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Alcaraz, dos días de vacaciones, deberes y a por Sinner

En la noche londinense, apagados los focos de la pista Central, las despedidas se suceden, también entre periodistas y trabajadores del club. Dos de ellas felicitan a la prensa española por la final de Carlos Alcaraz, aunque no haya ganado. «Es que es muy amable con todos, y sonríe todo el tiempo. Es muy dulce; y te saluda uno a uno, siempre con una sonrisa». Así es Alcaraz incluso para los que apenas tienen trato con él. Cuando las cosas le van bien; y cuando no, como en este domingo 13 de julio de 2025 en el que pierde su primera final de Grand Slam, tras haber hecho pleno en las otras cinco. Admite la derrota con la madurez que ya decía Juan Carlos Ferrero que se le iba notando. Para asumir que se tiene que sufrir en los partidos, manejar las situaciones difíciles y encontrar soluciones cuando con la sonrisa solo no se puede, y también para admitir que el rival es mejor que uno y hay que seguir adelante. Así se comporta este Alcaraz de 22 años tras caer sin remedio contra un Jannik Sinner superior. Ahora, un poco de relax, poco, así que no habrá tiempo de pasar por Ibiza: «Dos días de vacaciones. Y vamos a escuchar al cuerpo, de momento no tengo molestias físicas... pero jugar partidos de este tipo, semana tras semana, cansa mucho. Hay que ver cómo evoluciono y cómo afrontamos la gira americana». Quiere ponerse ya a corregir los errores que hizo en la final, que fueron bastantes. Y que los apuntó. «Nunca he sido de apuntar cosas después de una derrota... pero hoy tengo tan claro lo que tenía que haber hecho mejor, y quizás me lo apunte para entrenarlo. Así es como se forja un gran campeón, no ganando siempre, sino aprendiendo de las derrotas, especialmente en momentos que duelen como una final de Grand Slam. No se puede ganar siempre, hay que aceptar que el otro puede ser mejor, y hay que salir contento con lo que has hecho y pensar en lo que viene». Lo que viene es una gira que empieza ya, alargados los Masters 1.000 a dos semanas en su mayoría, impide más descanso entre torneo y torneo. El día 27 de julio comienza el Masters 1.000 de Canadá, y espera estar listo porque también empieza para él un periodo en el que puede sumar y sumar puntos para alcanzar el trono. Hay más de 3.000 puntos de diferencia, pero apenas defiende Alcaraz unos 60 antes del US Open, que empieza el 24 de agosto y al que aspira el español, conquistado por única vez en 2022. No solo quiere ir a por él por números, sino por tenis y nivel, que le ha dado muchas claves y en esto consiste esta rivalidad que han entendido tan sana de palabra y de gestos y tan expeditiva en cuanto al juego. Uno se busca al otro, como lo hacían Nadal y Federer, Nadal y Djokovic, Djokovic y Federer. Porque incluso el italiano apuntó en su discurso de campeón que hubo cosas que podía haber hecho mejor: «Sigo admirando a Carlos porque incluso en esta final hizo algunas cosas mejor que yo. Así que tengo que tengo que seguir trabajando y prepararme porque sé que va a venir a por mí». Como se han buscado en estas tres primeras finales que han protagonizado: Roma, para Alcaraz; Roland Garros, para Alcaraz; Wimbledon, para Sinner. Y así seguirán porque son los que han entendido cómo funciona este juego. «Hay que aceptar el perder, que el otro jugador puede ser muchísimo mejor que tú, y salir contento y orgulloso de lo que has hecho. Así es como se forja un gran campeón, no ganando siempre, sino aprendiendo de las derrotas, especialmente en momentos que duelen como una final de Grand Slam». Así lo establecieron los tres más grandes de la historia, en constante evolución porque el otro les buscaba las grietas. Nadal mejoró el saque para despistar a Federer, y el resto para no verse superado por Djokovic; Federer rearmó su revés para que el del zurdo no lo aniquilara; el serbio desgastó a los otros dos. «Me desafiaste de formas que nadie más podría haber logrado. Sobre tierra batida, sentía que entraba en tu territorio, y me hiciste trabajar más duro de lo que jamás imaginé simplemente para conservar mi lugar. Hiciste que reimaginara mi juego, incluso hasta el punto de cambiar el tamaño de mi raqueta, buscando cualquier pequeña ventaja», acertó a decir el suizo en la despedida de Nadal.
abc.es
hace alrededor de 5 horas
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