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Granollers y Zeballos, y un Grand Slam ganado con los consejos de Alcaraz y la inspiración de Nadal

Lo admiten ellos, Marcel Granollers y Horacio Zeballos : hay casi más alivio en este título de Roland Garros, su primer Grand Slam juntos y por separado, que de felicidad. «Ahora es el alivio, por fin se nos dio. Veníamos trabajando muchísimo, sobre todo en estas rondas. Tres semifinales de Roland Garros y tres finales perdidas. Intentas tomar el lado positivo, pero hay un pajarito que te dice 'otra final'. Y suma presión. Así que ahora sí, hay mucha felicidad, pero es más alivio que nada», aseguraba el argentino y corroboraba el español: «Yo peso diez kilos menos. Esta noche pasada no podía dormir. Y la cabeza iba a 3.000 todo el día. Le das muchas vueltas a todo y está ese diablito que te dice 'no dejes escapar otra final'. Nos lo hemos merecido». El español multiplica el alivio porque desliza de sus palabras que todavía está en deuda con su pareja de dobles. Como si todavía no se quitara de encima ese peso de impedir a Zeballos tener una buen comienzo de año. «Fue un momento duro en Australia, el día que decidimos no jugar. Nos reunimos su equipo y el mío en una habitación del hotel y fue difícil. Yo lo intenté, pero el que se quedaba sin jugar era Horacio, que estaba bien. Y no puedo hacer otra cosa que agradecerle todo, sentí su apoyo y su cariño, y el haber aguantado hasta aquí. Hemos superado momentos difíciles juntos y de esto se trata el dobles: de entendernos, que a veces los momentos malos son de uno y otros del otro», comentó emocionado. «Nadie se salva solo», sentencia Zeballos. Con 40 años es el primer argentino en ganar un Grand Slam. Y tras ese punto que se va fuera de los británicos, se acordó de todo: «Increíble. Es una alegría única. Desde pequeño, en el club de mi padre me acuerdo de jugar con mis amigos en el frontón y soñar con ganar un Grand Slam. Después de varias veces que nos quedábamos con las ganas hoy se pudo concretar y en el torneo más especial para mí. Y después mucho alivio». «Estoy feliz de haberlo ganado con Horacio. Llevamos muchos años con muy buenos resultados y las finales que hemos perdido eran momento difíciles y hemos sabido aguantar bien juntos, hemos seguido trabajando para mejorar como pareja y hoy tenemos el premio», apoyó Granollers, que protagonizó los dos últimos puntos. «No sé lo que pensaba, estaba jugando con el corazón. Hemos jugado increíble. Horacio ha aguantado un peloteo muy complicado con 0-30. Hemos sido capaces de tener el temple suficiente para encarar cada punto con valentía. Hemos jugado con el corazón, no quedaba otro», admitía el español. El argentino también tuvo una inspiración casi divina en un punto que suma al casillero por el lateral de la red, justo al lado de la placa de Nadal, y que explicó así: « Me iluminó Rafa . Era un punto en el que hacía que dejar la vida, correr y golpearla. No me importaba nada más. No es un punto que entrenes sino que le pone el corazón. Pasó. Los campeones un poquito de suerte necesitan. Y ese fue mi momento«. La clave, aceptaron los dos, esta mentalidad a prueba de todo que han fortalecido juntos: «Lo mejor que hicimos en esta final fue aguantar mentalmente. Hemos trabajado mucho eso. El tenis lo tenemos, jugamos con equipos muy duros. La diferencia tenía que venir de la parte mental», comentó el argentino. Pero hubo otra clave fundamental: «Pedí consejos a John McEnroe, a Tim Henman, a Carlos Alcaraz . Para ver qué tenía que hacer de diferente en una final. Quería buscarle la vuelta. La queríamos ganar«, confesó Zeballos. »Me lo dijo Alcaraz: ¡ve a ganarla! No te dejes nada. Sal con esa sensación, no te dejes nada en el cuerpo«. ¿Y ahora? «Nos hemos dejado todo en cada partido y en cada entrenamiento. Pero esto sigue. Eso sí, nos vamos a tomar varios días para disfrutar de esto», concluye Zeballos.
abc.es
hace alrededor de 7 horas
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