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Uno de esos días marcados con asterisco en el calendario

Defender por todos los medios la cuarta posición y, si es posible, subir algún peldaño que le permita mejorar sus opciones en el cruce del play off de ascenso es el objetivo en las últimas siete jornadas de fase regular del Real Betis Baloncesto. Los verdiblancos dieron el do de pecho en Burgos contra el Tizona y este viernes, de vuelta a San Pablo, afrontan un reto de lo más peliagudo: la visita del Movistar Estudiantes , segundo clasificado con 23 victorias. Dos menos acredita el Betis, que la pasada jornada aumentó la distancia de seguridad sobre la quinta plaza pero bien sabe que no ha de confiarse. Queda terminantemente prohibido. Y es así porque el Monbús Obradoiro viene acelerando (lleva siete victorias seguidas), pero también porque al Súper Agropal Palencia deberá visitarlo en la última jornada y porque por San Pablo, amén del Estudiantes, aún tienen que asomarse tanto los gallegos como el Flexicar Fuenlabrada. Vienen curvas en un terreno de lo más escarpado y resbaladizo, así que bien hará el Betis Baloncesto en abrocharse el cinturón . El play off lo tiene amarrado, pero ahora se trata de lograr la mejor posición posible con vistas a la eliminatoria de cuartos, conservando la ventaja de campo. Caer más allá del quinto puesto lo pondría en serios aprietos. Por eso no puede aflojar el ritmo el equipo de Gonzalo García de Vitoria . Para llegar a este punto de la temporada, por las mil vicisitudes sufridas sobre todo en forma de lesiones, ha sufrido mucho como grupo y se ha reinventado en multitud de ocasiones a costa de frenar su crecimiento como bloque. Con tanto percance físico, había que atender al corto plazo antes que al medio y el largo. En Burgos, frente al Tizona, con toda la plantilla disponible, doce jugadores en total, todo salió a pedir de boca. El equipo protagonizó una puesta en escena más que óptima, consolidó su dominio al descanso y titubeó en el tercero antes de pegarle el 'hachazo' al partido, rompiéndolo, y acumulando importantes ventajas que silenciaron El Plantío. Un golpe de autoridad en toda regla, ante un posible adversario en el play off, como preámbulo de este examen de alta cualificación con el Movistar Estudiantes. Parece mentira, pero esta es la cuarta temporada del club madrileño en la segunda categoría del baloncesto español. Y ahí sigue, en pie, soportando este temporal mientras busca el ascensor que lo lleve de vuelta a su territorio natural, la ACB. Y para ello no ha escatimado en gastos ni en riesgos. Antes del cierre del mercado consiguió la cesión del uruguayo Joaquín Rodríguez , al que el Betis Baloncesto vendió el pasado verano al Casademont Zaragoza y cuyo préstamo, cuando el club maño valoró la posibilidad de abrirle la puerta de salida con billete de vuelta, contempló el Betis sin que pudiera acercarse a la oferta colegial. También pujó por Faggiano, que se marchó al Monbús Obradoiro, y finalmente se hizo con los servicios de Boris Dallo , que debutó en Burgos evidenciando que le puede dar cosas diferentes al equipo cuando se ponga a punto en el plano físico. El regreso de Joaquín Rodríguez a Sevilla forma parte del capítulo anecdótico y hasta sentimental de este choque de trenes entre dos candidatos al ascenso. El uruguayo de Mercedes llegó a la capital hispalense como un gran desconocido, su debut se retrasó hasta que tuvo el visado en regla y a partir de ahí, a las órdenes de Bruno Savignani , experimentó un superlativo crecimiento que lo convirtió en el líder indiscutible, junto a Polanco, de aquella plantilla que tan mal lo pasó la pasada campaña. Como no ha tenido el aterrizaje esperado en la ACB, ha vuelto por sus fueros, a una liga que puede dominar. Y por ahora no está defraudando a la afición de Magariños: promedia 14,5 puntos, 2,7 rebotes y 2,5 asistencias en seis partidos. Por aquí ya se sabe cómo se las gasta y es de esperar que el scouting de García de Vitoria lo haya estudiado bien para minimizar en lo posible los daños. El riesgo lo ha asumido el Estudiantes con el cambio inesperado de entrenador. A Pedro Rivero lo destituyeron después de sumar la séptima victoria consecutiva y fue suplido por el vitoriano Natxo Lezcano . La decisión, de lo más controvertida, dejó boquiabierto al baloncesto español y provocó un terremoto en esta Primera FEB en la que ninguno de los potenciales candidatos al ascenso quiere quedarse atrás. Todo el mundo, en mayor o menor medida, ha arriesgado y abierto la billeter a . El Betis Baloncesto, también, aunque su posición ha sido en este sentido más conservadora porque su potente apuesta la hizo en verano y como luego no ha encontrado apoyos institucionales ha visto ya muy comprometidas sus inversiones. El club quiere ascender. No piensa en otra cosa aunque conoce las dificultades del camino y también el nivel de sus rivales. De sus últimos enfrentamientos contra los primeros de la tabla, incluyendo al Monbús Obradoiro en la Copa de España, salió escaldado. No dio el nivel en la cancha del Fuenlabrada ni tampoco en el Coliseum contra el San Pablo Burgos. Ante el Estudiantes, en el WiZink Center, igualmente cedió (86-82) , aunque aquel partido se fue igualando y el equipo verdiblanco lo porfió hasta el final. Siempre hay una razón para superarse, alguna asignatura pendiente y un motivo para motivarse. Siempre. Y este Betis Baloncesto , que como la pasada temporada está dando ejemplo en la pista, los tiene a puñados. Las espinas de las derrotas señaladas querrá arrancárselas el Betis. Demostrarse a sí mismo y demostrarle a su afición que atesora calidad física y técnica para aguantarle el pulso al trío de equipos que gobiernan la competición. Y uno de ellos es el Estudiantes, que tiene a Joaquín Rodríguez pero también a Granger en el puesto de mando, así como a Devin Schmidt, Pato Garino, Francis Alonso, Héctor Alderete y Dejan Kravic , uno de los mejores pívots de la categoría. Dispone de varios jugadores que pueden ganarles el partido. El Betis deberá extremar sus vigilancias, cubrirse los pies sin destaparse la cabeza y viceversa, haciendo malabarismos en este sentido. Muchas veces no hay agua para tanto fuego, pero de salir vivo con las quemaduras inevitables va este tipo de partidos. Los verdiblancos comprobarán de nuevo dónde están sus límites. Para qué les da este chasis y este motor. En Burgos, último precedente, firmó una actuación completísima liderada por Hughes , su jugador más determinante: promedia 16 puntos con un 52% en el triple. Él y Renfroe están ahora mismo a un nivel superior que el resto de sus compañeros. Hughes ha tenido ofertas de la ACB, pero el club lo ha retenido y contractualmente sólo se lo podrá quedar este verano si el equipo lograse ese objetivo tan deseado que puede determinar tantas y tantas cosas. Hay mucho en juego y más lo habrá cuando empiece el baile del play off. Una cita a la que no faltará este Betis Baloncesto. El futuro inmediato se presenta tan exigente como el presente. Y esta noche se enfrenta a un enorme desafío en casa que puede despejar alguna que otra incógnita. La de su nivel competitivo ante los grandes. Es un día para estar juntos, prietas las filas, y con la grada, eso esperan en el club, ejerciendo de sexto hombre e inyectando combustible anímico extra a los jugadores.

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