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Maria Ripoll adapta a Milena Busquets y muestra un duelo “sin lloros” y el sexo como “forma de escapar del dolor”

Maria Ripoll adapta a Milena Busquets y muestra un duelo “sin lloros” y el sexo como “forma de escapar del dolor”
La directora adapta la novela de la escritora 'También esto pasará' y muestra una relación maternofilial desde una mirada femeninaAlmodóvar, Bardem y Penélope Cruz firman una carta en apoyo del exdirector de Ficción de Movistar Plus+, Domingo Corral El duelo también tiene sus convenciones sociales. Se llora, se sufre y se viste de negro. Uno se mete en casa y cierra puertas y ventanas, como si fuera la de Bernarda Alba. Sin embargo, hay muchas formas de superar el dolor, y no todas son bien vistas. De ello habló Milena Busquets en También esto pasará, donde contaba en forma de autoficción —aunque su personaje se llamaba Blanca la autora hablaba de sí misma— cómo una mujer afrontaba la pérdida de su madre. Lo hacía poniendo en valor lo aprendido, el amor y el cuidado que habían compartido. Lo hacía, además, sirviéndose de las amigas, del tacto humano y del sexo para avanzar.  Las reflexiones y palabras de Busquets se oyen de forma explícita en su adaptación cinematográfica. Una voz en off mantiene el estilo de la escritora mientras que su directora, María Ripoll, apuesta por una película luminosa, todo lo que no se espera de un filme sobre el duelo. Así acompaña a Marina Salas, protagonista que aporta también su energía a un proyecto que nació como un encargo de Morena Films a la directora, que ya cuando leyó la novela se sintió arrasada por ella (su madre acababa de fallecer) y quiso adaptarla.  En un momento donde el cine mira a las muchas formas de ser madre, También esto pasará gira 180 grados y se cuestiona qué significa ser hija. Ripoll confiesa que se planteó este filme como “una historia sobre las relaciones entre madres e hijas”, pero también como “una oda a las madres”. En este caso sobre el peso que una madre “fuerte e independiente, que es escritora y monta una editorial” tiene sobre su hija. Ripoll acaba con el cliché de “la madre abnegada, la santa” y apuesta por mujeres “como las de ahora”. Al leer la novela en 2015, Ripoll sintió ese deseo de hacer la película porque contaba esas relaciones maternofiliales “desde un punto de vista más femenino”, y no “desde el punto de vista masculino, que siempre nos han presentado relaciones entre madres e hijas complicadas, competitivas y de mal rollo”. Para Ripoll esto va de otra cosa, de una “conexión muy potente entre mujeres”. También rompía la representación del duelo. “¿Qué es un duelo convencional? La gente te dice que te tienes que encerrar, llorar y vestir de negro, pero ella tiene un duelo totalmente imperfecto. No hace nada de lo convencional. Se va a buscar el placer, se va a buscar el verano, el calor, el tacto de las relaciones, las comidas, las cenas con sus amigos, con sus hijos y escapa del dolor a través del sexo. Lo dice la novela, lo contrario de la muerte no es la vida, es el sexo. Es una oda a la madre poco convencional, y ese duelo tan lleno de contradicciones está lleno de dolor, pero también de ligereza, y eso me atrapó”, explica la realizadora. También en el sexo Ripoll quiso “mostrar la sensibilidad desde lo femenino y no desde lo masculino”. “Nos han mostrado el sexo de una manera que nosotras no la sentimos así. Creo que es una obligación como cineasta mujer mostrar otras maneras. Pero creo que lo que necesita esta protagonista no es tanto el sexo, sino el tacto, el sentirse viva, el huir de la muerte con la vida, y por eso la película también es muy luminosa. Se habla del duelo, de la pérdida, pero con mucha luz”, opina. Nos han mostrado el sexo de una manera que nosotros no la sentimos así. Creo que es una obligación como cineasta mujer mostrar otras maneras Maria Ripoll — Cineasta Ripoll decidió incluir en su versión “una voz en off que transmite la gramática y la narrativa” de Milena Busquets. “Creo que era importante porque es muy precisa y con un detalle que la hace única y genuina”, dice la directora que añade que su apuesta visual se basó en “observar sin juzgar nada”, algo que también estaba en la novela, y por eso usa “planos generales” que se contraponían a “planos muy detalle que expresan ese dolor, ese grito”. “La combinación de estos elementos a nivel visual creo que eran mi esencia en la realización”, dice asegurando que siempre tuvo claro que había que “respetar su narrativa y ser leal a la novela”. Hace hincapié en que el personaje de la novela no se llamaba Milena, y que aunque sea una autoficción, lo que ocurre es una creación y, por tanto, su obsesión como directora no fue captar la esencia de la escritora real, sino del personaje: “Si ella hubiera querido se hubiera puesto Milena en el libro, y esto nos daba a nosotros una cierta libertad, porque aunque esté inspirada en Milena, hablábamos del personaje, de Blanca. Eso nos ayudó a no intentar imitar a Milena constantemente, que creo que hubiera sido limitar al personaje, pero sí que hay algún detalle como la risa de Milena, que es tan característica, que sí que la incluimos”. Marina Salas, en el centro, en un momento de 'También esto pasará' Hasta hace un año, María Ripoll ostentaba el honor de ser la directora más taquillera del cine español con Ahora o nunca (2015). El éxito de La infiltrada ha hecho que Arantxa Echevarría se quede con el reconocimiento. Ripoll cuenta la ambivalencia ante ese hecho. Primero deja claro que está contenta por La infiltrada, y destaca “el logro brutal” conseguido por el filme. “Yo llevaba diez años, y eso ya es una medalla muy buena, porque no nos olvidemos que el cine es industria y que hay que hacer industria. Pero esa competitividad entre nosotras a mí no me lleva a ningún lado. Yo estoy contenta por mi compañera y porque vaya avanzando la industria”, explica Ripoll.  Porque para ella la clave está ahí, en hacer industria para “llenar las salas, porque las plataformas tienen mucho poder, pero nadie va al cine”. “Yo llamo a todo el mundo para vivir la experiencia de ir al cine en pantalla grande. Es una experiencia que tenemos que volver a potenciar y a promover”, opina y también deja un recado que ya es algo común en las directoras del cine español: “Presupuestos más grandes, siguen siendo pequeños para las mujeres porque piensan que hacemos películas intimistas, y lo que queremos son los presupuestos que manejan directores consagrados como yo”.
eldiario
hace alrededor de 6 horas
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