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La ola ultra gana terreno en Europa

La ola ultra gana terreno en Europa
La extrema derecha ha crecido en casi todos los países europeos que han celebrado elecciones generales desde 2023: ya se sitúa en torno al 30% en Francia, Rumanía y Austria, mientras se dispara en Países Bajos, Alemania y PortugalAnálisis - Qué ha pasado en las elecciones de Portugal: ultraderecha en máximos, izquierda en mínimos e inestabilidad a la vista Tras la llegada al poder de Giorgia Meloni en Italia y los resultados históricos en Suecia vino la entrada en el Gobierno de Finlandia. Después, lograron la victoria en Países Bajos, una hazaña que repitieron un año después en Austria. Consiguieron máximos en Francia y Alemania, pero no solo: la ola ultra se ha propagado por diferentes rincones del este al oeste de Europa, desde Rumanía a Reino Unido, pasando por Portugal. La extrema derecha ha crecido en casi todos los países europeos que han celebrado elecciones generales entre 2023 y 2025, según el análisis de elDiario.es, que ha examinado la evolución del porcentaje de voto obtenido por las formaciones populistas de derecha radical en el continente a partir de datos de ParlGov y la lista de partidos de extrema derecha de Popu-list. La extrema derecha avanza en casi toda Europa en las últimas elecciones Comparación del resultado de los partidos de extrema derecha en los países europeos que han celebrado elecciones desde enero de 2023 hasta la actualidad comparado con las anteriores elecciones celebradas entre 2018 a 2022 Fuente: ParlGov, The PopuList, elaboración propia, web oficiales Para este análisis, elaborado por primera vez en 2022, se ha seleccionado la lista de formaciones de derecha radical elaborada por Popu-list, un proyecto de cooperación entre académicos y periodistas iniciado por The Guardian y revisado por más de 80 académicos. Al listado, cruzado con la base de datos de ParlGov, se ha sumado un análisis propio de este medio para las formaciones muy minoritarias, de reciente creación y otros partidos ultras que no aparecen en Popu-list.  Además, hay que tener en cuenta que en muchos casos los partidos no permanecen fijos en el eje izquierda-derecha, sino que van evolucionando y moviéndose según las circunstancias y el contexto. Aunque estas formaciones difieren mucho unas de otras, el académico Cas Mudde identifica tres grandes elementos comunes en todos ellos: 'nativismo', autoritarismo y populismo. Elementos que cada vez tienen más peso en los parlamentos nacionales de los países europeos. Las excepciones a este ascenso se pueden contar con los dedos de una mano: España, Estonia y Croacia –donde el partido DP perdió porcentaje de voto pero forma parte de la coalición gubernamental–, así como Eslovaquia y Polonia. Pero en estos dos últimos hay asteriscos: Eslovaquia está gobernada por un primer ministro formalmente socialdemócrata que en la práctica es conservador-nacionalista y está sostenido por una fuerza ultra, mientras que Polonia, pese al giro que supuso la llegada de Donald Tusk al poder, sigue manteniendo un nivel muy alto de apoyo a los ultraconservadores (por encima del 44%), algo que volvió a quedar patente en la primera vuelta de los comicios presidenciales del 18 de mayo. Casos aparte son los de Irlanda, donde la extrema derecha aún es residual, o Luxemburgo e Islandia, donde no hay partidos ultraderechistas de peso, pero sí tienen formaciones conservadoras con posiciones populistas o cada vez más radicales. Similar es el ejemplo de Lituania, que ha visto la irrupción de una nueva marca política, Amanecer de Nemunas, cuya ideología es aún un rompecabezas para los expertos y que ahora gobierna con los socialdemócratas.  Más allá de estos casos, el mapa de la ultraderecha en Europa dibuja un continente donde las formaciones superan el 10% de los votos en prácticamente todas las últimas elecciones legislativas celebradas en cada país del continente. El mapa de la extrema derecha en Europa: cuántos votos tiene en cada país Porcentaje de votos obtenidos por fuerzas de extrema derecha en cada país en las últimas elecciones parlamentarias celebradas Desliza para ver el mapa Fuente: ParlGov, The PopuList, elaboración propia, web oficiales La extrema derecha ha logrado avances en las urnas en más de una decena de comicios parlamentarios en el último año y medio: ya se sitúa en torno al 30% en países como Francia, Rumanía, Suiza y Austria; se ha disparado en Países Bajos; ha ganado apoyos en Bulgaria, Finlandia y Grecia y ha crecido a pasos agigantados en países del oeste del continente como Reino Unido, Alemania y Portugal, el último en sentir el acecho de la derecha radical.  En el siguiente gráfico se puede apreciar una panorámica del avance de las formaciones ultras en los principales países europeos en la última década: de ser residuales a alcanzar mayorías o ser decisivos para formar gobiernos.  El auge de la extrema derecha en cada país de Europa Evolución del porcentaje de voto en elecciones parlamentarias a cada partido desde los años 80 en los principales países europeos. Haz clic para ver el detalle Extrema derecha, conservadores y democristianos, socialdemócratas, izquierda verdes y liberales Fuente: ParlGov, The PopuList, elaboración propia, web oficiales Hace tiempo que Portugal, considerado en su día una excepción de la ola ultra en Europa, se dio de bruces con la advertencia de los expertos: ningún país es inmune a la extrema derecha. Todo comenzó en 2019, cuando el comentarista deportivo André Ventura, antiguo candidato local del principal partido conservador, el PSD, abandonó la formación para presentarse a las elecciones legislativas con un nuevo vehículo, Chega, y un discurso bronco de ultraderecha que trasladaba a la discusión política el tono de la trifulca futbolera. Logró 68.000 votos (el 1,29%) y un único escaño. Era solo el principio. En 2022, Chega subió al 7,18%; y en 2024 se disparó al 18%. La semana pasada volvió a escalar al 22,5% y 58 diputados, que pueden convertirse en 60 cuando se cuente el voto de la emigración el próximo miércoles.  El de Chega “es un voto de desafección de grupos sociales populares”, dice a elDiario.es el sociólogo e historiador del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa António Costa Pinto, que explica que la formación ha ido captando apoyos tanto a derecha, inicialmente, como a izquierda, incluso de antiguos votantes socialistas e incluso comunistas. Según su análisis, Chega “se ha convertido en un atrapalotodo de protesta de derecha radical” que recibe votos de la clase media. La pregunta a responder a partir de ahora es si Chega tiene techo o puede llegar a ganar unas elecciones. “En las democracias europeas hay un umbral del 20% de los votos. Cuando la derecha radical lo supera y el centroizquierda y centroderecha no pasan del 30%, se convierten en un serio desafío”, plantea el sociólogo. Alemania sintió una sacudida cuando la ultraderechista AfD subió como la espuma en las elecciones del pasado 23 de febrero, un hito en un país profundamente consciente de su pasado nazi. A lomos de una retórica xenófoba y ultraconservadora en un país en recesión económica, Alternativa para Alemania se vio catapultada hasta el segundo puesto, doblando el porcentaje de voto que había cosechado en 2021. El partido selló un histórico 20,8%, bebiendo principalmente de antiguos abstencionistas, votantes conservadores y liberales. Sin embargo, el ‘cordón sanitario’ que rige la política alemana ha vuelto a dejar fuera a la formación ultra, a duras penas, del Ejecutivo federal. Ahora gobiernan en coalición la conservadora CDU y los socialdemócratas del SPD. La ultraderecha en Alemania y Portugal, en máximos históricos Evolución del porcentaje de voto en elecciones parlamentarias a cada partido desde los años 80 en Alemania y Portugal. Haz clic para ver el detalle Extrema derecha, conservadores y democristianos, socialdemócratas, izquierda verdes y liberales Fuente: ParlGov, The PopuList, elaboración propia, web oficiales En la vecina Austria, el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) fue la fuerza más votada en las elecciones legislativas de septiembre de 2024, culminando la primera victoria en unos comicios generales en el país alpino desde la Segunda Guerra Mundial. El partido xenófobo, que fue fundado en los años 50 por antiguos nazis y se convirtió en la formación ultra más fuerte de Europa a principios de los 2000 tras entrar en un gobierno de coalición con los conservadores, creció hasta lograr el 28,8% de los votos comandado por Herbert Kickl, un líder de dialéctica radical que coquetea con expresiones del nacionalsocialismo. Tras desplomarse por una serie de escándalos, se vio propulsada por el descontento con la gestión de la pandemia de COVID y el aumento de la inflación. Aunque, a diferencia de Alemania, los acuerdos del partido con la derecha están normalizados, el partido no logró formar un gobierno de coalición y, ahora mismo, su apoyo en los sondeos es aún mayor que en los comicios.  Rumanía fue capaz de frenar al candidato ultranacionalista en las elecciones presidenciales del 18 de mayo, pero George Simion, que se presenta como un defensor de los valores tradicionales y los “verdaderos rumanos”, venía de arrasar con el 41% de los votos en la primera vuelta. Su partido, AUR, también dobló sus apoyos y acabó siendo segunda fuerza en los comicios parlamentarios del pasado diciembre. En conjunto, las fuerzas de extrema derecha se hicieron con más del 30% de las papeletas en aquella cita, en lo que se consideró un reflejo del descontento de la población ante la corrupción, la pobreza y la gestión de los partidos dominantes.  El auge de la ultraderecha en Rumanía y Austria Evolución del porcentaje de voto en elecciones parlamentarias a cada partido desde los años 80 en Rumanía y Austria. Haz clic para ver el detalle Extrema derecha, conservadores y democristianos, socialdemócratas, izquierda verdes y liberales Fuente: ParlGov, The PopuList, elaboración propia, web oficiales La victoria del partido de Marine Le Pen con el 33% de los votos en la primera vuelta de las elecciones legislativas del pasado verano en Francia causó turbulencias en Europa. Envalentonada por el éxito en las europeas, la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) acarició el poder, pero, contra todo pronóstico, la unión de las izquierdas logró contener su ascenso y se convirtió en el primer bloque parlamentario gracias al “frente republicano” que se tradujo en la retirada de candidatos progresistas y macronistas en ciertas circunscripciones. Aun así, RN y sus aliados de la derecha fueron primeros en porcentaje de voto, con un histórico 37%, casi 20 puntos más que los que la formación de Le Pen obtuvo en las anteriores parlamentarias, solo dos años antes. Impulsado por una estrategia de normalización, el partido antiinmigración ha protagonizado una subida constante en las urnas en la última década.   En la vecina Bélgica, los ultras flamencos de Vlaams Belang avanzaron hasta cosechar el 13,8% de los sufragios en los comicios federales en junio del año pasado, en un superdomingo electoral en el que el partido separatista y antiinmigración ganó la mayoría de los votos en las europeas. Aun así, a su líder, Tom Van Grieken, le supo a poco: se esperaba una victoria aplastante de la formación, pero quedó, por poco margen, por detrás de la derechista Nueva Alianza Flamenca (N-VA). Las fuerzas políticas necesitaron casi ocho meses de tortuosas negociaciones para formar una coalición de cinco partidos que excluyó a Vlaams Belang.  Así ha subido la ultraderecha en Francia y Bélgica Evolución del porcentaje de voto en elecciones parlamentarias a cada partido desde los años 80 en Francia y Bélgica. Haz clic para ver el detalle Extrema derecha, conservadores y democristianos, socialdemócratas, izquierda verdes y liberales Fuente: ParlGov, The PopuList, elaboración propia, web oficiales En Reino Unido, Reform UK, el partido de Nigel Farage antes llamado Partido del Brexit, tiene ahora cinco diputados de los 650 de la Cámara de los Comunes. En las elecciones generales de julio de 2024, se convirtió en el tercer partido más votado y Farage consiguió por primera vez un escaño para él en el Parlamento nacional (fue eurodiputado cuando Reino Unido estaba en la UE). Debido al sistema electoral británico, que penaliza a los partidos más pequeños, Reform logró el 14% de los apoyos en las generales, pero solo el 0,8% de los escaños.  Pese a su escasa representación parlamentaria frente al resto de partidos, el grupo de extrema derecha domina el debate político y es ahora el primero en intención de voto: Reform tiene el 29% de apoyo frente al 22% del Partido Laborista, el 17% de los liberaldemócratas y el 16% del Partido Conservador, según la última encuesta de YouGov, que refleja la misma tendencia de otras. El retroceso es significativo para el actual Gobierno y muy notable para el Partido Conservador, que en las últimas elecciones locales el 1 de mayo ha sido sustituido en ayuntamientos de toda Inglaterra por Reform. Bulgaria celebró en octubre de 2024 su séptima elección en menos de cuatro años, una inestabilidad política que ha favorecido a las candidaturas de extrema derecha. Un año antes, en 2023, en Grecia, las formaciones ultras se hicieron con casi el 13% de los apoyos el pasado junio entre Espartanos –considerados herederos de Amanecer Dorado–, Solución Griega y el fundamentalista Niki (Victoria). Los motores de la ola ultra Los expertos suelen ser reacios a sacar conclusiones generales del comportamiento de los partidos de extrema derecha y advierten de que, al igual que otras formaciones políticas, su suerte electoral puede cambiar de unas elecciones a otras y de un país a otro, por lo que suele ser mejor analizar caso por caso.  Aun así Steven Forti, historiador especializado en extrema derecha, identifica varias causas “estructurales” que van más allá de las coyunturales y explican, a grandes rasgos, el auge de los partidos de este tipo y el “resentimiento” de sus votantes: la primera es el aumento de las desigualdades –el achicamiento de la clase media, la precarización del trabajo y la “ruptura del ascensor social”–; la segunda es la “reacción cultural” a los avances en materia de igualdad de género y del colectivo LGTBI y al fenómeno de la inmigración, que las fuerzas ultras “exacerban” para capitalizar el malestar; y la tercera es “crisis de representatividad y de las democracias liberales” –el descontento con los partidos tradicionales, el aumento de la desconfianza hacia las instituciones democráticas, el incremento de la abstención o, como factor de fondo, “la atomización” de la sociedad –. ¿Representa, por tanto, esta ola ultra un cuestionamiento a la democracia liberal? “Hasta hace poco, en general, lo que había era una fatiga o un cierto desinterés hacia la democracia, pero no posturas propiamente antidemocráticas en el electorado que escogía opciones de extrema derecha. Esto, según algunos estudios, estaría cambiando actualmente, hay un cierto giro”, responde Forti, profesor Titular de Historia Contemporánea de la Universitat Autònoma de Barcelona. “Esta fatiga democrática, si no encuentra respuestas, puede transformarse en un rechazo también de la democracia liberal. Ahora no estamos en esa fase del todo, pero sí hay una serie de señales que nos muestran que vamos hacia ese lado”, dice el también autor de Democracias en extinción. El espectro de las autocracias electorales (Akal, 2024). ¿Retroceso de los socialdemócratas? Paralelamente, lugares como Alemania y Portugal han visto un retroceso electoral de sus partidos de corte socialdemócrata. Sin embargo, en comparación con los avances de la extrema derecha, esta es una tendencia menos generalizada en el continente desde 2023 y el comportamiento de las formaciones de centroizquierda varía mucho entre países.  Muy sonado fue el descalabro del SPD alemán, que se hundió en los comicios con el 16,4%, un mínimo histórico fruto de la impopularidad del Gobierno de coalición de Olaf Scholz. De hecho, fueron los peores resultados de la historia del otrora prominente Partido Socialdemócrata desde finales del siglo XIX. La izquierda de Die Linke, en cambio, resucitó y recuperó algo de terreno perdido.  En Portugal, el Partido Socialista obtuvo la semana pasada, con el 23,4%, el tercer peor resultado electoral de la historia. Para encontrar un registro más negativo hay que remontarse a 1987. El descalabro es más llamativo si se tiene en cuenta que en 2022 había cosechado una mayoría absoluta con el 41,4%. Costa Pinto evita vincular el despegue de Chega con la caída del PS. “Hay que tener cuidado con la teoría de los vasos comunicantes”, avisa, pues ambos fenómenos “no tienen correspondencia”. A su juicio, los motivos son “coyunturales” y obedecen más a que los problemas económicos de Portugal siguen sin resolverse y los electores tienden a culpar más al PS porque han gobernado durante siete de los últimos ocho años y los conservadores solo uno.  En la misma línea, Forti recuerda que, pese a que es evidente que los partidos socialdemócratas han perdido a parte de su electorado de clase trabajadora –en unos países más que en otros– la extrema derecha pesca sobre todo en los caladeros de votantes centroderecha o de la derecha tradicional.  En Austria, los socialdemócratas del SPÖ quedaron en tercera plaza con un 21,1% de los votos, su peor resultado de la historia en unas legislativas. En Rumanía, el gobernante Partido Social Demócrata (PSD) ganó las elecciones parlamentarias a finales del año pasado, pero se dejó siete puntos porcentuales respecto a los anteriores comicios. 
eldiario
hace alrededor de 9 horas
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