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Por qué ha ganado Zohran Mamdani en Nueva York: foco en el coste de la vida, movilización social y discurso firme ante Trump

Por qué ha ganado Zohran Mamdani en Nueva York: foco en el coste de la vida, movilización social y discurso firme ante Trump
El socialista demócratico de 34 años y origen ugandés será el alcalde de la ciudad más importante de EEUU cuando hace un año apenas tenía un 1% en las encuestas para las primarias demócratasEl socialista Zohran Mamdani conquista la alcaldía de Nueva York y marca un camino ante Trump desde la izquierda Zohran Kwame Mamdani se llama así porque su padre, Mahmood, le puso ese nombre intermedio en recuerdo de Kwame Nkrumah, líder histórico panafricanista de la independencia y primer gobernante de la Ghana independizada de Reino Unido en los 50 y 60. Mamdani nació en Uganda, lleva las raíces de África en su nombre y tiene sangre india por parte de madre. Mamdani encarna la diversidad de la ciudad de la que será alcalde con 34 años a partir del 1 de enero. Una ciudad que es más progresista que la media del país, del mismo modo que él es un socialista democrático y pertenece al alma más progresista del ecosistema del Partido Demócrata: como Alexandria Ocasio-Cortez, también de Nueva York; como Bernie Sanders, también nacido en Nueva York. Mamdani vive en Queens, en la llamada “república popular de Astoria” por ser uno de los lugares con mayor implantación del DSA –Socialistas Democráticos de América–, la organización a la que pertenece Mamdani y que tanto enfurece a Donald Trump. Y allí paga poco más de 2.000 dólares por una casa pequeña de alquiler tasado que comparte con su esposa, Rama. El continente, pero también el contenido Mamdani es joven y domina el lenguaje de generaciones que a menudo se desencantan de los procesos políticos institucionales. Y sus rivales le han caricaturizado como “tiktokero”, pero no es sólo el medio, también es el mensaje. “Indudablemente, es un candidato muy bueno”, explica el politólogo Roger Senserrich: “Es un político brillante, ha hecho una campaña sensacional. Hay muchísimo que discutir sobre sus vídeos, sobre su estrategia de comunicación, sobre su personalidad... Pero cualquier buen político tiene que tener suerte y Mamdani ha tenido mucha”. Waleed Sahid, estratega político progresista en EEUU, explica que “Zohran Mamdani desestabiliza el panorama político porque parece operar con una lógica distinta de aquello que lo rodea. Para los expertos, resulta una curiosidad: un joven socialista democrático con dominio de TikTok y una facilidad desenvuelta en la diáspora, parte de una nueva generación de políticos que parecen haber nacido para hacerse virales. Pero lo que lo distingue no es la novedad, sino la convicción. Se comporta como un guerrero entusiasta, consciente de los absurdos de la política, pero reacio a renunciar a sus posibilidades. Habla con la seguridad de que la política aún puede hacer la vida menos dura. Lo que Mamdani realmente está poniendo a prueba es si los demócratas aún pueden generar atención a través del conflicto en sus propios términos. Mamdani entiende que la atención se genera a través del conflicto, y que la solución no es evitarlo, sino redirigirlo. Lo centra en la accesibilidad económica: quién paga, quién se beneficia y cómo funciona el poder, visibilizando así la lucha económica y haciéndola emocionalmente comprensible. Para él, el conflicto no es una distracción para gobernar; es el punto de partida para la persuasión. El objetivo no es generar ira, sino canalizarla, recordar a la gente que la política aún puede cambiar el precio de aquello que rige su día a día”. El partido “¿Cómo vamos a seguir adelante sin el partido?”, preguntaba alguien en la película Novecento, de Bernardo Bertolucci, después de que Mussolini hubiera ilegalizado al PCI en 1925. Y Olmo Dalco contestaba: “El partido, sí. Vaya excusa. El partido eres tú, y lo sabes. Es Eugenia, es Enzo, es Armando. Y, además, cruzando el río está la familia Atzalli y, al fondo del valle, la familia del Bizco. Ahí está, en todas partes, donde hay alguien que trabaja, ahí está el partido. Tras los barrotes de la cárcel, donde hay miles de compañeros, ahí está el partido, ahí está”. El partido como un modo de vida, como una familia, como una escuela, como una red, como una lucha frente a la ola reaccionaria y la agenda ultra de Trump. El partido, en este caso, es el DSA, que en Nueva York es donde más penetración tiene en todo EEUU. El DSA en Nueva York es una organización cuyos miembros se han duplicado desde que ganó las primarias demócratas en verano hasta alcanzar las 16.000 personas y articular una movilización de 100.000 voluntarios que han tocado tres millones de puertas para llevar el mensaje de la ciudad asequible para la mayoría social a través, entre otras cosas, de los impuestos. “Preferimos gobernarnos a nosotros mismos con riesgos, a la servidumbre en tranquilidad”, decía Nkrumah. Y esa máxima parece haber acompañado la campaña del demócrata y socialista. Grace Mausser, co-coordinadora del DSA en Nueva York, explica a elDiario.es que “los socialistas democráticos de América de la ciudad de Nueva York han sido una fuerza política y electoral en auge en la ciudad durante aproximadamente nueve años”. “Hemos participado en elecciones de forma constante, hemos creado una cultura que no solo se basa en el trabajo en la calle, sino también en abrir la campaña a las mayorías, e invitar a voluntarios a tener un papel real y significativo en la estrategia y en cómo se desarrolla la campaña. Ese espíritu lo han aportado Zohran y su equipo, muchos de los cuales son miembros destacados de DSA”, prosigue Mausser: “El núcleo de la campaña se construyó sobre el trabajo de DSA y también sobre el espíritu que aportamos a las campañas para popularizarlas y abrirlas a muchos tipos diferentes de participantes. Eso es lo que realmente permitió que la campaña creciera y se volviera tan masiva”. Mamdani, en realidad, no es el primer alcalde de Nueva York del DSA. Hay un precedente, David Dinkins (1990-1993), pero en aquella época el DSA no era un actor político en la ciudad como lo es ahora, que ha llenado todas las fiestas que tenía programadas en la ciudad para celebrar la victoria este martes. “Es un paso histórico para el progresismo”, explica David Adler, coordinador de la Internacional Progresista: “En Estados Unidos el Partido Demócrata sigue muy desorientado y su base muy desmovilizada ante la amenaza que representa Trump en su forma de fascismo más rancio. Y Zohran representa una llama de esperanza para todo este movimiento progresista en Estados Unidos. Obviamente, significa la maduración del órgano que se llama democrático de América DSA, el movimiento de la izquierda, de mi generación, de los millenials que han llegado así a la Cámara de Representantes, que ha delegado su voz. Sí, al Senado en la forma de Bernie Sanders, pero que todavía no tienen la oportunidad de gobernar ninguna zona tan importante como es Nueva York”. El programa Autobuses rápidos y gratuitos. Impuestos a los ricos. Cuidado infantil gratis. Y tope a los dos millones de alquileres de personas vulnerables. Así se resumen las ideas fuerzas que lleva un año repitiendo Zohran Mamdani y que sus rivales demonizan como comunistas. “El atractivo de Mamdani reside en su respuesta a dos preguntas que el partido demócrata sigue eludiendo”, dice Sahid: “¿Puede un demócrata captar la atención sin convertirse en una caricatura? Y una vez captada, ¿puede utilizarse para que la política se entienda como un sistema que transforma lo que la gente paga y cómo vive? Su método combina tradiciones que rara vez coexisten: la claridad moral de Sanders, el ritmo digital y de movilización de Ocasio-Cortez, la sólida competencia de los ejecutivos eficaces y la habilidad narrativa de los profesionales de la cultura que saben cómo conectar con el público. El objetivo no es el estilo por sí mismo, sino la persuasión como arte, demostrando que los demócratas pueden volver a dominar el debate económico, hablar con franqueza sobre el poder y mantener la coherencia en sus palabras”. Mausser, la co-coordinadora del DSA explica: “Tenemos una tasa impositiva bastante baja, tanto para las corporaciones como para los ricos, tanto a nivel estatal en Nueva York como a nivel nacional. Y en Estados Unidos nos han inculcado de muchas maneras la idea de que los impuestos son un impedimento para nuestra libertad. Los socialistas y progresistas argumentan cada vez más, y creo que con éxito, que los servicios públicos que se financian con impuestos permiten una mayor libertad de movimiento y facilitan que los trabajadores vivan sus vidas. Y que los impuestos son un precio muy bajo a pagar por todo lo que se puede obtener colectivamente como país y como sociedad a cambio”. “Además”, prosigue Mausser, “quiero destacar dos puntos más. Primero, planea crear una nueva Oficina de Seguridad Comunitaria que invertirá en tratamiento de salud mental para personas que lo necesiten y se encuentran sin hogar. Actualmente, la ciudad de Nueva York utiliza policías armados para atender este tipo de llamadas y problemas. No es algo para lo que muchos policías estén capacitados ni que les entusiasme hacer. Y, a veces, esto también resulta en violencia. Por eso, me entusiasma mucho la idea de ampliar el número de personas que sean alternativas a la policía y que puedan responder a estas situaciones. Y otro punto es que quiere experimentar con supermercados municipales para ver si el gobierno de la ciudad puede desempeñar un papel significativo en la reducción del coste de los alimentos”. ¿Y cómo va a gobernar? “Es muy temprano decirlo”, sostiene Senserrich: “Su agenda tiene una de cal y una de arena. Hay algunas ideas malas, algunas ideas muy buenas y mi sensación es que va a ser un poco un source socialista, una tradición de la izquierda americana de básicamente ser muy de izquierdas, pero ser muy práctico, centrarse mucho en los servicios públicos”. “Es muy joven, tiene poca experiencia y va a gobernar una ciudad enorme, complicadísima de gobernar y con unos problemas de precio de vivienda y de costes, de infraestructuras y de servicios públicos enormes. Tiene un trabajo muy duro. Pero esa victoria tiene un mérito enorme”, concluye Senserrich. El eje de clase La oligarquía, los multimillonarios, los ricos que no pagan los impuestos que serían necesarios para tener servicios públicos en el país más rico del mundo pero con el uno de los peores sistemas sanitarios posibles. Ese es un mensaje constante de campaña, que suena revolucionario en EEUU, pero que es el día a día en países europeos. “La política estadounidense es, en muchos sentidos, más conservadora que la de muchos otros países desarrollados”, explica Mausser: “Lo que proponen los socialistas aquí se centra en reconstituir nuestra red de seguridad social, reinvertir y expandir nuestros servicios públicos. En muchos casos, esas inversiones y esos cambios nos pondrían al nivel de algunos países europeos y latinoamericanos, un punto de partida con el que ya operan. Cuando otros observadores políticos extranjeros analizan la política estadounidense, ven a figuras como Bernie Sanders, Alexandria Ocasio-Cortez y Zohran Mamdani abogando por el cuidado infantil universal o la sanidad pública. Para ellos, estas propuestas no suenan tan radicales. Pero en Estados Unidos significaría una enorme cantidad de dinero estatal destinado a servicios públicos, algo de lo que nos hemos estado alejando cada vez más durante más de 50 años. Representa un cambio significativo en las tendencias políticas estadounidenses, y creo que eso entusiasma a más personas de las que asusta”. Ejemplo contra Trump “Tengo mucha esperanza de que el éxito de Zohran y el auge de DSA signifiquen que podamos formar una alianza de trabajadores de izquierda que aleje la política estadounidense del borde del autoritarismo”, afirma Mausser. David Adler, coordinador de la Internacional Progresista afirma: “La victoria representa un paso histórico en tres niveles: en la ciudad de Nueva York, que ha sido gobernado por unos corruptos durante muchos años con Eric Adams o en la era de Michael Bloomberg; es decir, sin atender a las necesidades básicas del pueblo neoyorquino en su diversidad, como sus comunidades de inmigrantes o en la severidad de la crisis de asequibilidad”. “Es un reto cambiar el establishment”, dice Adler, “pero estamos viendo avances graduales. La gente está harta de que los demócratas del establishment no se opongan con firmeza a Trump. A medida que Trump se vuelve más autoritario y agresivo, la gente percibe la diferencia entre un enfoque socialista para oponerse y un enfoque moderado del establishment. Y creo que cada vez más personas optan por el enfoque socialista”. Impacto fuera de Nueva York... “Creo que en las elecciones del próximo año veremos a más personas intentando comportarse como Zohran”, explica Adler: “Algunos quizás saquen conclusiones incompletas y piensen que, con solo estar en redes sociales, podrán captar el entusiasmo del momento. Pero creo que muchos sacarán una lección más completa: sí, es importante tener una estrategia de comunicación sólida, pero, aún más importante, es tener un mensaje contundente sobre el coste de la vida, la accesibilidad y los temas que afectan la vida de los trabajadores. Por eso, tengo la esperanza de que, de cara a 2026 y las elecciones al Congreso, veamos a más miembros del Partido Demócrata asimilando esta lección”. No obstante, Senserrich explica: “Nueva York no es una ciudad en absoluto al resto del país. Es mucho más progresista, si bien menos progresista de lo que se dice, pero mucho más progresista que el resto del país. Y realmente no es demasiado representativa del resto”. El politólogo también considera que Mamdani “ha tenido ante sí uno de los peores candidatos posibles. El establishment demócrata tuvo la genial idea de presentar a un tipo que le echaron a patadas de su cargo de gobernador de Nueva York por acusaciones creíbles de acoso sexual por parte de 12 mujeres. Escogieron a Cuomo, que ha perdido no una vez, sino dos”. Senserrich también explica que “Mamdani ha tenido suerte de que sus oponentes le han atacado en cosas que le han acabado reforzando. Por ejemplo, cuando la han atacado por ser flojo en su apoyo a Israel. Eso lo han hecho justo en el momento en que el apoyo Israel en Estados Unidos, especialmente entre los demócratas y también entre la comunidad judía, estaba cayendo en picado por todo lo que estaba sucediendo en Palestina. Era realmente poner un foco sobre una cosa en que las bases del partido se estaban moviendo en dirección contraria”. ...Y fuera de EEUU ¿Qué hacer ante la ola reaccionaria internacional que tiene al frente al presidente del país más poderoso del planeta? “Yo diría que es un paso histórico para el movimiento progresista a nivel internacional”, afirma Adler: “Obviamente, podemos ver no solo en ambos lados del Atlántico, sino en todo el mundo, el avance de una nueva derecha más radicalizada y menos avergonzada de sus propias tácticas autoritarias y muchas partes de la izquierda, o podemos decir las fuerzas democráticas del mundo se han sentido muy perdidos. ¿Qué podemos hacer para combatir a esas fuerzas de odio, de división y también de la desilusión de nuestros pueblos? Y Zohran tiene la posibilidad de inyectar una nueva energía, la imaginación, una nueva potencia a toda la izquierda internacional, con la necesidad urgente, ardiente de combatir esas fuerzas reaccionarias desde las calles donde la fuerza principal de Zohran y su movimiento hasta los pasillos del poder”. “Es una victoria muy inspiradora, pero también muy impactante para la posibilidad de una regeneración democrática a nivel mundial”, sentencia Adler. Disputa en las primarias demócratas El triunfo de Mamdani también muestra una nueva mayoría en Nueva York que pone en peligro los escaños de vieja guardia demócrata moderada, como los líderes en el Senado y la Cámara de Representantes, Chuck Schumer y Hakeem Jeffries. “El DSA aún no ha tomado todas las decisiones sobre su estrategia electoral para 2026, pero, en general, como táctica, utilizamos las elecciones primarias para contrarrestar al establishment y para reemplazar a los demócratas más moderados, o incluso a veces conservadores, por socialistas que luchen más activamente no solo contra el fascismo, sino también para ampliar el papel positivo del gobierno en la vida de la gente trabajadora”, argumenta la co-coordinadora del DSA. La ciudad de Nueva York está en su punto de mira. Sabemos que quiere ejercer control sobre nuestra ciudad. Y tener a alguien en la alcaldía comprometido con combatir eso es absolutamente crucial. Andrew Cuomo se comunica y colabora con Trump. Curtis Sliwa es un republicano que ha elogiado a Trump; el único candidato que realmente se enfrentaría a él, que se opondría a cualquier invasión de tropas federales a nuestra ciudad, es Zohran. Y creo que eso está movilizando a la gente, ya que ven que esta amenaza de Trump y del autoritarismo se vuelve cada vez más real. Y en cuanto a Palestina, claro, el alcalde no participa activamente en la política exterior, pero que alguien se haya postulado a un cargo tan importante y haya tenido tanto éxito al denunciar el genocidio que se está cometiendo en Palestina ha sido una gran motivación para los votantes y los voluntarios. Ha movilizado a la gente, la ha entusiasmado y ha inspirado a muchos a involucrarse. Así que creo que ha sido un gran impulso para la campaña. Además, aunque el alcalde no tenga un papel directo en la política exterior, que alguien haya tenido tanto éxito político al asumir esta postura, creo que animará a otros a ser valientes y adoptar la misma posición cuando estén en puestos de poder.
eldiario
hace alrededor de 3 horas
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