cupure logo
quedelunaporlosconlasparaaudienciasánchez

El invento bajo secreto de la Policía contra Podemos: Miguel Urbán y 40 kilos de coca en el pub Nueva Visión de Malasaña

El invento bajo secreto de la Policía contra Podemos: Miguel Urbán y 40 kilos de coca en el pub Nueva Visión de Malasaña
La cúpula de la seguridad del Estado recurrió durante el Gobierno del PP a un disparatado montaje que duró seis frenéticos meses y que tenía por objetivo fabricar una supuesta financiación ilegal de Podemos para evitar que el partido alcanzara el poder en las elecciones de 2016 Cronología de una operación contra Podemos: la Policía fabricó en 17 días el bulo de la cuenta de Iglesias en el Caribe Johnny lleva 45 años apoyado en el quicio de la misma puerta. Alto, apartado de los cánones tradicionales de belleza y de pocas palabras, su silueta es una fotografía anclada en la memoria de varias generaciones que hicieron del barrio madrileño de Malasaña su territorio de iniciación al punk, el amor y otros excesos. Johnny regenta desde 1980 un pub con nombre, Nueva Visión, y con subtítulo, Ramones Fan Club. Hace diez años, en secreto, unos comisarios lo colocaron en el centro de una de las mayores patrañas de la guerra sucia contra Podemos durante el último Gobierno del PP. Esta es la historia jamás contada de cómo la cúpula de la seguridad del Estado se las ingenió en 2016 para convertir a Miguel Urbán, fundador de Podemos, en vendedor de 40 kilos de una cocaína procedente de Venezuela que financiaría el partido, con el Nueva Visión como escenario y Johnny de intermediario.  Es 12 de enero de 2016. Dos medios de la derecha publican el contenido de un dosier denominado PISA (Pablo Iglesias Sociedad Anónima) y dan el pistoletazo de salida a un semestre extraordinario por la cascada de informaciones falsas sobre Podemos. En diciembre, la formación liderada entonces por Iglesias había obtenido 69 escaños, un acontecimiento inédito en un partido a la izquierda del PSOE. La divulgación del pseudoinforme PISA coincide con el inicio de los contactos para la posible formación de un gobierno progresista.  En esas mismas fechas arranca en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) el bulo de la cocaína y Miguel Urbán. El CITCO es un órgano en el que participan la Policía, la Guardia Civil, las policías autonómicas y el CNI. Fue creado a raíz de los atentados yihadistas del 11M para que no se repitieran los errores de coordinación que facilitaron la masacre terrorista. No tiene funciones operativas. A principios de 2016 estaba dirigido por el comisario de la Policía Nacional José Luis Olivera, hoy jubilado y a la espera de sentarse en el banquillo por el caso Kitchen.  José Luis Olivera es el comisario que aparece en una grabación junto a su amigo José Villarejo sobre la cuenta falsa de Iglesias en el Caribe. “Que tampoco es muy costoso el meterle una cuenta a Pablo Iglesias de hace 5 años y luego que expliquen”, aportaba Olivera a la conversación sobre la manipulación de los documentos.  El 21 de enero de 2016, justo ocho días después de la publicación del informe PISA, José Luis Olivera firma en persona un informe del CITCO, alejado por su contenido de las funciones atribuidas al organismo de coordinación y que tiene como destino a la Fiscalía Antidroga. Se trata del relato de “una fuente conocida por el Centro” que señala a Miguel Urbán, miembro de Anticapitalistas y eurodiputado por Podemos en ese momento, vendiendo 40 kilos de cocaína en un pub de Malasaña. Con el precio de mercado de la época, Urbán habría salido del bar con 1,2 millones de euros en el bolsillo. O donde cupiera tanto dinero.  El comisario José Luis Olivera, experto en lo que la Policía llama “manipulación [manejo] de fuentes”, atesora una dilatada carrera. Entre otros destinos ha sido jefe de la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal, la UDEF, en tiempos de los casos Malaya y Gürtel. Olivera considera tan creíble la disparatada historia de su confidente como para informar oficialmente a la Fiscalía Antidroga para que abra una investigación.  La fuente del CITCO relata que Miguel Urbán se había presentado en fecha indeterminada en un pub de la calle Velarde, en el centro de Madrid y, acompañado del dueño del establecimiento, subió al primer piso del portal contiguo. Allí les esperaba un tercero, de unos 40 años, al que Urbán “le entrega 40 kilos de cocaína pura a cambio de una enorme cantidad de dinero”. Durante el encuentro en el piso, Miguel Urbán habría comentado que se trataba “de una cocaína muy buena, de buena calidad, procedente de Venezuela y facilitada por sus contactos de aquel país”. La droga, según el confidente policial, tenía como fin “financiar los gastos de campaña del partido Podemos”. Así lo habría manifestado el propio Urbán durante la supuesta transacción, siempre según el relato del confidente.  Antes de continuar cabe una primera recapitulación. Uno de los comisarios más poderosos durante el Gobierno del PP –lo había sido antes también con el PSOE– da crédito a uno de sus confidentes, que asegura que Podemos se financia con cocaína de Venezuela y que uno de sus eurodiputados carga con 40 kilos de droga por el centro de Madrid en el momento de mayor popularidad de la formación. “Si no llegan al Gobierno, mejor para todos” Podemos era la tercera fuerza política del país y negociaba un gobierno de izquierdas con el PSOE. Tres meses después del informe del CITCO, muy lejos de la calle Velarde, en Nueva York, otro mando de la brigada política dejaría la frase que resume aquel semestre de furia contra Podemos: “Si Posemos no llega al Gobierno, mejor para todos”.  El inspector jefe José Ángel Fuentes Gago traslada esa afirmación a un exministro del Gobierno de Chávez. Ese 12 de abril, en el Consulado de España en Nueva York, el mando policial dice actuar con “un mandato” del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, según consta en la grabación publicada del encuentro.  Vuelta a Madrid y regreso al mes de enero de 2016. En el informe que el CITCO elabora para la Fiscalía Antidroga sobre Urbán se explica que uno de los confidentes es un camarero, de nombre Hugo, que trabajaría en el Nueva Visión y que se dice “muy amigo” del eurodiputado y también de Johnny, el dueño del bar. “Hasta el punto de que Hugo lleva una foto de los tres de aquel día en el pub, posiblemente fruto de la celebración de ese intercambio de drogas”, escribe Olivera sin adjuntar la instantánea. Hugo viajaría después a un pueblo de Toledo para reunirse con un amigo que regenta un mesón. A esa reunión se sumó un tercero. Toman copas y Hugo cuenta la historia de la cocaína. El tercer individuo es el confidente original del CITCO, según consta en un informe policial. A esa función de delator se sumaría el tal Hugo y el otro asistente al encuentro en el mesón.  elDiario.es ha contactado con Miguel Urbán y ha repasado con él los nombres del confidente y sus amigos, así como las fotos en Internet que hay de algunos de ellos. El exdiputado asegura que no conoce a ninguno. Ni siquiera recuerda haber entrado en su vida en el Nueva Visión. “La última vez que salí por Malasaña debió de ser en 2009”, asegura.  Momento para la segunda recopilación: un supuesto confidente del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado escucha la historia de Miguel Urbán vendiendo 40 kilos de cocaína en el Ramones Fan Club de Malasaña, se lo cuenta a sus manipuladores (los policías con los que colabora), estos a Olivera –si es que no fuera colaborador directo de éste– y el director del CITCO considera que debe informar de los hechos a la Fiscalía Antidroga.  Esta es la tesis que la propia Policía traslada en sus oficios a la Fiscalía, pero entre los párrafos que componen el montaje emerge otra posibilidad, que fueran los propios policías los que dicen al confidente qué tiene que declarar contra el fundador de Podemos. En esta segunda hipótesis incide que el confidente incluye en su relato un procedimiento de financiación ilegal no apto para legos en la materia: “Miguel [Urbán] dijo que se trata de pagar el máximo número de gastos en cash y luego justificar el dinero con donaciones anónimas”. Cuatro días después del informe, la Fiscalía Antidroga abre unas diligencias previas de investigación que habían permanecido en secreto hasta hoy. Se trata de un procedimiento habitual en la Fiscalía para determinar si los indicios que le llegan por denuncias o por informaciones policiales deben sustanciarse en una querella al juzgado o si, de lo contrario, no tienen peso y acaban en un decreto de archivo. El fiscal jefe de Antidroga entonces, José Ramón Noreña, declaró secretas las actuaciones y ordenó a la unidad especializada antidroga de la Policía comprobar la informacion aportada por el confidente. El comisario Olivera tiene prisa Al director del CITCO le urgía encontrar algo contra Podemos. El segundo informe que envía a la Fiscalía lleva fecha de 28 de enero de 2016, dos días después de que Antidroga abriera diligencias inducida por el primer oficio policial. Adelanta que puede conseguir un nuevo testigo y sitúa a Johnny como “intermediador” del pase de droga, incluyendo datos sobre la sociedad que administra el bar.  Dos semanas después, Olivera se mueve otra vez. En este caso envía a Antidroga las declaraciones firmadas de Hugo Ch., Antonio S. y Marcos B. Aquí, la historia del confidente se dispara. En su declaración ante la policía, Hugo afirma que Miguel Urbán, tras consumar la transacción en el piso de arriba, regresó al Nueva Visión y celebró el trato tirando “una bolsa de cocaína en la barra e invitando a todo el que quisiera”. Hugo relata: “Urbán dijo que había hecho un favor a España, que había vendido 40 kilos de cocaína de Venezuela y que era para pagar los gastos del partido”. De ser cierto el relato del confidente, Urbán habría compaginado su tarea como europarlamentario con la venta de droga por las esquinas de Malasaña. Hugo asegura que le ha visto trapichear también en la calle. La Policía escribe sobre los delatores: “No habían denunciado [antes] porque es gente muy poderosa [los de Podemos] y tenían miedo a represalias”. En el segundo oficio, el Centro de Inteligencia Antiterrorista hace afirmaciones, de nuevo, cuestionables. “El pub Nueva Visión es un local regentado por gente especialmente de extrema izquierda y muy ligada al 15M”, incluía el nuevo atestado.  César Strawberry es el líder del grupo de rap metal Def con Dos y conoce a Johnny desde 1983, del primer día que entró en el Nueva Visión. “Johnny fue un personaje muy importante en la agitación cultural de aquella Malasaña. Viajaba a Londres y traía discos, fue el primero en poner videoclips en televisiones dentro del local, tenía un armario con ropa alucinante… Johnny representaba el punk de entonces, el original, antes de que se vinculara a una ideología de izquierdas”, afirma en conversación con elDiario.es.  ¿Y las drogas? “Imposible. En el Nueva ni se traficaba, como sí que pasaba en otros locales, ni siquiera se consumía. Johnny siempre ha sido antidroga total. Si pillaba a alguien metiéndose, le echaba”, cuenta Strawberry al conocer el relato policial.  La Fiscalía Especial Antidroga implica en su investigación preliminar a la unidad de élite de la Policía contra el tráfico de drogas. Agentes de la UDYCO organizan las cuatro vigilancias alrededor del Nueva Visión. El 28 de enero y el 6, 12 y 15 de febrero de 2016, según los informes a los que ha tenido acceso elDiario.es. Los policías no llegan a entrar en el bar.  Después escriben: “Al local suele acudir bastante gente entre la una y las dos de la mañana, siendo habitual el hecho de que muchos de ellos permanecen durante un corte espacio de tiempo en su interior y se marchan del mismo sin llegar a realizar consumición alguna, hecho que induce a pensar que en el mismo se produce la venta al menudo de sustancias estupefacientes (…) Se puede inferir que el mismo se dedica a la venta a menor escala de sustancia estupefaciente cocaína”. Mientras los policías “infieren”, el Nueva Visión está a rebosar. A la hora que indican, otros bares han empezado a cerrar y el Nueva está en el corazón de Malasaña. Es un bar de pequeñas dimensiones, asfixiante cuando se llena. Miran los antecedentes de Johnny: una reclamación por un delito contra la seguridad del tráfico. De la circulación del tráfico. Los policías piden autorización para pincharle el teléfono. La Fiscalía no les apoyará. Ramones Fan Club Este mayo de 2025 está siendo más lluvioso de lo habitual en Madrid. Después de unos días sin que Johnny asome su particular silueta por la puerta del Nueva Visión, elDiario.es logra dar con él. Está sentado, como tantas tardes, en una banqueta con la puerta del pub entreabierta.  El Nueva Visión está cerrado. No superó la pandemia y el propio Johnny lo hizo a duras penas. Vive de una exigua pensión por los efectos de la Covid permanente, que le ha dejado un 70% de discapacidad. Ofrece con un gesto otra banqueta al reportero y escucha en silencio la historia, de la que nunca había oído hablar. Está atónito. Johnny no conoce a ningún responsable de Podemos, ni recuerda a ningún camarero en su local que se llamara Hugo. Se enfada. “Aquí intenta meterse coca alguien y pilla”, suelta castizo y con gesto serio. Habla en presente, como si su bar siguiera abierto y no llevara cinco años cerrado. Cuenta que quiere reabrirlo, pero le han dicho que no puede renovar la licencia, que tendrá que conseguir una nueva. Él sigue plantándose cada tarde en su puerta. En el rellano guarda una lata de cerveza y una radio siempre encendida. El dueño del Nueva, Johnny –Felipe en su DNI– tarda unos minutos en ubicar la dimensión del invento. De lo que le acusaban era de auspiciar una operación de tráfico con 40 kilos de droga. Con una frase desmonta la “inferencia” policial de que los clientes entraban a su local y salían al poco tiempo: “Dábamos chupitos a un pavo”. Imagen actual de la fachada del Nueva Visión Regresamos a enero de 2016. Con anterioridad a que los policías obtengan permiso para indagar en las cuentas de Urbán, la Fiscalía recibe otro informe policial basado en una fuente anónima, de la que nunca se sabrá nada más, pero que resulta determinante para dar un impulso al caso. Según esta fuente, Urbán “habría transferido durante 2015 cantidades muy significativas, conducta que podría ser extrapolable al resto de miembros de Podemos”, dice el oficio policial.  Las donaciones que especifican son las siguientes: 2.000 euros al comité de huelga de técnicos de Movistar, otra a la asociación Debates y Solidaridad, y tres a Podemos, de 2.000 euros cada una. “Para eso no había hecho falta entrar en mis cuentas. Todas esas donaciones eran públicas y se podían consultar en la web de Podemos”, explica Miguel Urban.  Los policías condimentan su oficio: “La fuente que ha aportado estos datos por ahora no ha podido puntualizar el resto de los movimientos de otros miembros [de Podemos], que no obstante señala que conoce que se producen con la misma frecuencia y con origen de integrantes relevantes de este partido”. Operación Cardenal: un trampolín a Podemos El relato de los confidentes es solo un trampolín. La Policía se ha movido rápido. La disparatada historia de los 40 kilos de coca en una bolsa es la excusa para acceder a las cuentas de Urbán, para investigar a Pablo Iglesias y llegar a una supuesta financiación irregular de Podemos. Por eso, a diferencia de otros dosieres, la peripecia del Nueva Visión no es filtrada a la prensa afín, como ocurrió con la cuenta de Pablo Iglesias en Granadinas o el informe PISA (Pablo Iglesias Sociedad Anónima). Es lo que sospechan en la formación política cuando conocen los primeros datos de aquella operación.   Como adelantó Infolibre, la propia Policía informó hace unos meses a la Audiencia Nacional de la existencia de las indagaciones sobre Urbán. Fue en el marco de la causa por la guerra sucia a Podemos que instruye el magistrado Santiago Pedraz. Apareció una búsqueda sobre Pablo Iglesias y la Policía respondió que se habían hecho consultas a bases de datos policiales “sobre las personas del entorno de Urbán”. Lo bautizaron como la Operación Cardenal. La respuesta de la Policía confirma la sospecha del partido: el invento de la droga solo era el pretexto para llegar al líder de Podemos y las cuentas de la formación.  Los oficios de la UDEF están firmados por su jefe de entonces, José Manuel García Catalán. El montaje contra Podemos se cuece en la misma cúpula del Cuerpo Nacional de Policía. García Catalán es uno de los mandos que viaja a Nueva York a conseguir pruebas, verdaderas o falsas contra el partido de Iglesias.  Al mes siguiente de regresar de Nueva York, el 24 de mayo de 2016, el jefe de la UDEF rubrica un informe de su unidad sobre los gastos, ingresos y contrataciones de Miguel Urbán Crespo, eurodiputado de Podemos, con la excusa de la venta de droga. Los policías rebuscan en la vida económica del militante de Anticapitalistas. No encuentran nada, pero especulan. La Policía insiste en la baza de los delatores. Los lleva ante el fiscal Antidroga del caso el 23 de febrero de 2016. Hugo se ratifica en todo. A Urbán se le cayó la mochila, 40 kilos, y él le ayudo a recogerla. No sabía qué había dentro, pero tras la transacción lo sospechó. Antes de irse, el eurodiputado tiró una bolsa de cocaína sobre la barra para que esnifara el que gustase. Sacó un fajo de billetes y pagó una ronda para todos. Palabra de confidente. La Policía no va a dejar pasar la oportunidad. En otro informe de la UDEF, firmado por García Catalán el 1 de marzo de 2016, se especula con la salud financiera de Miguel Urbán. Recogen sus donaciones a “proyectos sociales”, a Podemos y encuentran algo que a los policías les da que pensar :“Prácticamente no hay ahorros en sus cuentas bancarias pese a que tiene una hipoteca”. Palabra de comisario del Cuerpo Nacional de Policía.  “Es por ello que puede concluirse que Miguel Urbán tiene gastos superiores a sus ingresos y por tanto podría tener una fuente de financiación no declarada –continúa el entonces jefe de la UDEF–. Si atendemos a las diferentes investigaciones policiales y judiciales realizadas a diferentes partidos políticos, podríamos encontrarnos ante una posible financiación irregular de forma que sus miembros realizan donaciones en nombre propio, recibiendo la cantidad donada en b por el partido, dinero obtenido por este irregularmente”. La afirmación no es gratuita. En base a ella, la UDEF propone a la Fiscalía que se la Agencia Tributaria facilite toda la información que tenga sobre Urbán. El comisario José Manuel García Catalán todavía enviará a la Fiscalía Antidroga un informe el 24 de mayo con todos los gastos de las tarjetas de Urbán, ingresos y contrataciones.  En las diligencias previas de la Fiscalía Antidroga consta un informe de 78 páginas de la Agencia Tributaria sobre Miguel Urbán Crespo. Lo firma la entonces jefa de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude, Margarita García-Valdecasas. Lleva fecha de 29 de abril de 2016 y es el preludio del fracaso de la Policía. No hay nada. En junio se celebran elecciones generales. Podemos mantiene su representación parlamentaria pero el sueño del 'sorpasso' al PSOE se esfuma. Durante toda la precampaña y la campaña electoral, la cúpula de la seguridad del Estado, de la Agencia Tributaria y la Fiscalía Antidroga han investigado a uno de sus fundadores y europarlamentarios. Y lo han intentado con su líder, Pablo Iglesias.  Un mes después de los comicios, el 20 de julio de 2016, el fiscal jefe Antidroga, José Ramón Noreña, firma el decreto de archivo de las diligencias previas de investigación abiertas a requerimiento policial. “No se ha podido acreditar, ni siquiera indiciariamente, la comisión de hechos delictivos”, escribe. A día de hoy…  Miguel Urbán. Abandonó Podemos en 2020 por estar en contra de la entrada en el Gobierno. Sigue militando en Anticapitalistas y ha puesto en marcha una cooperativa de gestión cultural, asesoría y comunicación después de un tiempo en el paro.  “Este montaje demuestra la impunidad con la que trabajan las cloacas del Estado, que se pueden inventar algo tan sumamente descabellado y que no tenga consecuencias. Cincuenta años después de la muerte de Franco, toda la estructura de poder y cloacas sigue operando en democracia. No bastaba con exhumar a Franco del Valle de los Caídos... A esto nos referíamos. Soy hijo de luchador antifranquista torturado por Billy el Niño. Los herederos de ese policía son los han montado esta trama contra Podemos. Continúa la impunidad”. Johnny. El próximo julio cumplirá 65 años. Vive de una pensión por invalidez de 600 euros, sueña con reabrir el Nueva y todavía le quedan 60.000 euros de hipoteca de su piso. “Si fuera un narco la habría pagado ya. Ponlo ahí”. Johnny es historia de una Malasaña, de un Madrid, que languidece. Dos chicos con aspecto de turistas se paran frente al Nueva Visión y señalan su puerta entreabierta. “Cerrado”, les advierte el dueño. “¿De lo que hice en Alcalá 20 no ponen ahí nada?”, se indigna Johnny. Hace 42 años ayudó a rescatar a una veintena de personas del incendio de la discoteca Alcalá 20, en el que hubo 81 muertos. Él mismo aparece contándolo a la puerta de las Urgencias de la Fundación Jiménez Díaz en el archivo de Televisión Española, un fragmento de los informativos incluido en un capítulo de 'Cuéntame'. En la charla surgen sus años en el Fondo Sur del Vicente Calderón, que abandonó en los noventa por la invasión de nazis en el Frente Atlético. Johnny no tiene Internet. Por el periodista se entera de que cuatro días antes ha muerto un camarada de la militancia rojiblanca y de Malasaña, Iñaki 'Glutamato'. Aparta la mirada y se queda en silencio. Demasiadas noticias malas para una tarde cualquiera de mayo. Felipe (Johnny) habla de su participación en el rescate de las víctimas de Alcalá 20 José Luis Olivera. Comisario jubilado del Cuerpo Nacional de Policía. Se sentará en el banquillo del caso por el espionaje policial a Luis Bárcenas con fondos reservados. Anticorrupción no presenta acusación contra él, pero sí la acción popular, que pide una pena de cárcel. Jefe de la UDEF con el PSOE, el Gobierno de Rajoy lo encumbró con la dirección del CITCO y el acceso a toda la información. Estuvo a punto de convertirse en el director operativo de la Policía. José Manuel García Catalán. Comisario jubilado del Cuerpo Nacional de Policía. Su nombramiento al frente de la UDEF ya resultó polémico en 2014. Jorge Fernández Díaz situaba al frente de la unidad que investigaba al PP por la caja B a un comisario afín. Por el momento ha declarado como testigo en la causa que se sigue en la Audiencia Nacional por la guerra sucia contra Podemos.  Hugo Ch. El confidente que atribuyó delitos penados con muchos años de cárcel a varios inocentes contesta la llamada de elDiario.es a su teléfono. Se niega a hablar su falso testimonio y arremete contra el periodista: “¿Qué trabajo es sacar lo que no se puede sacar? ¿Por qué no sacáis la mierda del Gobierno? Porque sois unos aborregados y unos subvencionados”, contesta él solo antes de advertir que está grabando la llamada y colgar.
eldiario
hace alrededor de 9 horas
Compartir enlace
Leer mas >>

Comentarios

Noticias políticas