, 2025 Cuando Whittall publicó lo sucedido el 30 de marzo, contó que la OCHA intentó coordinar con Israel una misión para acceder a la zona del ataque y recuperar a los muertos. “Pero solo se nos permitió el acceso cinco días después”. Cuando por fin consiguieron entrar, se encontraron con “centenares de civiles huyendo bajo disparos”. “Vimos como una mujer recibía un disparo en la parte trasera de la cabeza. Cuando un joven intentó recuperarla, también le dispararon. Pudimos recuperar su cuerpo utilizando nuestro coche de la ONU”. Whittall tuvo que retirarse junto a su equipo y volver al día siguiente. Al llegar descubrieron “una escena devastadora: ambulancias, el coche de la ONU y el camión de bomberos habían quedado machacados y parcialmente enterrados”. “Tras pasar horas cavando, recuperamos un cadáver; un trabajador de la Defensa Civil debajo de su camión”. Un día después, el equipo finalmente siguió cavando y recuperó todos los cuerpos enterrados. La investigación Tras quedar expuestas las mentiras iniciales de Israel, el Ejército publicó el pasado mes de abril las conclusiones de su investigación, que en la práctica es una justificación del asesinato de un grupo de paramédicos que estaban operando perfectamente identificados y que acabaron enterrados en una fosa común a la que Israel no dio acceso hasta una semana después. El informe del ejército israelí reconoce “errores profesionales” y “malentendidos”, pero justifica la acción de los soldados e incluso alaba a los responsables pese a admitir abiertamente que mintieron. Entre halagos, el Ejército israelí anuncia la destitución del comandante adjunto de la unidad que realizó el ataque. “El comandante adjunto del batallón consideró que los vehículos eran de las fuerzas de Hamás, que habían llegado para asistir a los pasajeros del primer vehículo. Bajo esta impresión y sensación de amenaza, ordenó abrir fuego. 15 palestinos resultaron muertos, seis de los cuales fueron identificados en un examen retrospectivo como terroristas de Hamás. Debido a la escasa visibilidad nocturna, el comandante adjunto no reconoció inicialmente los vehículos como ambulancias. Solo más tarde, tras acercarse a los vehículos y escanearlos, descubrió que se trataba efectivamente de equipos de rescate”, señala la investigación israelí, que no aporta pruebas de su acusación de terrorismo contra todos los asesinados. A la mañana siguiente los soldados decidieron reunir los cadáveres y enterrarlos “para prevenir mayores daños” y retirar los vehículos de la carretera “para preparar la evacuación de civiles”. El informe niega que respondiese a un intento de esconder la masacre, aunque reconoce que no fue una decisión adecuada. “El examen concluye que la retirada de los cadáveres era razonable dadas las circunstancias, pero que la decisión de aplastar los vehículos fue errónea. En general, no se intentó ocultar el suceso”.

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