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Nord Stream, caso abierto: el gasoducto saboteado divide a Europa

Nord Stream, caso abierto: el gasoducto saboteado divide a Europa
Tres años después de la explosión que paralizó el enlace gasístico ruso-alemán, la negativa de un tribunal polaco a extraditar a un sospechoso ucraniano ha reavivado viejas tensionesDetenido en Polonia un ucraniano sospechoso de participar en el ataque al gasoducto Nord Stream en 2022 Unas enormes tuberías de acero atraviesan una de las salas del Museo de Arte Contemporáneo de Varsovia. Forman parte de una instalación que pretende mostrar “cómo se entrelazan el flujo del gas, la propaganda y las teorías conspirativas”. La exposición es un guiño artístico al Nord Stream 2, el gasoducto submarino entre Rusia y Alemania por el mar Báltico, terminado en 2021. Diseñado para transportar gas natural directamente desde Rusia hasta Europa occidental, aún no había entrado en funcionamiento cuando unas misteriosas explosiones submarinas lo dejaron fuera de servicio en septiembre de 2022. Desde que comenzó su construcción en 2015, el gasoducto ha sido motivo de tensiones y preocupación en Polonia, recelosa de una infraestructura que simbolizaba la estrecha cooperación económica que mantuvieron Alemania y Rusia, una política que terminó cuando Vladímir Putin inició la invasión a gran escala de Ucrania en 2022. Ahora, tres años después de la explosión que dejó fuera de servicio el Nord Stream 2 y su predecesor, el Nord Stream 1, el polémico proyecto vuelve a causar profundas divisiones entre los aliados europeos después de que Polonia se niegue a extraditar a Alemania al principal sospechoso de la explosión el pasado octubre. Inmediatamente después de la misteriosa explosión del gasoducto, muchos sospecharon que Moscú podría ser el responsable, pero las pruebas apuntan a un complot llevado a cabo por ucranianos. El año pasado, The Wall Street Journal publicó que la operación fue financiada con fondos privados de empresarios ucranianos y llevada a cabo por un reducido grupo de oficiales militares de este país. Según esta información, el sabotaje fue inicialmente aprobado por el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, quien más tarde intentó, sin éxito, cancelarla. Las autoridades ucranianas han negado toda implicación. Alemania busca a seis personas Alemania ha emitido órdenes de detención contra al menos seis personas, entre ellas el buzo ucraniano Volodímir Zhuravlev, que fue detenido en Polonia a finales de septiembre. Los fiscales alemanes creen que Zhuravlev participó activamente en las explosiones. El Tribunal Federal de Justicia de Alemania dice que “formaba parte de un grupo de personas que colocaron explosivos en los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2 cerca de la isla de Bornholm en septiembre de 2022”. Asimismo, considera que “participó en las inmersiones necesarias [para la destrucción del gasoducto]”. Zhuravlev ha negado su participación. Señal dela estación receptora del gasoducto Nord Stream 2 en Lubmin (Alemania). Aunque las órdenes de detención y las consiguientes extradiciones son un procedimiento rutinario entre países de la Unión Europea, un tribunal polaco se pronunció el pasado 17 de octubre en contra de la ejecución de la orden de detención europea contra Zhuravlev, al considerar que Alemania carece de jurisdicción en el caso. Además, el tribunal argumenta que destruir el gasoducto podría considerarse una acción justificada por parte de Ucrania como parte de una guerra defensiva. “Este tipo de acciones emprendidas por las fuerzas armadas y las fuerzas especiales en tiempo de guerra, contra la infraestructura crítica del agresor, no son sabotaje, sino actos de distracción, que no pueden considerarse delitos en ninguna circunstancia”, dijo el juez Dariusz Łubowski, que ordenó la puesta en libertad de Zhuravlev. Tras la sentencia, el Gobierno alemán ha tratado de minimizar la decisión judicial y se ha abstenido de hacer declaraciones públicas. “Hemos tomado nota”, se limitó a decir Stefan Kornelius, portavoz del canciller, Friedrich Merz. Decisión polémica Lo cierto es que, como señala Kai Ambos, profesor de Derecho de la Universidad de Göttingen, el rechazo de la solicitud de extradición es muy inusual entre Estados miembros de la UE. El experto cuestiona el “razonamiento no jurídico y los ingredientes casi políticos” de la decisión del juez. “[La decisión judicial] ocupa un solo folio, en el que se afirma que se trata de una guerra justa de Ucrania contra Rusia. Por diversas razones, esto no resulta convincente. No es realmente un razonamiento jurídico, es solo una afirmación”, dice. “Si se quiere argumentar que se trató de un acto de guerra, tendrían que demostrar que el gasoducto era un objetivo militar, lo cual no era el caso. Es un objetivo civil, por lo que no se puede atacar sin más”. En su opinión, Berlín sí tiene jurisdicción porque la embarcación que supuestamente se utilizó para llevar a cabo la acción se alquiló en Alemania. Las declaraciones públicas del primer ministro polaco, Donald Tusk, antes de la sentencia, no han hecho más que avivar la polémica. “El problema con Nord Stream 2 no es que haya sido destruido. El problema es que se construyó”, escribió en X. En los días previos a la decisión del tribunal, también afirmó públicamente que “sin duda, no beneficia a Polonia entregar a este ciudadano a un país extranjero”. El ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, calificó el posicionamiento de Tusk de “impactante” y afirmó que plantea dudas sobre qué otros objetivos podrían considerarse legítimos. “Una cosa está clara: no queremos una Europa en la que los primeros ministros defiendan a los terroristas”, escibió en X. Hungría suele defender posicionamientos prorrusos, pero incluso los aliados de Polonia se han mostrado alarmados en privado por las declaraciones de Tusk, ya que parecían constituir una presión sobre el tribunal. Para el Gobierno polaco habría sido muy difícil entregarlo, y para la parte alemana también habría sido incómodo tener que celebrar un juicio público sobre este asunto mientras Ucrania está en guerra Piotr Buras — Director de la oficina del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores en Varsovia Piotr Buras, director de la oficina del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores en Varsovia, cree que la reacción de Tusk estaba dirigida al público nacional, puesto que la oposición de derechas polaca lleva mucho tiempo intentando presentarlo como un títere de Alemania. “Quería dejar claro que de ninguna manera se pondría del lado del Estado alemán”, dice Buras, que señala, no obstante, que los comentarios son “problemáticos”. Buras subraya que en Polonia el debate está teñido por una sensación generalizada de que la élite alemana no se toma en serio las preocupaciones de Varsovia sobre Rusia y ha tratado con condescendencia a sus vecinos del este. “Existe la sensación de que nosotros teníamos razón en todo y Alemania estaba equivocada, lo cual es una sensación nueva para los polacos”, señala. La investigación sigue El excanciller alemán Gerhard Schröder compareció en octubre ante una comisión del parlamento de Mecklemburgo-Pomerania Occidental que investiga cómo una fundación facilitó la construcción del Nord Stream 2 en 2021, a pesar de las presiones y amenazas de sanciones de Washington. Schröder, de 81 años, que desde que dejó el cargo en 2005 ha formado parte de los consejos de administración de empresas energéticas rusas, incluido el consejo de administración de Nord Stream 2, argumentó que el proyecto había sido “extraordinariamente sensato” y minimizó las preocupaciones en torno al gasoducto, calificándolas de “absurdas”. El excanciller alemán Gerhard Schröder en una imagen de archivo. Sin embargo, para otros miembros de la élite alemana, el gasoducto es un claro recordatorio de la relación política que mantuvo Alemania con Rusia en las últimas décadas, y que ahora se considera equivocada. Buras cree que la tibia respuesta oficial alemana a la denegación de la extradición es relevante e indica que la decisión podría acabar siendo conveniente para ambas partes. “Para el Gobierno polaco habría sido muy difícil entregarlo, y para la parte alemana también habría sido incómodo tener que celebrar un juicio público sobre este asunto mientras Ucrania está en guerra. Ahora tienen una buena excusa”, afirma. La investigación continúa. De hecho, durante el verano fue detenido en Italia otro sospechoso, identificado solo como un exoficial de inteligencia ucraniano llamado Serhiy K, que se encontraba de vacaciones con su mujer y sus dos hijos. Un tribunal italiano ha aprobado su extradición a Alemania, aunque se ha iniciado un proceso de apelación. Si los sospechosos acaban en Alemania, aún no está claro cuándo se celebrará el juicio. “Las decisiones sobre los cargos y las vistas judiciales que guardan relación (con la explosión) solo se tomarán una vez que se haya completado la investigación”, dice Ines Peterson, portavoz de la Fiscalía federal alemana. “No puedo hacer ninguna estimación sobre los plazos”. Traducción de Emma Reverter.
eldiario
hace alrededor de 3 horas
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