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Sabalenka y Anisimova se citan en la final femenina del US Open

Si la final femenina del US Open de este sábado es tan buena como la suma de las dos semifinales que le han precedido este jueves, será un partido memorable. La protagonizarán Aryna Sabalenka y Amanda Anisimova , que consiguieron su billete tras dos batallas formidables en Arthur Ashe, la pista central de Nueva York. Ambas firmaron remontadas tras perder el primer set, en una noche en la que mereció la pena pagar las entradas. La primera en saltar a la pista fue Sabalenka. La número uno del mundo tenía en frente a la estadounidense Jessica Pegula, con la que se vio las caras en la final del año pasado. Pegula, que tuvo entonces su gran oportunidad para levantar un 'grand slam', traía ganas de revancha por aquel partido, en el que perdió por un doble 7-5. En el primer set, aprovechó una desconexión de la bielorrusa para quedarse con la manga. La tarde se le quedó a Sabalenka como el cielo de Nueva York, con nubes muy negras. Es la jugadora más consistente y dominadora del circuito, pero no ha conseguido ningún 'grande' este año. En Australia, se le escapó la final ante Madison Keys. En Roland Garros, mismo resultado, ante Coco Goff. Y en Wimbledon cayó en semifinales. Pero la bielorrusa reaccionó y doblegó a la inteligencia y frialdad de Pegula con el mazo de su derecha. Con un golpe así cerró el partido (4-6, 6-3, 6-4) y se fue al vestuario a esperar a ver quién sería su rival en la final. Y fue Anisimova, que se las vio con una tenista que fue sensación y ahora remonta el vuelo: Naomi Osaka. Después de haberse puesto el tenis por montera en aquella inolvidable final contra Serena Williams en 2018, la japonesa no sabía lo que era estar en octavos de final de un 'grande' desde que ganó en Australia (su cuarto 'grand slam') a comienzos de 2021. Después de problemas de salud mental, un parón por maternidad y lesiones, Osaka se ha reencontrado con el tenis en Nueva York. Pero se midió a Anisimova, una tenista que también paró su carrera por salud mental, y que ahora está llena de confianza. La rusoestadounidense se ha repuesto del varapalo de perder la final de Wimbledon frente a Iga Swiatek por lo que aquí llaman 'dos donuts', un doble 6-0. De hecho, Anisimova se desquitó despachando a Swiatek en el partido de cuartos. Y, pese a perder el primer set con Osaka en el 'tie break', demostró de nuevo su capacidad de recuperación: ganó el segundo -otra vez en la muerte súbita- y avasalló en el tercero, en el que arrinconó a la japonesa con misiles de derecha y revés. Fuera del estadio caían truenos y una manta de agua por la tormenta, algo similar a lo que tuvo que aguantar Osaka en la recta final del partido. Se esforzó, pero acabó doblegada por Anisimova (6-7, 7-6, 6-3). Anisimova tratará este sábado de repetir el resultado de las semifinales de Wimbledon, donde se cruzó con Sabalenka, y dio la gran sopresa. Era la primera final de su carrera y ahora, en la segunda, buscará levantar por fin un 'grande'. La bielorrusa traerá ganas de revancha y urgencia por acumular 'grandes': pese a ser una de las grandes dominadoras del tenis contemporáneo, solo ha conseguido tres. «Voy a luchar cada bola como si fuera el último punto de mi vida», dijo tras ganar el pase a la final.

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