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Alirones especiales y de alto riesgo en casa del eterno rival

La versión más extendida acerca del vocablo «alirón» sitúa su origen en el siglo XIX «cuando mineros británicos llegados a la costa vasca marcaban las vetas que solo contenían hierro escribiendo en ellas 'all iron' ('todo hierro'). Como quiera que tales hallazgos se recompensaban económicamente, la expresión se asoció a lo festivo y a partir de ahí, si la teoría es cierta, el don de lenguas y la pronunciación fidelísima hicieron el resto: ¿'all iron' en inglés?, ¡'alirón' a la española!» Ese alegre concepto describe la consecución del título de Liga en cualquier categoría del fútbol español. Ciñéndonos a la élite, de los 93 campeonatos de Primera División concluidos hasta ahora, únicamente en cinco ocasiones el ganador certificó su éxito en el estadio y ante los aficionados del máximo rival. Lo hizo el Real Madrid tres veces (1932, 1955 y 1958) y una cada uno el Atlético (1977) y el Barcelona (2023). El club catalán podría repetirlo este jueves si gana en casa del Espanyol, su vecino e histórico enemigo deportivo. El último y más cercano precedente remite al mismo duelo barcelonés, acontecido justamente hace dos años. El 14 de mayo de 2023, el Barça, entonces entrenado por Xavi Hernández ganó en Cornellá (2-4) y certificó su 27º triunfo liguero . Lo que vino después no fue tan alegre. En absoluto. Así lo contó ABC: « El alirón acaba en invasión y batalla . El Barcelona celebró el título sobre el terreno de juego y eso irritó a la grada perica que saltó al césped con intención de agredir a los jugadores, lo que obligó a intervenir a la Policía y a los antidisturbios». «La victoria del Madrid ante el Getafe obligaba al Barcelona a ganar si quería proclamarse matemáticamente campeón de Liga y el triunfo del Valencia en Balaídos a sumar los tres puntos para tratar de aferrarse al borde del pozo de la permanencia. Primer derbi desde la inauguración del RCDE Stadium en el que no estaba Gerard Piqué, el 'enfant terrible' azulgrana y persona 'non grata' en Cornellá, aunque la megafonía recibió a los culés cuando salieron a calentar a ritmo de Shakira, con el viral tema (Music Session junto a Bizarrap) dedicado al exfutbolista. Fue la respuesta al club azulgrana, que calentó el derbi desde primera hora de la mañana desde las redes sociales con el vídeo de la celebración de Piqué en uno de los derbis más calientes que se recuerdan. El central, y su entonces pareja, fueron insultados de forma continuada por la grada blanquiazul, a lo que el propio Piqué, autor del gol del empate en el 82', reaccionó mandando callar a los aficionados...» «La celebración comenzó sobre el mismo terreno de juego. Se relamía el banquillo culé en los minutos finales, abrazándose todos antes del pitido final. Con la conclusión del encuentro, el Barcelona dio rienda suelta a su alegría sobre el césped de Cornellá. Avisaba Xavi tras los primeros abrazos que había que retirarse a vestuarios, pero los jugadores le ignoraron y siguieron en el centro del campo. Emularon la celebración de la era Guardiola, cuando realizaban un círculo en el centro del campo al ritmo de la canción 'Viva la vida' de Coldplay. Alargaron demasiado su celebración, que iba calentando cada vez más a la grada, sobre todo a la zona de los radicales. Los jugadores tuvieron que retirarse a la carrera en cuanto un centenar de aficionados invadieron el campo con la intención de agredirles. Tuvo que intervenir la policía, los antidisturbios, a golpe de porra. Los violentos trataban de meterse en el túnel de vestuarios al grito de «'a por ellos, oe'». También tuvo lo suyo el primer alirón que se recuerda en casa ajena. El protagonista fue el otro gran rival del Barça, en este caso en el ámbito nacional, el Real Madrid, que lo consiguió precisamente en el antiguo estadio azulgrana de Las Corts el 3 de abril de 1932. Catalanes y madrileños empataron (2-2) en un partido tenso que, según algunas informaciones de la época, finalizó con el lanzamiento de un cuchillo al terreno de juego. Así lo denunció Tomás Insausti, árbitro vasco del encuentro, cuya actuación aquella tarde fue polémica. «El Madrid, campeón de Liga sin una sola derrota» , tituló ABC (5-4-1932) la crónica: «Las circunstancias habían convertido en extraordinario este último partido de Liga en las Corts, obligando al Madrid a ganarse el título en un esfuerzo postrero ante el Barcelsna, y la afición local se ha sentido llamada por el gran interés del encuentro, y ha llenado por completo el campo azulgrana... Del público dirán muchas cosas los parciales. Es verdad que el ambiente en Las Corts era apasionado, porque se deseaba que venciera el Barcelona, como es lógico. Pero cuando mejor ha jugado el Madrid ha sido en la primera parte, y al salir en la segunda ha sido aplaudido, mientras que al Barcelona se le saludaba con algunos silbidos...» «...En una de estas jugadas de Samitier, Ramón consiguió un goal claro y limpio, que al Sr. Insausti le pareció offside y lo anuló en medio de la protesta rotunda de la concurrencia, sin que se registraran mayores incidentes, como no fuera que se tiraran al arbitro pieles de naranja, papeles y tal vez alguna piedra. En otros campos, seguramente hubiera ocurrido algo serio. Con esta equivocación del arbitro se perdió la armonía del partido, que pudo haber sido un modelo de deportividad, con toda su emoción e incluso la pasión de algunos sectores del público». Pasaron 23 años exactos hasta que otro 3 de abril, en este caso del año 1955 , el Real Madrid se proclamó campeón de Liga en el Metropolitano original, estadio del vecino rival. Ganó 2-4 al Atlético. «El Real Madrid revalidó su título de campeón: No ha habido esta temporada verdadera rivalidad entre el Atlético y el Real Madrid. En la primera vuelta, el once rojiblanco en plena crisis de juego y de moral, no hizo otra cosa en Chamartín que defenderse a la desesperada aceptando la derrota pero en busca de un mínimo tanteo adverso, que consiguió. El domingo, ya recuperado y a cubierto de todo peligro, el Atlético trató de ganar, pero la evidente superioridad de juego del Real Madrid, acompañada de una jugada discutible y la desorientación inicial de Menéndez, habían decidido el encuentro en los primeros veinticinco minutos. El Real Madrid, campeón, confirmaba su título en el Metropolitano tras una magnífica y regularísima campaña en la que sólo ha perdido cuatro encuentros y ha logrado, en cambio, 19 puntos en campo ajeno, y su tradicional rival, el Atlético no podía hacer otra cosa sino rendirse ante el afortunado adversario. Gran mérito supone para los jugadores 'colchoneros' el entusiasmo con que hasta el último instante pretendieron enjugar la diferencia del tanteador sin descorazonarse, y todavía más la corrección con que se emplearon, sólo desmentida por Barragán, único hombre violento y entregado a recursos repudiables sobre el terreno...» La historia se repitió tres años más tarde con idénticos protagonistas y en el mismo escenario. Esta vez Atlético y Real Madrid empataron (1-1), y los blancos ganaron la Liga 1957-58. «El Madrid y el Atlético se repartieron los puntos y los títulos de campeón y subcampeón» , tituló ABC (29-4-1958). «Se ha dicho mucho en los últimos años que el fútbol ya no es un deporte. Los detractores que tal cosa afirman aseguran que se trata de un espectáculo deportivo en el que actúan veintidós hombres ante unos millares de espectadores. Es hora de que rectifiquemos tan profundo error. El fútbol, queridos amigos, es un espectáculo deportivo en el que actúan seis o siete hombres, ante unos miles de deportistas y una muchedumbre de antideportistas. Por ejemplo, el domingo, en el Metropolitano, jugaron sus buenos seis futbolistas con camiseta blanca y nueve con camisola blanquirroja. Los restantes, aunque deambulaban sobre el césped, jugar, no jugaron. Y si queremos ser exactos, tendremos que confesar que, los quince que lo hicieron, no jugaron más allá de cuarenta minutos en total. Por todo lo cual nos permitimos proponer, con todo respeto y subordinación a la Real Academia de la Lengua, una nueva definición que diga: «Fútbol.—Ejercicio supuestamente deportivo que se practica entre dos equipos de número variable, y en el que se concede a algunos espectadores distinguidos el derecho a presenciarlo desde el terreno de juego y vestidos de futbolistas...» El fútbol suele ofrecer siempre una o varias oportunidades para la revancha, así que dos décadas más tarde, en 1977, el Atlético celebró la muy madrileña festividad de San Isidro (15 de mayo) proclamándose campeón en el estadio Santiago Bernabéu tras arañar un punto (1-1) frente a su vecino y enemigo . «Hubo empate y le bastó al Atlético: ¿Un partido cómodo para los dos guardametas puede ser considerado como buen partido? Me parece que no, porque la pasividad u holganza de los porteros es una demostración de que los jugadores contrarios —les delanteros, comúnmente— no tiraron o tiraron mal, fuera de puerta, ni hubo rondas por las áreas que provocaran salidas de esos guardametas. Miguel Ángel y Pacheco, ojeadores del juego, observadores en mucha mayor proporción que interventores, fueron la más clara expresión de lo imperfecto de este Madrid-Atlético, que acabaría con un resultado material suficiente para el equipo rojiblanco porque el empate le bastaba para ser campeón».
abc.es
hace alrededor de 8 horas
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