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Nordin Workout, el influencer que pasó tres meses en la cárcel por una acusación falsa de yihadismo: "Fue islamofobia estructural"

Nordin Workout, el influencer que pasó tres meses en la cárcel por una acusación falsa de yihadismo: "Fue islamofobia estructural"
Este influencer con más de medio millón de seguidores en Youtube ha estado más de tres meses en prisión por un delito inexistente. Además de relatar su experiencia en régimen de aislamiento, reclama programas de desradicalización reales independientemente del credo o la ideologíaFeijóo necesita leer el Código Penal: la mayoría de sus propuestas sobre expulsiones de inmigrantes ya están en la ley El 22 de enero de 2025 todo cambió para Nordin Workout. Agentes de la Guardia Civil derribaron su puerta para detenerle por supuesto adoctrinamiento yihadista. Se llama Noureddin El yemlahy Chouati, vive en un barrio obrero de Leganés, tiene 30 años, en unos días nacerá su primer hijo y se dedica a compartir vídeos sobre calistenia y deporte callejero. Su perfil de Youtube tiene más de 500.000 seguidores y en Instagram y Tiktok se cuentan por decenas de miles.  Madrileño de nacimiento con ascendencia magrebí, pronto se vio entre rejas. La prisión provisional, régimen de aislamiento mediante, duró más de tres meses. El 12 de mayo salió en libertad, aunque con medidas preventivas, y el pasado 10 de julio el juez Ismael Moreno archivó su causa. No había nada. Ahora que las cosas andan más tranquilas, Nordin Workout da su primera entrevista tras ser liberado a elDiario.es en el popular barrio de Canillejas. La experiencia le ha servido para conocer mejor el sistema carcelario, pero también para sufrir en sus propias carnes lo que denomina como “islamofobia estructural”. También critica la actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, lo boicoteada que ha terminado su imagen y la diferencia que ve en la forma de proceder ante una supuesta amenaza yihadista y las procedentes de la extrema derecha, que también han llegado a causar víctimas. ¿Cómo un youtuber que sube vídeos de calistenia termina detenido por la Guardia Civil acusado de yihadismo?  Es algo que mucha gente se preguntaba. Cuando llegué a la prisión, en el módulo de ingresos, algunos funcionarios me conocían de redes sociales. Yo entraba en prisión provisional después de escuchar cómo el fiscal retorcía sus argumentos para acusarme de tener tres terabytes de propaganda yihadista. Yo me dedico a crear contenido para redes. Lo único que había en esos discos duros eran cientos de vídeos en bruto. No encontraron nada por lo que pudieran acusarme, y aun así me encerraron, sin ningún riesgo de fuga, destrucción de pruebas o reiteración del delito, porque no tengo antecedentes penales. No eran capaces de ver que tengo mi vida estructurada aquí, con mi mujer y mi futuro hijo, mi trabajo, mi red de amigos... Agentes del Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil tiraron su puerta abajo el 22 de enero. ¿Cómo recuerda aquel día? No eran ni las 7 de la mañana y estaba yendo a trabajar frente al ordenador. Empecé a escuchar unos golpes muy fuertes, como si se fuera a caer el edificio. De repente vi que tumbaban la puerta, algo terrorífico, cuando no tenían por qué haberlo hecho, porque tampoco tenían indicios de que yo poseyera armas. Yo creo que pesó mucho más quién era y la cantidad de seguidores que tengo, y el ruido mediático que mi detención podía generar, que la amenaza real que yo constituía. Me quedé en shock. Eran hombres de dos metros armados con subfusiles en mi casa. Cuando el inspector me dijo que estaba detenido por adoctrinamiento salafista yihadista miré a mi mujer y dije “joder”, porque no me lo podía creer. Ese es el miedo que tiene cualquier musulmán en España, que se le manche con algo de este estilo y se le detenga. Colaboré durante el registro, les di todas mis contraseñas y claves, porque no tengo nada que esconder. La situación se tranquilizó un poco y me llevaron a los calabozos. No sabía que dos días después decretarían la prisión provisional. En esas horas todavía estaba en shock, nunca me imaginé que pudiera pasarme algo así. Además, recuerdo que lo más duro de aquel día fue salir de casa encapuchado con la gente mirando. Yo no vivo en la Moraleja, donde la gente no se conoce. Yo tengo que venir luego aquí, a mi barrio humilde de Leganés, y seguir haciendo mi vida, a pesar de las miradas y los murmullos. Noureddin El yemlahy Chouati, Nordin Workout Primero le condujeron a la cárcel de Soto del Real y, después, a la prisión de A Lama, en Pontevedra. ¿Qué pensaba aquellos días de reclusión? Yo soy sincero. Ahora está de moda que te llamen facha por decir que defiendes a España, pero eso es lo que he hecho yo desde la posición que creo que tengo que ocupar. He representado a España a nivel deportivo, he hecho voluntariados en prisiones y centros de menores para, a través del deporte, intentar que los más jóvenes se inserten en la sociedad. Verme encarcelado para mí fue una traición absoluta. Lo único que he hecho con mis vídeos y mi día a día es intentar que la sociedad funcione de la mejor forma posible derribando los estereotipos. Aquellos días lo pasé muy mal. Perdí siete kilos en una semana.  Cuando pensé que todo se estaba calmando me mandaron para Galicia. Todavía no entiendo el porqué. Eso complicó mucho que mi familia y allegados pudieran visitarme. Me llevaron en un transporte peor que en el que van los cerdos, porque a ellos al menos les da el aire. No me entraba en la cabeza cómo había pasado de ser una persona normal a estar en un camión hacia Galicia muerto de frío. Es algo que no deseo ni a mi mayor enemigo. ¿Qué fue lo peor de la prisión provisional? Vives, o sobrevives, con una incertidumbre increíble. No sabes si estarás ahí dos meses o dos años. Se te viene el mundo abajo. Además, activaron el protocolo de aislamiento conmigo y solo podía salir al patio unas cuatro horas al día después de haber estado más de 20 metido solo en una habitación rodeado de hormigón. Tenía una sensación de ansiedad en el pecho increíble, no podía hablar con nadie. Las instalaciones de aislamiento están hechas para castigar, es una tortura psicológica horrorosa pensada para que nadie quiera volver a estar ahí. ¿Qué es lo que más le extrañó en esos días? Me quedé impresionado con que la gente acusada de lo mismo que me acusaban a mí no pudiera participar de las actividades de la prisión, ni ir a charlas ni echar un partido de fútbol. De verdad, pienso que si un chaval que se cree los discursos yihadistas entra así en prisión saldrá más convencido de sus pensamientos, porque les da más motivos para radicalizarse.  Al contrario, a esta persona la tienes que sacar al patio para que vea que el mundo no es negro o blanco, que el amigo musulmán es igual de amigo que aquel que no es musulmán. La mayoría de ellos vienen de familias pobres, desestructuradas, con problemas y adicciones, y eso es lo que también hay que atajar. Meterlos en aislamiento es una tortura psicológica de la que no se miden nunca bien sus consecuencias. Todo vino porque subió vídeos a sus redes sociales con algunas canciones ‘nasheeds’ [tipo de música vocal islámica que se canta a capela o solo con instrumentos de percusión, y cuya temática suele referirse a las creencias, la historia y la religión del Islam, o a acontecimientos de la actualidad] de fondo. La Guardia Civil llegó a publicar una nota de prensa tras su detención en la que aseguraba que en estas canciones se “camuflaban consignas con un fuerte poder adoctrinador en el ideario yihadista”. ¿Cómo llegó a esas canciones?  Algunas de esas canciones son muy famosas, y también las comparten deportistas de alto nivel en sus stories de Instagram, por ejemplo. Tienen ritmo, suenan bien, son casi de carácter medieval. Es un árabe antiguo que yo no entiendo, y que se viralizan. Por eso las puse de fondo en mis vídeos en los que aparecía haciendo ejercicio. Es que es música que ahora mismo puedes encontrar en Spotify. Yo no tengo ni idea si esa música la utiliza el Daesh porque nunca he visto uno de sus vídeos. Además, dicen que usé esas canciones en ocho ocasiones a lo largo de 14 meses, en vídeos de entre 20 y 30 segundos de duración. ¿Qué tipo de adoctrinamiento en ese? Yo nunca he lanzado mensajes radicales, ni he llamado a la violencia. Todo lo contrario, tengo vídeos en los que condeno el terrorismo islamista. Yo me pregunto si hacen lo mismo con la gente que sube cánticos falangistas y nazis. ¿También les detendrán y meterán en prisión provisional? ¿O es que existe un delito de adoctrinamiento concreto solo para musulmanes? Yo he visto mensajes en redes sociales de gente con armas diciendo que había que salir de caza por Torre Pacheco. ¿Qué pasaría si eso lo hace un musulmán? Lo que hicieron conmigo responde a una islamofobia estructural. Tras su detención aparecieron titulares como “Nordin, el yihadista 'influencer' detenido en Madrid que lanzaba mensajes sobre 'fitness' para captar a los jóvenes” y “Detenido en Madrid un influencer marroquí con más de 100.000 seguidores por adoctrinamiento yihadista a través de sus vídeos”. ¿Qué papel juegan los medios en todo esto? Los medios pueden llegar a ser gasolina para la extrema derecha si publican continuamente las notas de prensa de la Policía sin dudar de ellas. Cuando representaba a España a nivel deportivo era un español más al que aplaudían, cuando me detienen directamente paso a ser un “influencer marroquí”. Nos extranjerizan continuamente. Aquí tiene que intervenir el Estado de alguna forma, porque estos titulares no solo generan delitos de odio, sino persecuciones reales que sufre la gente migrante y racializada por culpa de esos mismos titulares. Lo que consiguen es que cualquier persona que me siga y tenga la cabeza comida con narrativas de la extrema derecha piense que aquí hasta el que parecía más normalito, hasta el que solo se dedicaba a hacer deporte, puede ser un terrorista. Las Fuerzas de Seguridad también saben que con estas detenciones se pierde muy fácilmente la presunción de inocencia, tienes un juicio mediático paralelo y te puedes ir olvidando de tu intimidad, porque tu cara está en todos los medios. ¿Qué tendría que cambiar para que algo así no volviera a ocurrir? Lo que no puede ser es que los investigadores de la Guardia Civil y la Policía Nacional no tengan ni idea de árabe. También veo cierto problema en esos expertos formados en ciencias islámicas que redactan los manuales que siguen los agentes. Yo he leído algunos de esos manuales y llegan a decir que utilizar el emoji del ninja y las espadas es indicativo de pertenecer a la Yihad, lo que es una generalización descabellada. Todas las políticas se plantean desde la persecución, el castigo y la sospecha, cuando en realidad hay que ir a la raíz, y atajar el problema de la radicalización de forma independiente a la ideología o la religión que cada uno profese, porque un nazi es igual que un yihadista, y seguramente se entiendan en muchas cosas. ¿Por qué no hay programas de desradicalización y sí muchos protocolos de prevención? Después de estos meses de reclusión y señalamiento público, ¿intentará limpiar su imagen? Por el momento es algo que estoy pensando con mis abogados, el reclamar a nivel judicial. Aquí nadie te da nada si no lo pides, ni siquiera unas disculpas por el error cometido. Sobre mi imagen, como mejor la limpio es continuando con mi labor, como hago con mi podcast ‘La Última Medina’, donde converso en torno a cuestiones del Islam con especialistas. No tengo ni rencor ni ningún tipo de odio. He salido con una visión de tranquilidad y de paz y, por ende, intento dejar algo mejor de lo que me he encontrado en la vida para que las futuras generaciones no tengan que pasar por lo mismo que yo. El futuro será multicultural, y eso lo deberían tener claro jueces, fiscales y policías.

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