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La mano de la vergüenza ante la matanza de hambrientos

La mano de la vergüenza ante la matanza de hambrientos
Cada lunes, te enviamos el resumen y el análisis de la semana internacional Eran las doce menos diez de la noche. Estaba agotado. Había salido a las ocho de la mañana de España y por fin estaba en Sderot, ciudad israelí pegada a Gaza. A la mañana siguiente empezaba el alto el fuego del 19 de enero y queríamos estar allí para comprobarlo. Cuando me metí en la cama, una explosión hizo retumbar el cielo. Abrí rápidamente el Whatsapp y escribí a una de las personas con las que iba a quedar a la mañana siguiente. —¿Eso ha sido un ataque? —¿Te refieres a la explosión de hace unos minutos? —me contestó —Sí —Si no han sonado nuestras alarmas, es el ejército de Israel atacando Gaza. Pero está bien, si algo pasa te avisaré. No es algo de lo que tengas que preocuparte —respondió riendo en una nota de voz. “No es algo de lo que tengas que preocuparte”. Aquella frase me dejó pensando. Estaba a escasos metros de Gaza y era como si me dijera: no pasa nada, son nuestras bombas, las buenas. En Sderot llevan 20 meses con el sonido de las explosiones de fondo: desde que te levantas hasta que te acuestas. Pero ellos no las escuchan. Con la muerte y el hambre a tiro de piedra, pero es como si no existieran. Solo escuchan sus alarmas cuando Hamás lanza un cohete que casi nunca toca suelo gracias al poderoso escudo antimisiles israelí. El alto el fuego empezaba a las ocho y media de la mañana y a las seis me despertaron los bombardeos. Al principio impacta, pero dejé de contar cuando llevaba unos treinta. Subí rápidamente a la colina que en Sderot llaman ‘el mirador de los héroes’ y a la cual sus ciudadanos van a tomarse un refresco viendo las columnas negras sobre montones de escombros en Gaza. Incluso hay unos prismáticos de pago para vivirlo aún más cerca. Nadie con quien hablé en Sderot me mencionó la masacre de civiles en la Franja. Ahí estoy yo en el 'mirador de los héroes' de Sderot viendo las bombas y la destrucción. Y esta era mi perspectiva. Recuerdo todo esto porque me hace pensar que algo falla en la sociedad israelí, donde ni siquiera existe el más mínimo consenso sobre la vida humana. Un episodio dantesco en el Parlamento nos lo recordó hace unos días. El Subcomité de Exteriores debatía el daño que la hambruna en Gaza estaba generando en la imagen pública de Israel cuando uno de los ponentes hizo una afirmación que, pensaba, era universal. Pero no. —Creo que incluso todos los que estamos sentados alrededor de esta mesa no queremos que un niño que sufre no pueda recibir analgésicos o un tratamiento médico mínimo —dijo inocente el doctor Sharon Shaul ante los diputados. Error. —No estoy seguro de que hable en nuestro nombre cuando dice que queremos tratar a todos los niños y a todas las mujeres. Espero que tampoco respalde usted esa afirmación. Cuando se lucha contra un grupo como este, las distinciones que sí existen en un mundo normal, aquí no existen —respondió un diputado del partido de Netanyahu. —Espero que usted tampoco quiera que un niño de 4 años al que le han amputado un brazo se quede sin analgésicos. Espero que usted también tenga esa empatía —respondió el doctor sin achicarse—. Entonces intervino otra diputada, esta vez sí, de un partido aún más radical: “El único que necesita tratamiento aquí es usted”. La mano de la vergüenza 14 votos a favor, cero abstenciones, un voto en contra. La imagen de la embajadora de EEUU ante la ONU, Dorothy Shea, levantando la mano ante sus colegas en el Consejo de Seguridad de la ONU para ejercer su poder de veto es la imagen de la vergüenza. Está vetando una resolución que pide un “alto el fuego inmediato, incondicional y permanente”, “la liberación inmediata, digna e incondicional de todos los rehenes” y “el levantamiento inmediato e incondicional de todas las restricciones a la entrada de ayuda humanitaria en Gaza”. Para EEUU, sin embargo, esa resolución “es inaceptable por lo que dice, por lo que no dice y por la forma en que se ha presentado”. Otra cosa no, pero Netanyahu conoce bien a EEUU. Cuando anunció su programa de ayuda para Gaza reconoció que aquello era una estrategia política para que sus aliados [EEUU] siguieran dando cobertura a Israel ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Tras 80 días de asedio medieval sobre Gaza, corría el riesgo de provocar imágenes de hambruna que quizá en su partido no son mal vistas —como nos demostró aquella sesión en el Parlamento—, pero que incluso para EEUU podrían ser inaceptables. Y tenía razón. Después de montar su programa de ayuda “no humanitaria”, EEUU sigue dando cobertura al genocidio en Gaza. Y eso que Israel no ha conseguido evitar las imágenes que quería que el mundo no viese para que EEUU no le retirase su apoyo. En uno de nuestros reportajes tal vez no pondríamos una imagen así, pero creo que esta vez tiene sentido. Y las hay mucho peores. Israel está matando de hambre a bebés. Este es Suwar Ashur, de cinco meses. En la foto por lo menos está vivo. Suwar Ashur, de cinco meses, ingresado en el hospital por desnutrición La matanza de hambrientos Pero es que encima su estrategia de ayuda humanitaria no solo ha servido para que los aliados de Netanyahu puedan seguir actuando con tibieza ante el genocidio, sino que ha servido a Israel para desplazar de manera forzosa a miles de personas. Primero les dejas sin nada y después les dices que si quieren llevarse algo a la boca, tienen que ir al punto que tú les digas. Evidentemente esto ha sido rechazado por todas las ONG y la ONU. Es de todo menos humanitario. “Es una cortina de humo para continuar con la violencia”, dijo el jefe humanitario de la ONU. Y es la definición perfecta. No solo eso. Decenas de esos desplazados han sido tiroteados hasta la muerte cuando se dirigían a los puntos de ayuda. Estas ‘matanzas de los hambrientos’ han ocurrido tres días consecutivos (domingo, lunes y martes) y la opaca fundación que reparte la ayuda con el visto bueno de EEUU e Israel tuvo que parar los repartos y cerrar los centros miércoles, jueves y viernes. El primer día Israel negó haber disparado contra la gente. El tercero, reconoció haber abierto fuego contra un grupo de civiles cerca del punto de reparto de ayuda: “Durante el desplazamiento de la multitud por las rutas designadas hacia el punto de distribución de ayuda, ubicado a medio kilómetro, las tropas identificaron a varios sospechosos que se dirigían hacia ellos. Las tropas realizaron disparos de advertencia y, al no lograr que se retiraran, hubo disparos más de cerca contra algunos sospechosos”. Es exactamente lo mismo que dijeron cuando mataron a 15 médicos y trabajadores de emergencias en un convoy de ambulancias y bomberos para después enterrarlos en una fosa común. Algunos de ellos incluso fueron asesinados a golpes en la cabeza. Entonces dijeron que iban con las luces apagadas y que se acercaron de manera sospechosa. Más tarde, el vídeo que grabó uno de los fallecidos con su móvil desmontó las mentiras del ejército. El convoy iba perfectamente identificado y con las luces de emergencia puestas. Fueran o no soldados israelíes quienes apretaron el gatillo el primer día, Israel es el único responsable de esta situación. Y hay más: Netanyahu incluso ha reconocido esta semana que coopera con grupos criminales y clanes palestinos contrarios a Hamás para desestabilizar y provocar caos en la Franja. Estos grupos han sido acusados de vínculos yihadistas e incluso de robar la escasa ayuda humanitaria. Un memorándum interno de la ONU filtrado por The Washington Post en noviembre de 2024 ya lo afirmaba, pero ahora lo admite el propio primer ministro presumiendo de perversión. Una recomendación Aquí dejo la traducción en inglés de un breve fragmento de esta bonita canción de los artistas palestinos El Far3i y Rola Azar. Debemos hablar de la muerte, No debemos irnos suavemente en la noche. Debemos hablar de lo que fue, Y de lo que aún está por venir. Tu gloria brillará para siempre, Bajo cielos salpicados de estrellas fugaces. Hemos esperado mucho tiempo, pero no importa cuánto tiempo la oscuridad persista, No nos vamos a doblegar. Porque este es nuestro hogar, y siempre será hermoso El dolor se ha filtrado en las tumbas, Y la humillación llama a cada puerta. Ningún hogar se salva, Ni siquiera los insospechados de antes. Viñas, no lloréis, Porque volveremos. Cantad a las rosas antes de que nos alcancen, Susurrad, «No queremos vivir sin vosotros» Una vida entre bestias. tu tierra es pródiga, pródiga, y los enemigos serán condenados. La semana por delante LUNES Conferencia de los Océanos de la ONU. MIÉRCOLES Moción de confianza del primer ministro Donald Tusk en Polonia tras la victoria del candidato ultranacionalista en la segunda vuelta de las presidenciales. Revisión del gasto público de Reino Unido. JUEVES Día de Rusia para celebrar la fecha en 1990 en la que el primer congreso de diputados de la Federación Rusa adoptó la declaración de soberanía nacional VIERNES Votación en la Cámara de los Comunes de Reino Unido del proyecto de ley para la muerte asistida SÁBADO Cumpleaños de Donald Trump. 79 años. 40 aniversario de la firma del Acuerdo Schengen en la UE. DOMINGO Comienza la reunión de líderes del G7 en Canadá. Tres lecturas Icíar Gutiérrez recordándonos lo importante: Qué está pasando en el frente: Rusia acelera su avance en plenas negociaciones para el fin de la guerra Gabriela Sánchez desde Canarias reconstruyendo el último naufragio de un cayuco a apenas cinco metros del muelle: Las supervivientes del cayuco de El Hierro: “Quedamos atrapadas y usamos una cuerda para intentar respirar” Francesca Cicardi explicando cómo la extrema derecha israelí marca el paso a Netanyahu Por qué Netanyahu ha adoptado la agenda de la ultraderecha: “Su partido está pasando a ser de corte fascista” ¡Hasta la semana que viene!
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hace alrededor de 14 horas
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