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Israel condena a sus pueblos árabes a no tener refugios públicos: “No nos ven como humanos”

Israel condena a sus pueblos árabes a no tener refugios públicos: “No nos ven como humanos”
La muerte de cuatro miembros de una familia refugiados en supuestas "cámaras seguras" en Tamra evidencia la desigualdad racial en la defensa que Israel hace de sus ciudadanosIsrael asegura haber tomado el control del espacio aéreo sobre la capital de Irán: “Teherán arderá” Cuando un misil iraní dirigido al puerto industrial de Haifa se estrelló en la ciudad de Tamra el sábado por la noche, cayó sobre la población más vulnerable de Israel y, en un instante devastador, puso de manifiesto la profunda división que existe en el país. El misil demolió una casa de piedra de tres pisos y mató a cuatro miembros de la misma familia: Manar Khatib y sus dos hijas, Shada, estudiante universitaria, y Hala, una alumna de secundaria de 13 años, así como su cuñada, Manal. Era una casa sólida, construida al antiguo estilo árabe, que contaba con dos “cámaras seguras”, una en cada planta. Cuando oyeron las sirenas de ataque aéreo, y como habían practicado en simulacros, Manar y sus hijas corrieron a la cámara del segundo piso, pero el hormigón armado no las protegió. El impacto las destrozó y el suelo cayó sobre la cámara segura situada justo debajo, aplastando a Manal. La explosión arrancó el núcleo del edificio y también lanzó por los aires a los vecinos. Unas 40 personas resultaron heridas, pero sus vidas no corren peligro. “La explosión fue tan fuerte que aún puedo oírla”, dice Azmeh Kiwan, un vecino de 50 años que vivía enfrente. Cuando Kiwan abrió los ojos, todo el barrio estaba a oscuras. Solo cuando llegaron los equipos de rescate de la ciudad con sus brillantes luces, los vecinos pudieron ver que la carretera estaba llena de escombros, y con la llegada del amanecer vieron partes de cuerpos esparcidas por sus terrazas y tejados. Kheir Abu-Elhija, socorrista local, fue uno de los primeros en llegar al lugar. Explica que ha trabajado 20 años como enfermero y que nunca había visto nada igual. “La cámara acorazada del segundo piso se vino abajo sobre la del primero y lo aplastó todo”, dice. “Pudimos encontrar los restos de Manal por un rastro de sangre”. Equipos de emergencia trabajan en el edificio derribado por un proyectil iraní en Tamra Sin refugios subterráneos En la guerra desatada por la ofensiva de Israel en Irán se utilizan armas modernas de gran potencia que pueden convertir un cuerpo humano en vapor y restos en un instante. Israel también cuenta con modernas defensas aéreas que hasta ahora han logrado interceptar la mayoría de los misiles iraníes entrantes. Y en tres cuartas partes del país hay búnkeres subterráneos; que debería ser una garantía de supervivencia. Sin embargo, la familia Khatib no tenía un refugio subterráneo. Ellos, como el resto de los 37.000 habitantes de esta antiquísima ciudad situada en la ladera de una colina de la Baja Galilea, son palestinos. Y al igual que la mayoría de las localidades de mayoría palestina, Tamra no tiene ni un solo búnker. Como en muchas otras cuestiones de Israel, la muerte no cae siempre igual del cielo. “Desde la creación del Estado, el Gobierno de Israel no ha invertido en un solo refugio público para la población árabe del país”, dice el alcalde de Tamra, Mussa Abu Rumi. Las “cámaras de seguridad” reforzadas de las casas de nueva construcción son una alternativa menos segura, como ha demostrado el destino de los Khatib. Además, Abu Rumi afirma que solo el 40% de los residentes de Tamra disponen de estos espacios. “Me gustaría pensar que el Gobierno, dado que los misiles están muy presentes en esta guerra, pondrá en marcha un programa multidimensional para invertir en la seguridad de la comunidad árabe, y se va a invertir en la construcción de refugios”, dice el alcalde. Cuando se le pregunta si cree que la actual coalición de extrema derecha impulsará un programa de estas características, niega con la cabeza y señala que no tiene “ninguna esperanza” de que esto suceda. Los sitios que han sido atacados con misiles en Tel Aviv, Rishon ReZion y Bat Yam se han visto inundados de equipos de rescate, soldados del frente interno, policías y voluntarios. En cambio, la mayor parte de la limpieza en Tamra tras el ataque quedó en manos de los vecinos y unos pocos trabajadores municipales. Mientras hacen un descanso para beber agua en una terraza a la sombra, Azmeh Kiwan y su hermano mayor Bassam, que viven justo enfrente de la casa de los Khatib, dejan claro en una entrevista que se identifican como árabes israelíes. Subrayan que Tamra es un antiguo pueblo árabe. “Soy de aquí. Pertenezco a este lugar y moriré aquí”, dice Azmeh. Los hermanos también se posicionan totalmente a favor de la guerra contra Irán, país al que describen como una fuente de terrorismo. Israelíes celebran la caída de misiles en Tamra Cuando termina la entrevista y la grabadora ya está apagada, un vecino se acerca y comparte su indignación; una indignación que según él sienten todos los habitantes de Tamra. Desde la noche anterior, circula un vídeo grabado desde un pueblo judío cercano, y muestra misiles e interceptores israelíes surcando el cielo negro. Cuando un proyectil no llega hasta el objetivo y se estrella contra Tamra, se oye el júbilo de personas que están cerca de la cámara. “¡Al pueblo! Al pueblo!”, grita un hombre, y luego se unen varias voces de mujer, alguien empieza a aplaudir y juntos cantan una estrofa que se ha convertido en un himno extremista judío: “Que arda tu pueblo”. Cantada una y otra vez. “Por favor, ponlo en tu artículo”, dice el vecino. “Si lo digo yo van a aparecer 20 coches de policía en mi casa”. Abu Rumi afirma que sabe dónde se grabó el vídeo y que ha informado al Gobierno israelí y a la Policía, pero que tiene muy pocas esperanzas de que alguien comparezca ante la justicia. “Siempre intentamos conectar con la sociedad israelí”, dice el alcalde. “Y recibimos una respuesta de odio; algunas personas no nos ven como seres humanos que vivimos aquí de forma legítima”. El alcalde afirma que el centro político se ha evaporado y con él, las pocas protecciones con las que podían contar los ciudadanos palestinos de Israel. “El poder político que tienen los partidos de los colonos en el Gobierno está creando esta división”, lamenta. “Simplemente te ven como árabe, no importa de dónde vengas”. Ayman Odeh, miembro de la Knesset y amigo personal de la familia Khatib, afirma: “Hay una conexión entre la política de este Gobierno y quienes celebran esta terrible situación”. Argumenta que la guerra contra Irán no es más que el último síntoma de una herida sin tratar en el corazón de Oriente Próximo. “Todo está relacionado con la cuestión palestina, y mientras no resolvamos la cuestión palestina seguiremos dando vueltas en círculos eternamente”, señala. En su opinión, también es el resultado del hecho de que Benjamín Netanyahu necesita el conflicto constante para mantenerse en el cargo. “Netanyahu está utilizando esta guerra por razones políticas”, dice “Está poniendo en peligro a toda la región con la guerra contra Irán y con la guerra en Gaza. Es el gobierno más fascista y peligroso que hemos tenido, y es un peligro para todos”. Traducción de Emma Reverter.
eldiario
hace alrededor de 6 horas
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