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Estos son los otros nombres que tuvo el Baloncesto Sevilla

El Hereda Sevilla Baloncesto, que las últimas temporadas había competido bajo la denominación de Betis Baloncesto , sorprendió este jueves a sus aficionados y a todo el mundillo baloncestístico español con el anuncio de su nueva identidad corporativa y la recuperación de una popular marca, Baloncesto Sevilla , que la histórica entidad hispalense fundada en 1987 lució entre 2014 y 2016, antes de la entrada en escena del Real Betis Balompié. La nomenclatura Baloncesto Sevilla conlleva como valor añadido la recuperación de los colores verde y rojo que identificaron al club desde su fundación, a finales de la década de los ochenta, cuando empezó su singladura en Amate antes de la mudanza a San Pablo. Como recuerda el propio club en sus redes sociales, la entidad ha tenido diferentes nombres en estos 38 años de vida en función de su patrocinador principal o propietario. La institución nació bajo la denominación de Club de Baloncesto SA, Clubasa, siendo el embrión del primer equipo de baloncesto profesional de Sevilla. La entidad surgió merced a una iniciativa impulsada sobre todo por la Diputación de Sevilla, y coincidiendo con la inauguración por parte del Ayuntamiento del Palacio Municipal de Deportes San Pablo , aunque al principio jugó en Amate. Se compró la plaza del Dribling en Primera B y su máximo accionista y propietario fue la Caja San Fernando, de ahí que durante muchos años fuera conocido como 'el Caja'. Muchos sevillanos lo han seguido llamando familiarmente así aun en la etapa del Betis. Con ese nombre, empezó vistiendo de verde, luego el rojo fue su color principal y retornó al verde. Siendo Club Deportivo Baloncesto Sevilla en el Registro Mercantil, como Caja San Fernando estuvo compitiendo hasta 2007. En ese periodo, posiblemente el más entrañable y recordado de su historia, el equipo subió a la ACB, fue dos veces subcampeón de Liga, una de la Copa del Rey y participó en competiciones europeas, la Euroliga entre ellas . Sin duda, es la época de mayor crecimiento del club, hasta alcanzar su cénit con aquellas finales ligueras de los noventa, con Asa Petrovic y Javier Imbroda en el banquillo, ante el Barça de Aíto García Reneses. En 2007, después de la caída de resultados de principios del siglo XXI, se produce el primer gran cambio: Cajasol tomó el relevo de Caja San Fernando. Y en las campañas 2007-2008 y 2008-2009 desaparecieron los tan característicos verde y rojo de las camisetas para transformarse en una equipación negra que no trae buenos recuerdos precisamente porque fueron dos cursos de malos resultados en los que se terminó sufriendo muchísimo por salvar la categoría hasta que Juan Carlos Ollero dio desde la presidencia un golpe necesario de timón. Como Cajasol, el club alcanzó su mayor logro europeo hasta la fecha: ser subcampeón de la Eurocup en Treviso en 2011, culmen del trienio con Joan Plaza en el banquillo. En la temporada 2011-2012, tercer cambio de nombre, que fue fugaz, por cierto: Banca Cívica se llamó aquel curso, tomando el testigo de Cajasol y cambiando el azul de las indumentarias por un rosa 'capote', o magenta , imposible de olvidar, con la segunda camiseta de color blanco. La denominación Cajasol se rescató para los dos ejercicios siguientes (ambas con Aíto, 2012-2013 y 2013-2014, última vez que alcanzó el play off) en los que se potenció la juventud de sus mejores talentos (Satoransky, Porzingis, Balvin, Sastre...) hasta que la venta del club, propiedad entonces de CaixaBank, al grupo de inversión estadounidense Jefferson Capital Funding dio paso a unos años de mucha inestabilidad en los que se temió por su desaparición. Sin patrocinador principal, el histórico Caja se convertía en Baloncesto Sevilla , a secas. Y así, otra vez con el verde y el rojo como principales tonalidades de su nueva identidad corporativa, compitió dos años hasta que la entidad bancaria lo traspasó al Real Betis Balompié , al rescate   en 2016 cuando su continuidad peligró seriamente. Desde ese momento se convirtió en sección deportiva de club heliopolitano , pronto se integró en su estructura y, para empezar, adoptó la denominación comercial de Betis Energía Plus , descendiendo deportivamente a LEB Oro tanto en 2017 como en 2018. Con ese nombre ascendió a la Liga Endesa un año después, en 2019, y en las siguientes tres temporadas, todas ellas en la máxima categoría, jugó como Coosur Real Betis gracias al patrocinio de la empresa aceitera andaluza. Como la alianza con ese espónsor acabó en el verano de 2022, durante la campaña 2022-23 el equipo se llamó Real Betis Baloncesto y esta ha sido su denominación tanto la temporada pasada, cuando estuvo unos meses bajo la gestión del conglomerado mexicano Yox Holding , como en esta última, la 2024-25, siendo el Grupo Hereda el nuevo propietario al formalizarse su venta en julio de 2024. Aunque en la compraventa se firmó un acuerdo de patrocinio con el Betis ejerciendo de espónsor principal por cinco años, el nuevo dueño, Pedro Fernández, decidió desligarse de la marca del conjunto verdiblanco tras conseguir el ascenso a a la ACB a principios de junio, en aras de identificar al proyecto como un equipo de todos los sevillanos. De la ciudad, sin distinciones, con el fin de que se sumaran las instituciones. Así se explica este enésimo giro de guion con la adopción de la marca Baloncesto Sevilla que podría experimentar un cambio más, ya que lo normal es que se llegue a un acuerdo con un patrocinador principal, que podría ser o no la Fundación Cajasol, para que fuese el naming comercial. Bajo su nueva denominación, el club hispalense apuesta por seguir añadiendo capítulos a su historia. Y quiere hacerlo en la ACB de la mano de nuevo de Cajasol. En el club están satisfechos porque consideran, en general, que esta iniciativa ha tenido una buena acogida. Aunque también ha generado debate y polémica , especialmente en las redes sociales. Hay béticos disgustados por el cambio, pero también otros que ven positiva la recuperación de la nueva marca. Y hay sevillistas que celebran la desvinculación del Betis. Desde luego, hay también aficionados al baloncesto, ya sean sevillistas, béticos, con otra filiación futbolística o sin ninguna, que aseguran que no volverán a apoyarlo porque se sienten representados por el Caja 87. No se olvide que existen abonados a los dos clubes y, por supuesto, existen aquellos para quienes su sentimiento por el Baloncesto Sevilla no entiende de colores, propietarios o patrocinadores, manteniéndose firmes en sus convicciones pese a los muchos vaivenes que ha sufrido en los últimos diez años esta entidad que quiere seguir compitiendo y soñando en las canchas .
abc.es
hace alrededor de 4 horas
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