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La ambición de un titánico Betis Baloncesto rinde al Fuenlabrada (94-72)

Siempre pujante y competitivo en casa con independencia de las circunstancias que le pongan palos en la rueda (tres lesionados esta vez), al Real Betis Baloncesto no se le agota la ambición. Sin Radoncic, Benite ni Rubén López de la Torre, el equipo se exprimió rubricando un objetivo doble: ganarle al Flexicar Fuenlabrad a y apropiarse del duelo particular. Perdieron los verdiblancos por 17 en el Fernando Martín en la primera vuelta (90-73) y ese golpe a la mandíbula se lo devolvieron a los madrileños esta noche venciendo por 22 gracias a un partido completísimo en los dos tableros y repleto de nombres propios, entre ellos Hughes (29 de valoración ), Cvetkovic, Jelinek o DeBisschop. Ganó con autoridad el Betis, que puso más intensidad, deseo y ambición que su rival. Tal vez jugó el Fuenlabrada con la calculadora por aquello del 'regalo envenenado' (posible cruce en la Final Four con el Obradoiro) que le espera al segundo de la tabla . Donde se instala y duerme el equipo bético, con 26 victorias, en un triple empate con el Fuenlabrada y el Movistar Estudiantes, que este domingo recibe al Tizona Burgos. En una noche para el disfrute, el Betis funcionó a toda máquina disparando su contador de triples hasta los 15 y su valoración colectiva, hasta los 110 créditos con apenas nueve jugadores. Con una rotación cortísima, la puesta en escena verdiblanca fue óptima. Renfroe imponía el ritmo, Jelinek canjeó puntos necesarios y, sobre todo, el equipo no se descuidó en defensa y candó el rebote defensivo, lo que le permitió lanzar gañafones en forma de ataques rápidos. Se puso seis arriba con las defensas aún tibias, pero en seguida enjugaría esa pequeña ventaja el Fuenlabrada con sendos triples de Munnings y Jorgensen (13-14) , el verso suelto de los madrileños y, por ende, el jugador a vigilar. Se rearmó entonces el Betis con un quinteto más físico juntando a Dallo, Tunde y Kasibabu cuando ya el Fuenlabrada se estaba entonando y rascando segundas opciones, ajustando poco a poco su engranaje. Punto arriba, punto abajo, el partido iba rápido, articulándose sobre ataques poco masticados, centelleantes. Un mal plan a priori desde el punto de vista del Betis Baloncesto, que respondía a un triple de Edu Durán con otro lejanísimo de Cvetkovic con el que se apuntó el primer parcial (20-19) . El balcánico manejaba el joystick de un quinteto muy físico, y que mantuvo Gonzalo García de Vitoria, fundamentado en el tridente Dallo-Kasibabu-Tunde. Poca altura a cambio de músculo, movilidad e intensidad. El gran pecado verdiblanco se localizaba en la defensa exterior. Desde las esquinas le estaba haciendo daño el Fuenlabrada en desaplicaciones evidentes (22-22, triple de McGrew). Tunde no se enteraba en defensa y los despistes del Betis se sucedían en sus dominios mientras Cvetkovic , muchos minutos en pista, ese erigía en una especie de navaja suiza, asumiendo balón y tiros, forzados y no forzados. Jelinek igualaba a 26 desde la línea de personal y Cvetkovic calentaba sus muñecas (29-28). A falta de Hughes, que no había entrado aún en partido, ya era el máximo anotador de su equipo. Y también un crupier extraordinario en la dirección con un pase a una mano que Jelinek facturó desde el perímetro (32-28) y otro del mismo estilo a Álex Suárez (35-28) . Qué manera de repartir juego la del serbio. Eran los mejores momentos del Betis, intenso atrás y efectivo en ataque. Hughes, con varios cepos encima, se inventó una canasta remontando la línea de fondo (37-31) cuando la batalla en el rebote se recrudecía y el Fuenlabrada elevaba el nivel de dureza de su defensa. Hughes, talento arrollador, daba otro par de picotazos (43-33) desde el arco para disparar diez arriba al Betis , que estaba serio, sobrio y maximizando los recursos pese a las bajas. Ahí comenzaba otro partido. Hughes anotó de nuevo (45-33), pero el estadounidense emborronaba a su excelente hoja de servicios primero errando el adicional y, luego, punteando en falta un triple de Edu Durán que dejaba el 45-39 al intermedio. Del posible +13 a un +6 que le echaba agua al vino de un segundo cuarto verdiblanco de notable factura. De sus 45 puntos, 20 los almacenaban Cvetkovic y Hughes, a razón de diez por cabeza. Kasibabu ampliaba a ocho (47-39) y Renfroe, liberadísimo, fallaba el triple para colocarse once arriba. Quien no perdonó fue Hughes, que tiene el duro y es listo, muy listo. Dinamitaba otro despiste fuenlabreño (50-39) y obligaba al tiempo muerto de Toni Ten. Porque el Betis estaba mucho más vivo en el partido que sus jugadores. DeBisschop aumentaba la distancia de seguridad y el parcial crecía hasta el 11-0 (56-39) tras triple de Hughes después de una gran defensa y un mejor ataque. Cuatro minutos tardó el Fuenlabrada en anotar su primer canasta (56-42), pero el equipo madrileño estaba desconectado y desorientado, superado por una defensa acorazada a la que no sabía cómo hincarle el diente. Ni por dentro, ni por fuera. Se había blindado el Betis, que enseñaba colmillo, y hasta DeBisschop se unía al cartel de anotadores (58-42) . Cvetkovic estaba encendido, recordando al de principio de temporada. Otro triple suyo consolidaba la ventaja (65-48) mientras Matulionis y Westermann se afanaban en sujetar a su equipo, al borde del precipicio de un tercer cuarto marcado por la tensión defensiva y el ritmo del Betis Baloncesto, que le había cortado las alas al Fuenlabrada y llevado el partido a su terreno, jugándolo con mucho equilibrio, férreo atrás y prolífico en ataque. Jelinek recuperaba los 14 de ventaja con un tiro frontal (68-54), pero el Fuenlabrada no había dicho su última palabra y seguía trabajando buscando ese resquicio que le permitiera anudarse al partido. Sin demasiada fe, en cualquier caso . Las constantes vitales del Betis, muy sólido, con ganas desquitarse de la dura derrota sufrida en el choque de la primera vuelta, no invitaban a pensar en un desplome del equipo de Gonzalo García de Vitoria. DeBisschop estaba crecido , cómodo, muy activo, agigantándose, siendo puntal interior y rondando el doble-doble. No bajaba el pistón el Betis y seguía atizando a un Fuenlabrada que boqueaba (76-58, tras triple de Hughes), sorprendentemente sin pulso. Un 0-5, técnica mediante a Renfroe, alivió al Fuenlabrada, pero Hughes no se conformaba . Se multiplicaba anotando y reboteando, aportando defensa e intangibles, de todo (82-63). Es el jugador que pone en pie al público, el factor diferencial. Su recital se plasmaba en 26 puntos, siete triples y ocho rebotes. A 2:57, el Betis estaba 20 arriba (83-63). Y a 1:55, con 86-65 tras triple de Renfroe. Dallo también se animaba de tres cuando el Fuenlabrada, ya a última hora, apretaba tratando de recuperar el average . El Betis lo defendía con Hughes en el banco y casi lo pierde tras una pérdida de Kasibabu y un triple fallado por Munnings. Jorgensen erró el tiro para equilibrar el duelo particular y Jelinek puso la puntilla que enmarcaba una gran noche.
abc.es
hace alrededor de 16 horas
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