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¿Puede Israel destruir el programa nuclear de Irán?

¿Puede Israel destruir el programa nuclear de Irán?
Los ataques israelíes han debilitado a la cúpula militar de Irán. Pero las instalaciones nucleares iraní están a muchos metros bajo tierraIsrael retoma la ofensiva contra Irán y advierte de que “Teherán arderá” si continúan los ataques iranís La implacable combinación de buena información y poderío aéreo que Israel ha demostrado con su ataque a Irán deja al descubierto una disparidad significativa entre los dos países para un conflicto que será largo si el objetivo es eliminar la capacidad nuclear de Teherán. Las oleadas de ataques aéreos israelíes contra Irán comenzaron en torno a las 3 de la madrugada del viernes. Según los informes, el primer objetivo fueron los líderes militares y los servicios de espionaje. Después pasaron a las baterías de defensa antiaérea, las bases de lanzamiento de misiles, y lo más importante: las instalaciones clave de Natanz donde es posible el enriquecimiento de uranio para fabricar armas. El objetivo inicial parece haber sido la cadena de mando del ejército iraní, con el asesinato del general de división Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes; y del general Hossein Salami, jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, junto con otros altos cargos del grupo. Según Burcu Ozcelik, investigador del centro de estudios Royal United Services Institute (Rusi), la magnitud de un ataque que ha ido contra la cúpula militar y contra la infraestructura nuclear podría “remodelar el panorama estratégico de Oriente Próximo”. “La profundidad y precisión de ataques que han llegado hasta el corazón de Teherán, eliminando a personas clave como [Hossein] Salami, ponen de relieve la penetración de los servicios de espionaje israelíes y la degradación de la defensa aérea de Irán; para Teherán, no es solo una pérdida táctica, sino una profunda humillación estratégica”, dijo. La primera pregunta es por los daños en Natanz, donde Irán ha desarrollado la mayor parte de su enriquecimiento nuclear. Se dice que el lugar está a ocho metros bajo tierra, protegido por roca dura y hormigón armado. En las grabaciones de vídeo era posible ver columnas negras de humo saliendo de la zona, pero evaluar los daños es imposible. El gobierno de Irán declaró a través de la agencia de noticias semioficial Mehr que el ataque había afectado a Natanz y que no había víctimas. El Organismo Internacional de la Energía Atómica ha comunicado que todavía se estaban evaluando los daños. Effie Defrin, portavoz del ejército israelí, dijo que el bombardeo había alcanzado a la zona subterránea y a las infraestructuras clave relacionadas. “Hemos infligido daños significativos en este lugar”, dijo. Al mismo tiempo, el servicio de espionaje exterior de Israel Mossad comunicó que había desplegado una serie de ataques con comandos, una declaración que complementó con un vídeo térmico granulado, así como ataques desde drones preposicionados contra sistemas iraníes de defensa aérea, incluida la base aérea de Esfejabad, al estilo del reciente ataque ucraniano contra las bases aéreas de Rusia. Es probable que algunas de las afirmaciones del Mossad sean propaganda, pero la realidad militar es que hasta ahora no ha habido ninguna señal de defensas aéreas iraníes eficaces, ni bajas informadas en las fuerzas aéreas israelíes. La superioridad aérea de Israel parecía casi total, lo que le permitió seguir bombardeando el viernes con nuevos ataques sobre Tabriz. Según Israel, la respuesta inicial de Irán fue lanzar más de 100 drones, todos ellos derribados a media mañana. Los drones son lentos y les lleva hasta siete horas recorrer las 700 millas que separan a los dos países [unos 1.125 kilómetros]. Para que algunos de ellos tocaran tierra tendrían que haber lanzado muchos más. Pero Teherán tiene otras opciones militares. La más peligrosa es su reserva de hasta 3.000 misiles balísticos de alta velocidad, de los que gastó unos 180 en el ataque contra Israel de octubre de 2024. En aquel último ataque, unas dos docenas de esos misiles alcanzaron las bases aéreas de Nevatim y de Tel Nof en Israel, donde se cree que se almacenan armas nucleares, y lugares cercanos a la sede del Mossad. Pero al parecer los daños causados fueron relativamente modestos. Los informes iniciales ubicaban entre los primeros objetivos de Israel a la región de Kermanshah, en el oeste de Irán, por sus instalaciones para lanzar misiles balísticos enterradas en desfiladeros. Pero destruir o lograr inutilizar emplazamientos subterráneos es notoriamente difícil. No se sabrá cuál fue su efecto hasta que Irán lance un contraataque de misiles con los que hayan quedado. Otro escenario posible es el de ataques cibernéticos o terroristas. Pero ninguno de ellos parece una represalia equivalente desde el punto de vista político, incluso si son realizables. Los ataques contra objetivos estadounidenses serían muy arriesgados para Teherán por la posibilidad de que EEUU se incorpore a la guerra con toda su potencia de fuego. Una opción que no está sobre la mesa es recurrir a los representantes regionales de siempre. El grupo Hezbolá del Líbano, descabezado el pasado otoño durante la guerra de dos meses contra Israel, comunicó el viernes que “no iniciará su propio ataque contra Israel” para apoyar a Irán. Los hutíes de Yemen, atacados el martes por Israel, están a más de 1.000 millas de distancia [unos 1.600 kilómetros] y solo pueden organizar ataques ocasionales con misiles balísticos. La complicación para Israel es que Irán ha tenido tiempo de sobra para prepararse y sus instalaciones nucleares están bien defendidas. Israel no intentó hasta la tarde del viernes atacar una segunda instalación de enriquecimiento en Fordow, enterrada a una profundidad de entre 80 y 90 metros bajo tierra, superando la capacidad de los misiles israelíes más potentes de los que se tiene constancia: el Rocks (de 1,8 toneladas) y el Air Lora (1,6 toneladas). Según un análisis de Rusi, un ataque exitoso de Natanz “requeriría probablemente varios impactos en el mismo cráter para ‘excavar’ hasta la instalación y conseguir que un arma pudiera explotar con éxito en su interior”. La destrucción de Fordow solo se considera factible con la bomba estadounidense GBU 57/B o bunker buster que pesa casi 14 toneladas, mide 6 metros de largo, y solo puede ser lanzada desde el bombardero estadounidense B-2. La fortaleza de estos objetivos unida a la superioridad aérea de Israel y a su extraordinaria confianza hacen pensar en una campaña militar prolongada contra Irán que, según algunos informes, podría llegar a las dos semanas. Un periodo internacional tenso y lleno de incertidumbre cuyo punto final, siempre y cuando Irán no se rinda, no parece evidente.
eldiario
hace alrededor de 13 horas
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