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La pasión de una armadora que devuelve la vida al Archangelo

En la Regata Illes Balears Clàssics, organizada por el Club de Mar Mallorca, la historia del velero Archangelo se entrelaza con la de una de las pocas mujeres armadoras del circuito internacional de vela clásica. Ana Martínez Vara de Rey ha hecho de este diseño de Nathanael Herreshoff, construido en 1892, un símbolo personal y familiar. La bahía de Pollença fue el escenario donde Ana Martínez Vara de Rey se enamoró, siendo apenas una adolescente, de un barco que marcaría su vida. «Lo vi por primera vez en 1983, cuando apareció allí restaurado. Era una goleta preciosa y me entusiasmaba. Años después se cruzó de nuevo en mi camino y no dudé en comprarlo, aunque me dijeron que no podría con él. Han pasado dieciocho años y aquí sigo. A bordo de este barco he sido inmensamente feliz», recuerda. Hoy, esa embarcación de líneas delicadas y espíritu centenario compite en la Illes Balears Clàssics bajo su nombre original: Archangelo. La historia del velero es tan compleja como fascinante. Localizado en Italia bajo el nombre de Natanthal, fue restaurado en los años ochenta por el notario parisino Patrick Remme, que lo rebautizó como Archangelo. Después pasó por manos del capitán Joel Dressel, que lo llevó a Astilleros Mallorca para una nueva remodelación y lo registró como La Brillanta. Más tarde, el italiano Nicola Calderoni lo trajo de nuevo a Pollença, hasta que en 2007 Ana Martínez Vara de Rey lo adquirió, lo abanderó en España y le devolvió su nombre original. Aunque no existe documentación completa tras un incendio en el primer astillero donde fue reparado, expertos como Leonardo G. Vicentiis, presidente de la Asociación Española de Barcos de Época y Clásicos, confirman su autoría: «Es un diseño de Nathanael Herreshoff, con las mismas líneas que el Ticonderoga, pero en pequeño formato». Con 9 metros de eslora y una característica doble proa, el Archangelo es una pequeña goleta de gran rendimiento y fácil maniobra gracias a la distribución de su velamen. Pero, para su armadora, el secreto va más allá de lo técnico: «Cuando subo a bordo siento que late, que respira. Tiene alma. Parece que vuele. Para mí es como un arcángel personal que me ha acompañado en los momentos más duros y en los más felices de mi vida». La goleta ha sido también un espacio de aprendizaje y herencia familiar: «Mis nietos han sido tripulantes de vela clásica conmigo. Incluso hubo una época en que, por falta de motor, salíamos a vela desde el fondeo y la gente en las calas se levantaba para verlo». En un circuito aún dominado por armadores hombres, Ana Martínez Vara de Rey es una rara avis. Lo asume con orgullo, pero también con cierta nostalgia: «Me encantaría que fuéramos más mujeres. Esto no es solo una tradición, es una pasión que se lleva dentro». En esta edición de la Illes Balears Clàssics, el Archangelo compite en la clase Época Cangreja con una tripulación experimentada liderada por Toni y Marc Bayés, Íñigo Aznar y Diego Riera, entre otros. Su objetivo es claro: dar visibilidad a una joya centenaria que sigue navegando con la misma dignidad con la que fue concebida hace más de 130 años.
abc.es
hace alrededor de 9 horas
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