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Por qué la principal asociación de académicos del genocidio del mundo ha concluido que Israel comete uno en Gaza

elDiario.es habla con Elisenda Calvet, profesora de derecho internacional de la UB e integrante de la junta directiva de la Asociación Internacional de Académicos del Genocidio, una organización que ha aprobado una resolución que declara que las acciones de Israel en Gaza encajan en la definición legal de este crimenEl PP evita calificar de “genocidio” la destrucción israelí de Gaza y ataca a Sánchez: “Hamás le aplaude” Elisenda Calvet lleva cuatro años en la junta directiva de la principal organización de estudiosos del genocidio del mundo, una tarea que compagina con su trabajo como profesora de Derecho Internacional Público en la Universitat de Barcelona (UB). A finales de agosto, la Asociación Internacional de Académicos del Genocidio (IAGS, por sus siglas en inglés) aprobó una resolución que declara que las acciones de Israel en Gaza, que se han cobrado cerca de 65.000 vidas, encajan en la definición legal de este crimen en el derecho internacional. El 86% de los miembros que votaron apoyó el texto de tres páginas, que dio la vuelta al mundo como una declaración contundente de los expertos en el campo de estudios sobre genocidio y enfureció a Tel Aviv. Una atención tan amplia es inusual, reconoce Calvet, que explica en una entrevista con elDiario.es que la organización fundada en 1994 ha adoptado en el pasado otras resoluciones identificando genocidios, incluyendo casos históricos, que han pasado más desapercibidas. Sin embargo, este es contemporáneo. Y señalarlo no ha sido fácil: desde que se aprobó la resolución, algunos de los miembros han recibido ataques en las redes sociales, donde se ha creado “un ambiente de acoso, intimidación y abuso” que les ha causado “gran estrés y ansiedad”, indica la propia IAGS en un comunicado. ¿Qué elementos les ha llevado a concluir ahora que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza? Los académicos necesitamos un tiempo para procesar la información y ser rigurosos con la calificación. El término “genocidio” siempre llama más la atención. Para la sociedad, es lo más grave. Pero si hablamos de crímenes de guerra o crímenes de la humanidad, también es muy grave. Aunque cambie la calificación, son hechos muy graves y esto es lo más importante para mí, más que el término. “Genocidio” es un término que cuesta decir porque la definición jurídica tiene varios elementos que hacen que sea muy difícil de probar, porque requiere que detrás del ataque a un grupo esté la intención especial de destruir a este grupo, en este caso a los palestinos, y esto es lo que ha dividido a los académicos. ¿Por qué concluyen que Israel tiene efectivamente esa intención? Hay diferentes actos. Evidentemente, los muertos, las matanzas. Pero el genocidio no es solo matar a gente, que es lo que todo el mundo tiene en mente. También es infligir condiciones que afectan a la supervivencia de las personas. Este sometimiento intencional de un grupo a condiciones de existencia que vayan a acarrear su destrucción física total o parcial. Cuando no se deja entrar ayuda humanitaria, se corta el suministro de agua, de gas, de medicamentos, de comida –ahora hay una situación de hambruna–... Todo esto es una forma de poner a la población, en este caso de Gaza, en condiciones que ponen en peligro su supervivencia como grupo. Estos son los hechos que vemos todos los días y también hay algunas manifestaciones de altos cargos del Gobierno de Israel que darían a entender que lo que se busca es destruir a este grupo, a los palestinos. En su resolución destacan que el hecho de que se ataque a los niños es un “indicio de la intención de destruir un grupo como tal, al menos en parte”, ya que son “esenciales” para la supervivencia de cualquier población. Sí. Si la población no se puede reproducir o se están matando a los niños, evidentemente no va a existir esa nueva generación de palestinos y se pone en riesgo la supervivencia del grupo. Un genocidio no es solo matar a gente, también es infligir condiciones que afectan a la supervivencia de las personas Al final, tiene que ver con la intención, más que con la cantidad de víctimas. Hay que entender que el genocidio no es un acto en concreto. Es un proceso que se lleva a cabo durante un tiempo, es algo planificado. Normalmente, ya tienes señales de que hay cosas que van hacia allí. Ahora nos centramos en lo que pasa desde 2023, pero este conflicto viene de mucho más atrás. Estamos en una fase de más gravedad, pero ya llevamos años de ocupación de los territorios palestinos, de segregación y de violación de derechos humanos de los palestinos. ¿Por qué no han tomado esta decisión hasta ahora? Los académicos tenemos nuestros tiempos. Nuestra asociación es muy diversa, tiene unos 500 miembros. Evidentemente, hay muchos investigadores del Holocausto y miembros que son judíos, hay gente de distintos sitios del mundo y de diferentes perfiles. Siempre hemos hablado tanto del Holocausto que quizás costaba dar este paso y decir que Israel podría estar cometiendo genocidio. Las resoluciones vienen desde abajo: las propone algún miembro y a partir de ahí la resolución es sometida a un proceso de revisión por pares muy riguroso, pasando por el comité de resoluciones, la junta ejecutiva y el consejo asesor de la asociación antes de ser aprobada y luego se somete a votación de los miembros. Tan malo habría sido seguir en silencio como precipitarse. Las resoluciones siempre tardan entre que se proponen, se revisan… Ha llegado ahora. Mejor ahora que nunca. Y tenemos algunos miembros que no están de acuerdo, aunque son minoría. El genocidio no es un acto en concreto. es un proceso que se lleva a cabo durante un tiempo, es algo planificado Su asociación se ha pronunciado sobre otros genocidios. ¿Tiene algo de peculiar el israelí? Tenemos algunas resoluciones sobre genocidios que han pasado, por así decirlo, desapercibidas. Tenemos resoluciones de Bangladesh, Kurdistán… Pero esta, al ser tan actual, ha tenido más impacto. Yo siempre digo que me gustaría poder hablar de genocidios del pasado, de algo que ya no esté ocurriendo. El hecho de que esta situación no esté mejorando de momento hace que esta resolución sea más importante que si la hubiéramos sacado en otro contexto. ¿Qué implicaciones puede tener su decisión?  El hecho de que la resolución sea de expertos en genocidio le da más autoridad porque ha sido aprobada con una mayoría de votos a favor. La pueden tener en cuenta los Estados para sus acciones diplomáticas o incluso puede servir de apoyo a acciones jurídicas. Es una herramienta más a utilizar para los que buscan justicia y acabar con el genocidio. Elisenda Calvet, en el paraninfo de la UB durante una conferencia sobre genocidio de la IAGS. ¿Cómo ha evolucionado el debate académico? ¿Hay cada vez más expertos que definan las acciones de Israel en Gaza como un genocidio? Ha habido una ampliación del término “antisemitismo”. Cualquier crítica de lo que se está haciendo en Israel, según qué contexto, se percibe como antisemitismo. Esto ha hecho que algunos académicos, sobre todo en Estados Unidos, tengan cautela a la hora de hablar públicamente de estos temas, porque pueden sufrir represalias. Pero, por otro lado, también es importante decir las cosas como son. En la asociación organizamos una conferencia cada dos años y este año nos reuniremos en Sudáfrica. Intentamos evitar que se constituya un foro de negación de genocidios. Siempre hay gente que lo hace, también pasa con casos como el de Guatemala, por ejemplo, en el que ya ha habido juicios, una comisión de la verdad... y aun así hay quien niega que hubiera genocidio. Es un tema sensible por las presiones que hay. Varios miembros de la asociación y han recibido amenazas o emails agresivos por decir que lo que ocurre en Gaza es genocidio. Es como silenciar a los expertos. La resolución en el fondo viene a cubrir ese vacío. En la Corte Internacional de Justicia (CIJ) hay una causa por genocidio abierta contra Israel. Se cree que el fallo se va a retrasar años. ¿Qué piensa que puede pasar? La Corte Internacional de Justicia conoce de demandas entre Estados. No es un tribunal penal, entonces las pruebas son diferentes. Aquí es solamente ver si los Estados han cumplido con las obligaciones [de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio]. El problema de la definición jurídica es que es muy estricta y el dolus especialis está impidiendo que hechos que podríamos definir como genocidio hayan sido condenados, porque cuesta mucho demostrar esta intención especial. Ya veremos en este caso. La Corte no suele tener casos de este tipo, normalmente son de disputas territoriales. Pero ahora están llegando casos de genocidio –tiene entre otros, el de Gambia contra Myanmar, que todavía no ha resuelto–. Está bien que se sigan utilizando estos mecanismos de resolución pacífica de controversias. Es interesante que ahora haya más demandas que nunca ante la CIJ sobre derechos humanos. A partir de ahí, no sabemos lo que dirá el tribunal. Sí que es verdad que ha adoptado medidas provisionales muy pronto porque ha entendido que la situación en Gaza es grave.  Por otro lado, la Corte Penal Internacional (CPI) ha emitido órdenes de arresto contra Benjamín Netanyahu y su exministro Yoav Gallant, por crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra. ¿Ve posible que se amplíe este proceso al delito de genocidio? La CPI lleva el caso con cautela porque Israel, aunque no es parte, ha hecho todo lo posible para impedir que se abriera una investigación. La Fiscalía suele proponer delitos que pueda probar, porque este sí es un proceso penal y tienes que probar más allá de toda duda razonable. Si no lo puedes probar, se te cae el caso y pierdes la investigación. Hay una parte práctica aquí. De todas formas, aunque no está incluido [el delito de] genocidio, los crímenes por los que los persigue son suficientemente graves. Pienso, y esto es una opinión personal, que puede ser una estrategia de la Corte porque Israel no es parte, por lo tanto no va a colaborar en la investigación. Recordemos que ha habido jueces de la CPI sancionados por la investigación en Palestina por parte de EEUU. Cualquier crítica de lo que se está haciendo en Israel, según qué contexto, se percibe como antisemitismo y esto ha hecho que algunos académicos, sobre todo en EEUU, tengan cautela a la hora de hablar públicamente de estos temas En la resolución mencionan el papel de otros Estados, ¿qué deberían hacer ahora mismo los países para no ser cómplices del genocidio en Gaza?  Los Estados pueden presionar a Israel. Las organizaciones internacionales pueden adoptar sanciones, por ejemplo. La Unión Europea no lo ha hecho, salvo algunas sanciones individuales a colonos y entidades israelís en Cisjordania, pero está dividida. Con Rusia, la UE ha aprobado 18 paquetes de sanciones, y todavía estamos por ver qué sanciones adopta en el caso de Israel. Naciones Unidas tampoco ha tomado ningún tipo de medida, porque Estados Unidos bloquea el Consejo de Seguridad. Pero los Estados, individualmente, pueden emprender acciones, como un embargo de armas. Estados Unidos y Alemania son los grandes proveedores de armas a Israel. El derecho internacional no tiene fuerza coercitiva propia y por eso se tiene que recurrir a mecanismos como las sanciones, para presionar para que un Estado deje de incumplir el derecho internacional. En este caso, los Estados que han firmado la convención del genocidio tienen la obligación de prevenirlo, incluso. Exacto. La prohibición del genocidio es lo que en derecho internacional llamamos una norma imperativa, es decir, que obliga a todos los Estados porque protege los valores esenciales de la comunidad internacional. Todo el mundo tiene la obligación de prevenir el genocidio, por eso Sudáfrica puede demandar a Israel, porque afecta a toda la comunidad internacional. Israel no tardó en responder a su resolución. La calificó de “vergonzosa” y dijo que “se basa completamente en la campaña de mentiras de Hamás y en el blanqueo de esas mentiras por parte de terceros”. ¿Qué le parece esta reacción? A veces me pregunto para qué sirven estas cosas, pero después ves que estas resoluciones son herramientas que luego pueden utilizar la comunidad internacional, las ONG y los expertos para que deje de haber un genocidio. En la práctica se ve cómo a los Estados les molesta. Somos una organización sin ánimo de lucro, sin ninguna afiliación política. Es normal que le moleste, pero no esperaba que hubiera declaraciones públicas sobre esto. ¿En qué consiste el trabajo de la asociación? Organizamos un encuentro bianual para encontrarnos y compartir nuestras investigaciones. Está muy bien, porque conectas con expertos de todo el mundo sobre estos temas, que son muy específicos. En el encuentro de Sudáfrica hablaremos de Gaza pero también de otros genocidios como el de Ruanda, por ejemplo, porque aunque hayan pasado años desde el genocidio, sigue habiendo cosas de las que hablar, como medidas de memoria, para reparar las víctimas y de justicia. Es decir, son cuestiones que necesitan tiempo.  Es una asociación todavía bastante occidental, con muchos estadounidenses, pero poco a poco vamos intentando estar en contacto con otros colectivos del Sur Global, para no tener solo la visión eurocéntrica u occidental. Lo interesante es que venimos de disciplinas diferentes. Hay de todo: juristas, ciencia política, derecho, criminología, sociología, antropología, también hay algunos activistas, miembros de la sociedad civil. Es muy diversa y te ayuda a entender el mismo fenómeno desde diferentes perspectivas. Trabajar temas de genocidio es bastante agotador a nivel mental, pero a la vez también es necesario dar la voz, investigar e intentar prevenir las atrocidades masivas.
eldiario
hace alrededor de 5 horas
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