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Celta - Sevilla: Empeñado en comprobar cómo de profundo es el abismo (3-2)

El Celta derrotó este sábado al Sevilla en Balaídos (3-2). El equipo dirigido por Joaquín Caparrós ha sumado apenas dos de los últimos 24 puntos en disputa y, por ello, sigue metido de lleno en la pelea por esquivar el descenso. Seis puntos separan en estos momentos al cuadro nervionense del antepenúltimo clasificado, aunque si el Leganés consigue este domingo derrotar al Espanyol esta distancia se verá reducida a cuatro de forma alarmante con nueve puntos todavía en juego y con un trascendental duelo directo contra la UD Las Palmas a las puertas. En Vigo, pese a comenzar perdiendo, el partido se le había puesto de cara al Sevilla con la expulsión de Marcos Alonso y el gol de Gudelj, pero los de Caparrós no sólo no fueron capaces de ponerse por delante en el marcador, si no que además encajaron dos goles jugando con un futbolista más. El abismo al que se asoma el Sevilla asusta, y por más complicado que se lo ponen los rivales, el equipo nervionense está empeñado en asomarse y duda si lanzarse. La red está cada vez más en tenguerengue. Pablo Durán fue quien tuvo la primera ocasión del partido al rematar en el minuto tres un saque de esquina de cabeza y, aunque el Sevilla, gracias a dos intentos consecutivos de Pedroa y Ramón Martínez, se acercó a la portería de Guaita sin éxito, se comenzaba a ver que el equipo local estaba decidido a mandar en el partido a través de la posesión del balón. No lograba el centro del campo dispuesto por Caparrós cerrar el espacio que dejaba a sus espaldas por delante de la línea defensiva y fruto de ello, y de la inoperancia mostrada para poder progresar, llegaría el primer gol del partido, obra de Ilaix Moriba. El guineano ya había avisado poco antes tras un gran pase de Damián, pero su disparo lo desvió Nyland. En su segunda aparición en el área sevillista ya resultó letal. El sueco Williot Swedberg encontró a Moriba que, de espaldas a la portería, con un excelente control, se quitó de encima la marca de Kike Salas para a la media vuelta, batir ahora sí a Nyland. Como ocurriera en los dos últimos partidos, otra vez el Sevilla veía cómo encajaba el primer gol del partido. Con el dibujo planteado de inicio por Caparrós se pudo ver a un muy activo y preciso Pedrosa. Con presencia cerca del área rival e incluso colándose en posiciones más interiores fue el catalán uno de los nombres propios constantes en las acciones de peligro creadas por el Sevilla durante el primer tiempo antes y después del gol. Sus saques de esquina inquietaron al equipo celeste. Sigue igualmente pasando por su momento más lúcido como sevillista Lucien Agoumé, que cuando se encuentra más cómodo es capaz de encontrar a sus compañeros con envíos largos que desahogan al equipo y lo permiten progresar. Pese a que evidencia las mismas carencias en la construcción de juego que han llevado al equipo a estar en la situación que está, el Sevilla, consciente de lo urgente que resulta puntuar, fue teniendo con el paso de los minutos más presencia en campo rival. Y llegaría en el descuento el gol del empate. Peque, con un gran control orientado dentro del área celeste no pudo seguir buscando la portería porque Marcos Alonso tocó la pelota con la mano. González Fuertes en primer lugar le mostraría la amarilla, pero entendiendo que era el último hombre y que el atacante sevillista se encontraba de camino hacia el gol, corrigió su decisión inicial tras revisar la acción en el monitor mostrándole la roja y dejando al Sevilla con un futbolista más para lo que restaba de partido. Poco antes de que eso ocurriera, Caparrós se había visto obligado a cambiar su plan inicial. Y es que en un forcejeo, Badé recibió un golpe en el ojo que no le permitió continuar al afectar a su visión. Introduciría el técnico utrerano en el terreno de juego a Isaac variando notablemente su dibujo ya que Ramón Martínez pasó a actuar como central, Juanlu retrasó su posición para pasar a ser lateral y Peque pasó a partir desde la banda. Pese a que el partido se le había puesto cuesta arriba, el Celta arrancó el segundo tiempo buscando de igual manera la portería de Nyland tratando de aprovechar los contragolpes. Cuando la pelota estaba en poder del Sevilla, los hombres de Giráldez se agolpaban en defensa y buscando aumentar la creatividad del equipo no tardaría Caparrós en recurrir a Suso. El gaditano era encimado por varios rivales cada vez que recibía la pelota y el Sevilla recurría a los disparos lejanos de Gudelj para intentar ponerse por delante en el marcador. No era capaz de crear peligro de ningún otro modo y el Celta aprovecharía una llegada para volver a anotar. Progresaban los locales por la banda que defendía Kike Salas y Fran Beltrán colgó un balón que no fue bien defendido por Juanlu, lo que no desaprovechó Mingueza. Si con el marcador igualado al Sevilla le costaba encontrar el camino hacia la portería de Guaita, la nueva situación lo ponía en más dificultades. No creó ocasiones de peligro hasta que en el tramo final del partido dos cabezazos de Kike Salas y Ramón Martínez se encontraron con buenas respuestas del portero del Celta. García Pascual, una de las piezas utilizados por Caparrós desde el banquillo para intentar dar más recursos al equipo en ataque, apenas tocó la pelota y, pese a que el partido era de vital importancia para el Sevilla, un clamoroso error de Gudelj permitiría hacer a Borja Iglesias el tercer gol para su equipo dando el partido por finiquitado. El tanto final de Kike Salas no serviría para más que para maquillar otro horrible resultado.
abc.es
hace alrededor de 6 horas
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