cupure logo
queloscondelunalasporparamásvuelta

Las exigencias de Trump complican a la UE acordar un nuevo paquete de sanciones a Rusia

Las exigencias de Trump complican a la UE acordar un nuevo paquete de sanciones a Rusia
El presidente de Estados Unidos ha anunciado el envío de una carta a los 31 países restantes de la OTAN en las que condiciona aprobar nuevas sanciones a Rusia a que los Estados miembros dejen de comprar petróleo rusoTrump amenaza a la UE con represalias tras la multa millonaria a Google por prácticas abusivas La aprobación del paquete 19 de sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania ha entrado en un terreno complicado. Las exigencias del presidente de EEUU, Donald Trump, para frenar la compra de gas y petróleo rusos por parte de los países europeos y otras naciones que pertenecen a la OTAN o sus demandas para que la UE imponga aranceles del 100% a China y e India por comprar combustible ruso están retrasando las negociaciones. El ministro de Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, aseguró el pasado viernes que este lunes estaría cerrada la negociación, pero un portavoz de la Comisión Europea admitió que el acuerdo “todavía no estaba encima de la mesa”. La resolución del acuerdo se lleva retrasando ya un par de semanas. El presidente de EEUU lleva tendiendo puentes con el presidente ruso desde su regreso a la Casa Blanca. Lo más sonoro fue la bronca al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en el Despacho Oval en febrero pasado. Pero, siete meses después, este fin de semana, Trump volvía a hablar de la “guerra de [Joe] Biden y Zelenski”, sin mencionar la invasión ordenada por Putin en febrero de 2022. Trump lleva meses abriendo la puerta a aplicar nuevas sanciones a Rusia ante la imposibilidad de parar la guerra. Y, al final, aprobó en julio aplicar sanciones a los países que, como China o India, comercien con Rusia. “Aranceles secundarios”, los llamó. Pero, cuando se habla de nuevas sanciones, como las 18 rondas aprobadas desde febrero de 2022 en coordinación entre la UE, el G-7 y el G-20, el estadounidense no termina de dar el paso. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dejó claro en el discurso del Estado de la Unión que hay que “presionar más a Rusia para traerla a la mesa de negociaciones”. “Necesitamos más sanciones. Estamos trabajando ya en el decimonoveno paquete en coordinación con socios”, afirmó precisando que se estaban fijando “especialmente en acelerar la eliminación gradual de los combustibles fósiles rusos, en la flota clandestina y a través de terceros países”. Sin embargo, es un discurso ya oído en los pasillos de Bruselas. El pasado mayo, la Comisión presentó una hoja de ruta para acabar en dos años con el consumo de combustibles rusos. En un primer momento se establece la prohibición de cerrar contratos nuevos a partir de finales de 2025 y, en 2027, se tendrían que rescindir los contratos a largo plazo.  La estrategia de Von der Leyen pasa por unificar el abandono de los combustibles rusos con la transición verde, aunque en el acuerdo comercial y arancelario con Estados Unidos se haya comprometido a que la UE se gaste 750.000 millones en gas natural licuado (GNL), petróleo y combustible nuclear, hasta 2028. “En el momento álgido de la crisis energética de los últimos años, Europa actuó. Y gracias a este esfuerzo común, conseguimos estabilizar rápidamente los precios y garantizar el suministro. Ahora vamos camino de la independencia energética. Sabemos qué fue lo que hizo subir los precios: la dependencia de los combustibles fósiles rusos. Así pues, ha llegado el momento de eliminar los sucios combustibles fósiles rusos”, subrayó Von der Leyen. Según los investigadores del European Council on Foreign Relations, “las sanciones han afectado gravemente a la economía rusa, con la disminución de los ingresos del petróleo y el gas tras la implementación del límite de precios de diciembre de 2022 y el riesgo de confiscación de los activos del banco central ruso. Sin embargo, estas sanciones no han provocado un colapso económico generalizado ni han frenado la agresión de Rusia contra Ucrania”. Según el FMI, la economía rusa creció un 3,6% en 2024 y las previsiones es que en 2025 crezca un 0,9%. Este fin de semana, Trump reclamó condiciones a sus aliados de la OTAN para avanzar en un nuevo paquete de sanciones: afirmó en Truth Social que había enviado una carta a los 31 países restantes de la OTAN en la que condiciona aprobar nuevas sanciones a Rusia a que los estados miembros dejen de comprar petróleo ruso. Trump ha calificado de “escandalosa” la compra de petróleo ruso por parte de algunos miembros de la Alianza Atlántica, sin demostrar cómo ocurre ni cuáles lo hacen, si bien hay sospechas de que Rusia consigue vender su petróleo a través de India, por ejemplo, o de repúblicas centroasiáticas, que han multiplicado su comercio exterior, lo cual supondría una violación de las sanciones comunitarias para aquellos países que lo compraran. El presidente estadounidense afirma que estos hechos “debilitan significativamente” la posición negociadora “sobre Rusia”, tras lo que se muestra dispuesto a avanzar con las sanciones cuando los socios lo estén. Y añade que cree que esta medida, junto a la imposición por parte de los Estados miembros de la OTAN de aranceles de entre el 50% y el 100% a los productos chinos hasta el final de la guerra entre Rusia y Ucrania, “también sería de gran ayuda para ACABAR con esta mortal, pero RIDÍCULA GUERRA”. ¿Cuál es el problema? Que Trump sabe que los 31 países de la OTAN, entre los que están Turquía, Hungría y Eslovaquia, no pueden cumplir lo que pide. Y si esa es una condición sine qua non para avanzar en sanciones, la consecuencia será que Putin se libre de nuevas sanciones. En 2024, la UE se gastó 22.000 millones de euros en la compra de combustibles fósiles rusos. Para algunos países como Hungría y Eslovaquia el suministro de petróleo y gas por parte de Rusia es fundamental para su consumo energético. De hecho, el ministro de Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, admitió que su país y Eslovaquia habían bloqueado la negociación del paquete 18 de sanciones “en protesta contra la intención de Bruselas de prohibir la compra de gas natural y petróleo rusos de bajo precio”. El 57% de las importaciones de petróleo de Hungría vienen de Rusia mientras que para Eslovaquia son más del 51%. Finalmente, ese paquete salió adelante sin vetos a la adquisición de petróleo ruso, pero se logró con la aprobación de un tope dinámico al precio del petróleo, de manera que solo se puede importar siempre que se encuentre 15 dólares por debajo del precio de mercado. Se da la circunstancia de que el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, es el principal aliado de Trump en el seno de la Unión Europea. Ahora en Bruselas se espera que el presidente de EEUU ayude a doblegar las posiciones del mandatario húngaro.
eldiario
hace alrededor de 3 horas
Compartir enlace
Leer mas >>

Comentarios

Noticias mundiales