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La derrota que trastoca el guion soñado (77-85)

La victoria del viernes, muy sufrida, dejó una sensación extraña, mezcla de alivio y angustia , como si anunciara que la eliminatoria contra el Cartagena podría complicarse en cualquier momento. Lo hizo este domingo, en el segundo punto de la serie, porque el Betis Baloncesto no anda fino (hay jugadores recién salidos de lesión y siempre tiene al menos una baja; hoy, Cvetkovic ) y porque se ha encontrado un rival mucho más coriáceo y competitivo de lo que pensaba. Un equipo que no se arruga, que se lo está creyendo y está jugando con mucha confianza. Se hizo con los mandos del duelo desde el segundo parcial y ya prácticamente no los soltó hasta el final. Se fue al descanso mandando por once (39-50), manejó sólidas rentas y resistió el acoso del equipo de García de Vitoria , que ha salido a flote en muchas noches complicadas en San Pablo en el último cuarto. No esta vez. Ni siquiera el partidazo de Hughes (33 puntos, 10 rebotes, 34 de valoración) fue suficiente. Cayó el Betis y el próximo fin de semana se jugará su continuidad en la fase de ascenso en dos partidos Cartagena. Al menos debe ganar uno para volver a San Pablo. Hughes, on fire , anotó los once de los primeros trece primeros puntos del Betis Baloncesto, que salió con DeBisschop en el quinteto (hizo un esfuerzo para jugar) pese a perderse casi todo el primer encuentro por enfermedad. Y como entonces, su rival arrancó muy centrado en defensa e incisivo en ataque, sin complejos, compitiéndole de tú a tú. Más activos, eureka, se mostraron en el rebote los hombres de Gonzalo García de Vitoria . Se puso el Betis con seis de ventaja (13-7) impulsado por ese motor de seis cilindros llamado Mark Hughes, que se pega los galones al pecho cada vez que hace falta, sin hacerse el remolón. Estaba tan hiperactivo que salió hasta en la foto negativa de una antideportiva por un error en el pase de DeBisschop, mejor en la resta que en la suma. El Cartagena, ya se sabía, es un incordio. Al contrario que el viernes, el partido tenía mucho más ritmo y Radoncic, de vuelta a las canchas, entró con buen pie, anotando. Dallo suplió a Renfroe en las labores de base porque Cvetkovic , el mejor del viernes, estaba con la sudadera puesta en el banquillo y no tenía pinta alguna de que fuera a jugar. En efecto, fue un espectador más. Sin Hughes activado, la anotación bética se quedó congelada. Lo hizo tacita a tacita desde el tiro libre. Era un duelo de poder a poder y entre Radoncic y Van Eick saltaban chispas. Con un triple del neerlandés y otro de Hermanson se apuntaron los invitados el primer cuarto (22-24). Que el Betis no podía con la defensa cartagenera era una realidad incontestable al comienzo del segundo cuarto. Antes la falta que la canasta fácil, era la consigna. Con 24-32, tras triple de Jordá, se colocó el Cartagena y a partir de ahí el Betis se mantuvo a remolque , tratando de encontrar las claves para nivelar el marcador. La exigencia era máxima para el Betis Baloncesto, cuyo ataque perdía fluidez sin el combustible del tiro exterior. Del 35-36 se pasó al 35-43, con triple incluido de Domenech. Hubo tiempo muerto de García de Vitoria para corregir lo necesario, pero el Betis se empecinó en el triple , encadenó fallos y la diferencia, con el Cartagena en su mejor momento, se disparó hasta los once al intermedio (39-50) para sembrar la preocupación en San Pablo tras un parcial de 17-26 en el segundo cuarto. Otra vez estaba compitiendo mejor el Cartagena . Curiosamente, que los verdiblancos controlasen el rebote no se traducía en el marcador. Si el Betis conseguía la remontada, tendría que ser fruto de una tarea titánica ante un equipo que defensivamente era de granito y en ataque, qué barbaridad, estaba iluminando coleccionado canastas con tiros a tabla. El Cartagena no anotaba, metía canastones que castigaban la moral del Betis . Se colocó con catorce puntos de ventaja en el arranque del tercer parcial (41-55), dificultando aún más la empresa para un Betis que necesitaba otros resortes, Hughes aparte. Un triple del estadounidense, 21 puntos llevaba ya, arrimó a su equipo (60-64), pero el Cartagena respondió con otro de Jordá y un mate de Ugochukwu. El Betis caía por siete a falta del último cuarto (62-69) y echaba de menos a Cvetkovic, pero no se rendía. Cinco puntos seguidos de Hughes, imparable, acercaron dejaron a su equipo a tiro de triple en los últimos dos minutos, pero entonces respondió por enésima vez el Cartagena. Lo hizo por medio de Van Eick, triple y tapón del neerlandés antes de que definitivamente se escapase el partido con un triple errado por Hughes, demostrando que es humano, y una antideportiva de Kasibabu. Con el 1-1 en la eliminatoria, el Betis Baloncesto tendrá que ganar alguno de los dos encuentros a domicilio para regresar a San Pablo y decantar una serie que obviamente se ha complicado. El 2-0 al que aspiraba como guion soñado se esfumó y ahora el objetivo es recuperar el factor cancha en Cartagena.
abc.es
hace alrededor de 7 horas
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