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R1 círculo: el gol de videojuego de Lamine Yamal que nadie consigue parar

España-Francia, semifinales de la Eurocopa, 9 de julio de 2024. El gol de Kolo Muani impera en el marcador y los de Luis de la Fuente están contra las cuerdas desde bien temprano. Mediada la primera parte, Lamine Yamal recoge un balón rechazado a escasos metros de la frontal del área. Rabiot sale a su encuentro, el extremo recorta hacia dentro y suelta un misil teledirigido a la escuadra. Pocos minutos después, la selección consuma la remontada y el resto es historia del fútbol español. Casi un año más tarde, el pasado 15 de mayo el Espanyol recibe al Barcelona en el derbi de la Ciudad Condal con el objetivo de aplazar el alirón. Los de Flick no encuentran soluciones para estrenar el electrónico, hasta que Lamine recibe la pelota, esta vez más escorado hacia la derecha. Levanta la mirada, no aprecia opciones de pase y su siguiente objetivo es la portería. Control, recorte hacia dentro y una carrera a toda velocidad en busca del disparo. Carlos Romero le persigue sin mucho éxito y Urko González acude a la cobertura, pero el destino es inevitable. El extremo azulgrana se hace con espacio suficiente para conectar un remate hacia la escuadra y acercar un título que, minutos más tarde, se convierte en realidad. Una jugada, repetida pocos días después ante el Villarreal con mismo resultado, camino de convertirse en la marca de Lamine y que está de moda en el fútbol español. El de Rocafonda es uno de los futbolistas que en más ocasiones la busca, con mayor efectividad durante las últimas semanas de temporada. Pero no es el único. Otros jugadores como Lukebakio, Antony o Arda Güler pueden presumir de verdaderos golazos con la misma fórmula: control desde la derecha, recorte hacia dentro y misil con la izquierda. Una acción que también obtiene resultado ejecutada en la banda opuesta, como han demostrado Julián Álvarez, Nico Williams o Alfon González. Aunque es imposible que, al analizar esta jugada, no se venga a la cabeza el nombre de Arjen Robben . El neerlandés elevó este lance a la enésima potencia, convirtiéndose en un auténtico especialista. Todo defensa encargado de marcarle tenía claro que, cuando recibía en la derecha con la zurda, la acción más probable era el recorte hacia dentro. Pero aun así, el extremo holandés conseguía obtener rédito una y otra vez. «Puedo estar muy orgulloso de eso porque la gente dice que es como mi único movimiento. Es algo que estuve haciendo a lo largo de los años y seguía siendo exitoso», presumió Robben, que sostenía que lo más importante a la hora de emular su clásico gol es «el ritmo y la sincronización». « Cuando el defensa se mueve, yo me muevo hacia dentro. Entonces es demasiado tarde para él . El que decide siempre es el primero». Una explicación sencilla para una jugada de enorme dificultad. ¿Por qué da la sensación de que ha aumentado la presencia de esta acción en el fútbol español? ¿Qué hace que resulte tan difícil de parar? Fernando Estévez, entrenador del Eldense en Segunda hasta la temporada pasada, opina que influye tanto la calidad de los protagonistas como la intención de buscar esta jugada. «Los jugadores cada vez son más versátiles y tienen más registros. Y luego hay una tendencia clara de utilizar, al menos, una de las dos bandas a pierna cambiada». «Hay una base que tiene que ver con el talento, es decir, con la capacidad de resolver eficazmente y repetitivamente esa situación de juego. Y hay otra que tiene que ver con el componente táctico, porque no solamente es tapar ese tiro. Es que, si tú tapas ese tiro, aparecen otras opciones como es la llegada del lateral ». prosigue Estévez, que lo ejemplifica con la gran asociación que han formado Lamine y Koundé en la banda derecha del Barcelona. Si el extremo conduce hacia dentro y centra todas las miradas por temor a un disparo, aparece a su derecha totalmente liberado el lateral francés, una acción también vista en incontables ocasiones en los ataques de los de Flick. Esta jugada no es una invención moderna. Futbolistas como Felipe Miñambres, en su caso desde la izquierda durante su época de corto en Gijón y Tenerife entre los 80 y los 90, también han sacado partido de ella décadas atrás. «Es una marca de Lamine porque lo hace muy repetidas veces, pero es cierto que esa jugada se practica desde hace mucho tiempo. Mucha gente hemos metido ese tipo de gol cuando entras hacia dentro a pierna cambiada . Lo que pasa es que él la repite tantas veces que se está creando como un sello», defiende el director deportivo del Levante hasta el pasado febrero. Una de las claves de esta acción es el uno para uno entre el extremo y el lateral, en el que el atacante acostumbra a partir con ventaja. « El defensa, aunque sepa lo que vas a hacer, tú vas hacia tu pierna buena y a él le pillas a contrapié , a pierna cambiada porque el lateral normalmente es zurdo. Vas hacia su derecha y tienes más facilidad porque le pillas en la pierna menos buena para defender», añade. Se da la circunstancia de que este gol no solo se ve con asiduidad en la vida real, sino también en la virtual. En el FIFA , al hacerse el hueco suficiente para conectar el tiro y combinar los botones círculo y R1 del mando de la PlayStation, el resultado es un disparo de calidad difícilmente defendible. «No juego al FIFA, pero es cierto que hay una tendencia muy marcada en el juego a usar, como mínimo, un jugador a pierna cambiada, a veces hasta en ambas bandas. El fútbol evoluciona a equipos con jugadores que juegan fuera de posiciones clásicas y el juego no es tan cerrado. Eso provoca ese tipo de acciones que además de gol, dan opciones varias, como la llegada del lateral, un centro, ruptura de jugadores desde dentro y golpeos a palo largo», establece Estévez, aunque su hijo, más conocedor del videojuego, se muestra rotundo: « Sí, es muy fácil marcar esos goles ». Sea por inspiración virtual o por jugadores que le precedieron, la capacidad y la calidad de hacer daño una y otra vez con la misma acción es un arma tan difícil de asimilar como letal, como en el caso de Lamine. «Esta jugada le va perfecta a él, pero viene dada un poco por la posición en la que juega. Al jugar a pierna cambiada y en la banda, para él es fantástico. Porque va recortando, recortando y recortando, y luego tiene un disparo magnífico. Ahí es donde realmente hace daño. Viene dada por la posición que ocupe y luego, obviamente, la calidad que tiene, que es capaz de amargar y buscar el disparo al palo corto o al palo largo», asegura Jordi Roura, responsable de la Masía entre 2014 y 2021 y uno de los responsables del fichaje de Lamine por el Barça. Una de las personas que ha visto nacer y perfeccionar esta jugada en el de Rocafonda. « Para él esta jugada es absolutamente natural, es absolutamente innata . Porque, a pesar de que es zurdo, tiene también la capacidad de poder salir con la pierna derecha y por lo tanto crea muchísima duda al rival», sentencia. Por su parte, el propio Lamine ni siquiera muestra una mínima preocupación porque los defensores encuentren la fórmula para pararle. « Eso de que me tapen dentro no tiene sentido. Que lo hagan, me iré por fuera. Si fuera tan fácil, me quedaría encerrado . Pero si me tapan por dentro, iré por fuera, y si me tapan fuera, chutaré», explicó en Cope. Una acción que goza de una gran salud en el fútbol español, para desgracia de los laterales izquierdos, y que el joven futbolista del Barcelona y la selección española, que deslumbró al mundo del fútbol con su gol ante una selección francesa con la que vuelve a encontrarse mañana, a falta de una receta mágica para neutralizar una jugada que se antoja indefendible, amenaza con convertir en su marca personal durante muchos años.

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