Epstein y el 'Estado profundo': los MAGA aprietan a Trump con teorías de la conspiración que alentó en campaña y ahora olvida

Perfiles radicales de la familia MAGA piden cuentas a miembros de la Adminstración Trump por no haber abordado teorías de la conspiración que alentaron en campaña, salvo la del boli automático de Joe Biden, sobre quien ha lanzado una investigación el actual presidente de EEUULa guerra entre Trump y Musk: sexo, drogas, poder y dinero, mucho dinero Donald Trump prometió en campaña acabar con el llamado “Estado profundo”: una especie de red secreta y coordinada que, según los MAGA, conspira contra él. Es una idea que ya circulaba en 2017, cuando el magnate estaba en el poder, y que volvió a agitar durante su campaña. “Demoleremos el Estado profundo” era una de sus promesas antes de regresar a la Casa Blanca, aunque Trump siempre jugaba con los equívocos y se inclinaba más por una purga del funcionariado para asegurarse de que puede desplegar su agenda sin obstáculos. Ahora, cuatro meses después de comenzar su segundo mandato, Trump sigue alimentando teorías oscuras, pero a la que está dedicando más tiempo es a la del bolígrafo automático —autopen—, una teoría conspirativa que sostiene que Joe Biden no gobernaba, sino que eran sus asesores quienes lo hacían, utilizando la firma automática de su autopen. El movimiento MAGA, con Trump a la cabeza, agita cada día el fantasma de que el deterioro cognitivo de Biden era tan avanzado que su equipo utilizaba el autopen para gobernar, firmar indultos o —como le gusta repetir a Trump— “abrir las fronteras de par en par”, obviando que el número de deportaciones bajo su mandato superó en ocasiones al del propio Trump, y como si existiera algún documento firmado por Biden que decretara el fin de las fronteras con México. Pues bien, según sostiene Trump en una orden enviada esta semana a la fiscal general, Pam Bondi, “en los últimos meses ha quedado cada vez más claro que los asesores del expresidente Biden abusaron del poder de la firma presidencial mediante el uso de un autopen para ocultar su deterioro cognitivo y ejercer su autoridad. Esta conspiración constituye uno de los escándalos más peligrosos y preocupantes en la historia de Estados Unidos. Al pueblo estadounidense se le ocultó deliberadamente quién ejercía el poder ejecutivo, mientras la firma de Biden aparecía en miles de documentos para implementar cambios radicales en las políticas”. Por todo ello, el actual presidente de EEUU solicita “investigar, en la medida en que lo permita la ley, si ciertas personas conspiraron para engañar al público sobre el estado mental de Biden y ejercieron de forma inconstitucional las funciones del presidente”, así como “las circunstancias que rodearon la supuesta firma por parte de Biden de numerosas decisiones ejecutivas durante sus últimos años en el cargo”. Pero esto, para muchos de los seguidores de Trump, no es suficiente. Es más, algunos empiezan a impacientarse: atacar al “Estado profundo” es una parte esencial de la agenda MAGA, con el despido de los funcionarios considerados poco fiables políticamente y su reemplazo por perfiles conservadores. Y eso que Donald Trump nombró como subdirector del FBI al podcaster MAGA y de extrema derecha Dan Bongino, un conocido difusor de teorías de la conspiración que promovió la mentira del “pucherazo” en las elecciones de 2020. El republicano Gregg Nunziata, que fue asesor del actual secretario de Estado, Marco Rubio, advirtió que Bongino es aún más radical que el director, Kash Patel, quien ha descrito al FBI como un brazo del “Estado profundo” dedicado a perjudicar a Trump y ha prometido transformar la sede de Washington en un museo. Bongino, que también fue presentador de la cadena Fox News, ha escrito libros defendiendo la existencia de una conspiración contra Trump desde el “Estado profundo” (su nuevo jefe, Patel, también lo ha hecho). “Toda mi vida en este momento se centra en derrotar a los progres”, dijo Bongino en 2018. En 2023, Patel publicó el libro Gánsteres del Gobierno, en el que elaboraba su propia lista negra con unos sesenta miembros de la Administración a los que consideraba “miembros de la rama ejecutiva del Estado profundo”. La recopilación fue elogiada por Trump, quien vio el libro como un “mapa brillante” para ayudarlo “a recuperar la Casa Blanca y sacar a estos gánsteres del Gobierno”. Ahora que Trump ha vuelto al poder y ha colocado a personas leales en puestos clave de su administración, sus seguidores esperan que se revele toda la verdad. Quieren que se actúe contra personas que Trump lleva años señalando como parte de supuestas tramas siniestras. Tampoco se ha presentado ninguna prueba de los “crímenes atroces” que Trump asegura que han corrompido al Gobierno federal durante años. Caso Epstein Las tensiones estallaron recientemente, cuando el director del FBI, Kash Patel, y su adjunto, Dan Bongino, descartaron dos de las teorías conspirativas sin fundamento que más han movilizado a la base de Trump: que el financiero y abusador sexual Jeffrey Epstein fue asesinado como parte de un encubrimiento, y que el intento de asesinato contra Trump en Butler, Pensilvania, fue un complot del Gobierno. “Sabes cuándo es un suicidio, y eso fue un suicidio”, dijo Patel sobre la muerte de Epstein en una entrevista con Fox News. “He visto todo el expediente”, añadió Bongino. “Se suicidó”. Conservadores en internet exigieron ver las pruebas, recordando que Bongino, en su etapa como presentador de pódcast, había sugerido que el Gobierno ocultaba información sobre Epstein. “No importa quién gane las elecciones: la política exterior no cambia, la política económica no cambia, y los vídeos de Epstein siguen siendo secretos”, dijo el presentador ultraconservador y exestrella de Fox News, Tucker Carlson. “Nos dijeron durante meses antes de las elecciones que no había sido suicidio”, escribió el presentador de Newsmax, Todd Starnes, en X. “Pero ahora dicen que sí lo fue.” Y agregó: “Disculpen, pero ¿qué demonios está pasando en el Departamento de Justicia?”, informa Associated Press. En una entrevista reciente en Fox & Friends, Bongino insinuó que el FBI pronto publicaría un vídeo grabado fuera de la celda de Epstein y materiales relacionados con el intento de asesinato de Trump. Dijo que comprende las exigencias de transparencia de sus votantes, pero pidió paciencia y aclaró que no toda la información depende del FBI para ser desclasificada. Eso tampoco satisfizo a quienes quieren respuestas a las teorías conspirativas. “Estoy convencido de que el ‘Estado profundo’ solo puede ser derrotado por Dios a estas alturas”, escribió en X el influencer de derecha Philip Anderson, que participó en el asalto al Capitolio. “Kash Patel, Dan Bongino y Pam Bondi no sirven para nada”. Acusaciones (borradas) de Musk El caso Epstein es tan delicado para la presidencia de Trump, que su antiguo aliado y ahora furibundo enemigo, Elon Musk, calificó de bomba, como no podía ser menos, la revelación que hizo el jueves en Twitter de que el presidente era una de las personas que estaba en las listas del pedófilo. Horas después, este sábado, Musk ha decidido borrar el tuit. Tuit de Musk sobre Epstein y Trump. Aunque Musk haya borrado el tuit, el mensaje ya ha llegado a todo el mundo, y las consecuencias que pueda tener no se esfuman y se atraviesan con las demandas de los más fieles MAGA que abonan las teorías de la conspiración y que reclaman a su Gobierno que persiga el 'Estado profundo' y desclasifiquen los archivos sobre Epstein como les había prometido Trump.

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