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Starship pierde el control al alcanzar la mitad de su trayecto tras una fuga de combustible

El cohete Starship de SpaceX despegó el martes al espacio desde Texas, pero perdió el control a mitad de su vuelo sin lograr algunos de sus objetivos de prueba más importantes, lo que plantea nuevos obstáculos de ingeniería al cada vez más turbulento programa de cohetes a Marte del presidente ejecutivo Elon Musk . El sistema de cohetes Starship de 122 metros de altura , núcleo del objetivo de Musk de enviar humanos a Marte, despegó del sitio de lanzamiento Starbase de SpaceX en Texas , volando más allá del punto de dos intentos explosivos anteriores a principios de este año que enviaron escombros sobre las islas del Caribe y obligaron a docenas de aviones de pasajeros a desviar su curso. Para el último lanzamiento, la novena misión de prueba completa de Starship desde el primer intento en abril de 2023, la nave de crucero de etapa superior fue elevada al espacio sobre un propulsor previamente volado, la primera demostración de este tipo de la reutilización del propulsor. Pero SpaceX perdió contacto con el propulsor de la etapa inferior de 232 pies durante su descenso antes de que se hundiera en el mar, en lugar de realizar el amerizaje controlado que la compañía había planeado. Mientras tanto, Starship continuó su trayectoria suborbital, pero comenzó a girar sin control aproximadamente a los 30 minutos de iniciada la misión. La espiral errática se produjo después de que SpaceX cancelara un plan para desplegar ocho satélites Starlink de prueba en el espacio: el mecanismo del cohete, similar a un dispensador de caramelos 'Pez', no funcionó según lo previsto. «No pinta muy bien para muchos de nuestros objetivos en órbita hoy» , dijo el locutor de SpaceX Dan Huot en una transmisión en vivo de la compañía. Musk tenía previsto ofrecer una actualización sobre sus ambiciones de exploración espacial en un discurso desde Starbase tras el vuelo de prueba, anunciado como una presentación en directo sobre «El camino para hacer que la vida sea multiplanetaria» . Horas después, aún no había pronunciado el discurso y no había indicios de que tuviera intención de hacerlo. En una publicación en X, Musk promocionó el apagado programado de un motor de Starship en el espacio, un paso que los vuelos de prueba anteriores lograron el año pasado. Afirmó que una fuga en el tanque de combustible principal de Starship provocó la pérdida de control. «Hay muchos datos útiles para revisar» , dijo. «La cadencia de lanzamiento para los próximos tres vuelos será más rápida, aproximadamente uno cada tres o cuatro semanas». SpaceX ha dicho que los modelos Starship que han volado este año tienen importantes mejoras de diseño con respecto a los prototipos anteriores, mientras miles de empleados de la compañía trabajan para construir un cohete multipropósito capaz de colocar lotes masivos de satélites en el espacio, llevar humanos de regreso a la Luna y, en última instancia, transportar astronautas a Marte . Los recientes reveses indican que SpaceX está teniendo dificultades para superar un capítulo complejo del desarrollo multimillonario de Starship . Sin embargo, la cultura de ingeniería de la compañía, considerada ampliamente más tolerante al riesgo que la de muchos de los actores más consolidados de la industria aeroespacial, se basa en una estrategia de pruebas de vuelo que lleva la nave espacial hasta el punto de fallo y luego perfecciona las mejoras mediante la repetición frecuente. La trayectoria planificada de Starship para el martes incluía una órbita casi completa alrededor de la Tierra para un amerizaje controlado en el Océano Índico para probar nuevos diseños de sus placas de escudo térmico y flaps revisados ​​para dirigir su rápido reingreso y descenso a través de la atmósfera de la Tierra. Pero su temprana desaparición, que apareció como una bola de fuego que se dirigía hacia el este a través del cielo nocturno s obre el sur de África , supone otra pausa en los rápidos objetivos de desarrollo de Musk para un cohete que seguramente desempeñará un papel central en el programa espacial estadounidense. La NASA planea usar el cohete para llevar humanos a la Luna en 2027, aunque ese programa lunar enfrenta dificultades en medio de la influencia de Musk, centrada en Marte, sobre la administración del presidente estadounidense Donald Trump. Los reguladores federales habían otorgado a SpaceX una licencia para el último intento de vuelo de Starship hace cuatro días, culminando una investigación por un accidente que había dejado en tierra a Starship durante casi dos meses. Los dos últimos vuelos de prueba (en enero y marzo) se interrumpieron momentos después del despegue cuando los vehículos explotaron en pedazos durante el ascenso, arrojando escombros sobre partes del Caribe e interrumpiendo decenas de vuelos de aerolíneas comerciales en la región. La Administración Federal de Aviación amplió las zonas de peligro de escombros alrededor de la trayectoria de ascenso para el lanzamiento del martes. Los fracasos consecutivos anteriores ocurrieron en fases tempranas de vuelos de prueba que SpaceX había logrado fácilmente antes, en un revés sorprendente para un programa que Musk, el empresario multimillonario que fundó la compañía de cohetes en 2002, había buscado acelerar este año. Musk, el individuo más rico del mundo y un partidario clave del presidente estadounidense Donald Trump, estaba especialmente ansioso por lograr el éxito después de prometer en los últimos días volver a centrar su atención en sus diversas empresas comerciales, incluida SpaceX, luego de una tumultuosa incursión en la política nacional y sus intentos de reducir la burocracia gubernamental. En un plano más cercano, Musk también considera que Starship eventualmente reemplazará al cohete Falcon 9 de SpaceX como la herramienta principal en el negocio de lanzamientos comerciales de la compañía, que ya lanza la mayoría de los satélites y otras cargas útiles del mundo a la órbita baja terrestre. (Información de Joe Skipper en Starbase, Texas, y Joey Roulette en Washington; Redacción e información adicional de Steve Gorman en Los Ángeles; Edición de Cynthia Osterman y Christopher Cushing)

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