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Draper torpedea a Musetti para plantarse en la final de Madrid

Paseaba Jack Draper , 23 años y 6 del mundo, el jueves por la Caja Mágica con apenas un par de aficionados que lo reconocían. Sin duda, desde ya empezará a tener más seguidores de su estupenda derecha, que ejecuta con una zurda descomunal y con la que ha desequilibrado el espíritu guerrero de Lorenzo Musetti , 23 años y 8 de la ATP. Con la potencia de sus obuses, el británico se planta en la final del Mutua Madrid Open, en la que luchará por el título contra Casper Ruud, verdugo de Francisco Cerúndolo. Por momentos era una batalla desproporcionada la que protagonizaron el 'drive' de Draper con el revés a una mano de Musetti. Incomodísimo el italiano, intentaba por todos los medios evitar ese magnífico golpe con el que Draper ha derribado la puerta de la élite. No era nada fácil, toda vez que el británico ya le impedía encontrar buena posición de ataque con ese saque abierto de zurdo que lo desplazaba hacia la valla. No obstante, Musetti mantenía la cabeza alta y el revés modélico como seña de identidad y como arma para llevar a buen puerto un sobresaliente torneo en Madrid. Intentó esconder sus debilidades abriendo el repertorio con su propia derecha, pero al otro lado había un Draper superior, al nivel que desplegó en Indian Wells, su primer título de categoría 1.000. Porque en cuanto el británico cogía la batuta, había poco que Musetti pudiera hacer. El cañón que tiene en su zurda ejercía con destreza un constante castigo hacia el lado izquierdo del italiano, que no tenía más remedio que responder con toda la potencia de su revés a una mano a los torpedos que superaban los 140 kilómetros por hora. Una batalla desigual que se desniveló en el cuarto juego con una rotura del de Sutton y que no pudo remediar el de Carrara. El entrenador del italiano, Simone Tartarini, no dejó de animar a su muchacho. Alabó lo que hacía bien y defendía lo positivo cuando no salía bien. Incluso reflejaba lo bien que jugaba su rival para evitar que entrara en modo desesperación ante tanto bombardeo. Y en realidad, al finalizar el primer set, con ese 6-3, los números reflejaban cierta igualdad, pues en golpes ganadores ganaba el italiano 6-5, pero era en los errores donde radicó la diferencia: 6 para el británico, 10 para el italiano, la mayoría de revés, claro. No tenía este más remedio que ir al riesgo, que presionar el revés de su rival y que apelar a un espíritu combativo que lo llevó a firmar los mejores puntos del segundo set. Dejó de sufrir a liderar los puntos, a entender cómo jugarle a su rival, a pesar de ese revés que no podía hacer demasiado con el drive. Eso lo que desconcertó en cierta manera a Draper, que agarró fuerte la raqueta para despejar dudas con su servicio y mantener la igualdad. Porque la dificultad suprema para el de Carrara era forzar una rotura con alguien que mide 1,93 y ejecuta cada primer golpe a 220 kilómetros por hora sin despeinarse. No lo logró, y aunque aceptó el desafío del 'tie break', fue Draper quien tuvo más mordiente, sobre todo, claro, con esa derecha que desbarató las últimas resistencias del italiano, que se marchó con ovación tras una exhibición de revés a una mano y pundonor. «Ha sido un partido de un grandísimo nivel. Lorenzo juega muy bien en tierra. Me he preparado mucho para llegar a una final como esta. Y en estas horas intentaré disfrutar de esta victoria, relajarme, hacer algo divertido y prepararme bien para jugar contra Ruud, que es otro gran jugador», admitía el de Sutton después del duelo. El domingo, gran final del Mutua Madrid Open, a las 18.30 horas.
abc.es
hace alrededor de 15 horas
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