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El PP naufraga al explicar el "visado por puntos" para migrantes de Feijóo

El PP naufraga al explicar el "visado por puntos" para migrantes de Feijóo
Los expertos aseguran que la indefinición del plan impide analizar si las medidas pueden ser implantadas y advierten del error de comparar a España con países geográficamente y laboralmente tan distintos como Canadá o AustraliaFeijóo, una frase y cuatro datos falsos sobre los migrantes y el ingreso mínimo vitalLa derecha española se revuelve ante el nuevo ciclo electoral Dos décadas después de plantear por primera vez un “visado por puntos” para las personas que quieran migrar a España, Alberto Núñez Feijóo volvió a lanzar la idea este domingo en la clausura de un “encierro” con los barones autonómicos del PP y que tuvo en la política migratoria uno de sus puntos centrales. El plan no es nuevo y, de hecho, el propio Feijóo ya lo planteó en su programa de las elecciones de 2023. Pero el partido es todavía incapaz de dar los detalles de un plan que, según los expertos, depende en buena medida de la Unión Europea y tiene una complicada aplicación en España. “Defendemos un nuevo visado por puntos que prime la entrada de quien quiere trabajar en los sectores donde hay falta de mano de obra, de quien conoce mejor nuestra cultura y de quien tiene mayor capacidad de integración”, aseguró Feijóo el domingo arropado por casi todos los presidentes autonómicos del PP. El líder de la oposición puso como ejemplo a países como Canadá, Reino Unido y Australia, que por sus características geográficas poco tienen que ver con España. Además, no pertenecen a la UE, por lo que su normativa no depende exclusivamente de su voluntad. Así lo explica Gemma Pinyol, directora de Políticas Migratorias y Diversidad en Instrategies, quien considera que se trata de una medida que, si bien funciona en países como Canadá o Australia, su encaje en España no sería tan sencillo debido al contexto del país, su posición geográfica y la situación del mercado laboral. Feijóo no dio apenas detalles del plan, lo que impide hacer un buen análisis del mismo a quienes saben más de la materia. Tampoco lo hacía su programa de 2023. Pero este lunes compareció ante los medios la vicesecretaria de Coordinación Sectorial, Alma Ezcurra. Es la persona encargada de redactar un plan completo de política migratoria que el PP prometió tener listo este mes de septiembre, plazo que el propio partido ha descartado cumplir. Ezcurra tampoco pudo o quiso afinar en los detalles del plan. Sobre el “visado por puntos”, dijo que está todavía en fase de elaboración para evitar dar respuestas concretas a las preguntas de los periodistas. “No tiene nada de nuevo, pero sí de innovador”, apuntó la dirigente, consciente ya de que se había publicado que Mariano Rajoy ya propuso este mismo plan en 2008. “Es una vía que tienen otros países en nuestro entorno y que consiste en algo muy sencillo”, apuntó la vicesecretaria: “Objetivar con criterios medibles la entrada de los inmigrantes en nuestro país”. La dirigente del PP enumeró los, por ahora, seis criterios a evaluar: la formación, la experiencia, el idioma, la edad, la capacidad de cubrir ocupaciones en escasez (“la construcción de vivienda, los transportes, el sector primario, la salud, los cuidados”) y los vínculos previos con el país. Previamente, la vicesecretaria mencionó también a “quienes aporten más capacidad de integración”, aunque no explicó cuál sería el baremo ni cómo se puede medir este ni ninguno de los otros criterios. “Hemos trazado un camino de trabajo, las cosas no están perfectamente definidas”, se escabulló Ezcurra. E insistió: “Es una ponderación. No le puedo dar la cifra numérica que tendrá cada uno de ellos porque no está aterrizado de esa manera, el modelo está por construir”. Un plan abierto “Se priorizarán las necesidades del mercado de trabajo, se priorizará la cualificación profesional”, aseguró, para añadir: “Y se priorizará también el conocimiento del idioma. Pero igual una persona que habla un estupendo español no tiene tan buena formación para el oficio que estamos buscando y tiene menos puntos porque no reúne la cualificación. ¿Sabe lo que le quiero decir? Lo importante es que el convenio, el baremo, la suma de los números priorice a las personas mejor preparadas en conjunto para el puesto de trabajo y para las necesidades que se quieren cubrir”. La información confusa trasladada por el PP sobre la finalidad del “visado por puntos” complica el análisis de la medida. Saber si buscaría solo perfiles cualificados o cambiar la política actual de visados de búsqueda de empleo –lo que suele conllevar la negociación con patronal y sindicatos– es clave para entender la propuesta. Pinyol sostiene, además, que plantearlo como una medida para captar talento extranjero “carecería de sentido” en España, ya que el país no cuenta con un mercado laboral ni una política salarial atractiva en general para los perfiles internacionales más cualificados, a quienes se dirige este tipo de iniciativas en los otros países citados por el PP. En el caso de abrirlo más a otros perfiles, dice la directora de Políticas Migratorias y Diversidad en Instrategies, serían necesarios otras medidas complementarias más allá del mero visado por puntos. “Deberían aclarar para qué perfiles podría crear un valor añadido. Ahora mismo, la lógica del sistema de puntos para las temporeras no serviría. ¿O prefieren ese sistema a los proyectos de migración circular?”, se pregunta la investigadora. “Deberían explicar qué utilidad tiene un visado de puntos en un contexto en el que la población extranjera, mayoritariamente latinoamericana, puede viajar con visado de turista y acabar trabajando de forma irregular en sectores como los cuidados. Para que tenga sentido un visado de puntos con estos perfiles, habría que cambiar antes, por ejemplo, ese peso de la irregularidad en sectores como el de los cuidados”. Además, Pyniol alerta de que dar una mayor puntuación en función de la nacionalidad o determinados rasgos culturales, como ha deslizado Feijóo, “podría incurrir en discriminación”. Expulsiones por delitos “leves” Los periodistas intentaron una vez más conocer los detalles de cómo será el baremo a aplicar. Sin éxito. “La capacidad de integración es multifactorial”, dijo Ezcurra. “Conocer el idioma ayuda”, aseguró, sin concretar. Y continuó: “Proceder de un país en el que se comparten valores” con España, “tener y respetar una Constitución, la igualdad entre hombres y mujeres, la defensa de la libertad y la vida, la convivencia en paz suma”. Ezcurra también habló de “factores volitivos”, como “mostrar interés en un puesto de trabajo concreto”, y reiteró que es “un compendio de cosas que está en elaboración”. Pero sí anunció que España quitaría “privilegios y ayudas” a los países que no colaborasen en la repatriación de personas migradas a España que, por algún motivo, sean expulsados a su país de origen. Lo que sí dejó claro Ezcurra es que el PP no va a votar a favor de la iniciativa legislativa popular para regularizar a miles de personas migrantes que viven y trabajan en España sin tener la documentación en regla, y que llegó al Congreso con el aval de medio millón de firmas ciudadanas y de asociaciones como Cáritas, perteneciente a la Iglesia católica española. Ezcurra ni siquiera dio por cerrada la lista de condicionantes. “Estos seis elementos pueden ser ampliables, porque esta propuesta está en proceso de elaboración”, dijo. “Y salvo el idioma, y quizá los vínculos previos, un marroquí lo puede cumplir exactamente igual que un colombiano que un chino o que un filipino”, apuntó. La referencia a Marruecos traía cuenta de otra pregunta sobre aspectos indeterminados del plan: el papel de los países “emisores” de personas migrantes. “El que se niegue a colaborar con las instituciones españolas, el que no acepte a sus nacionales cuando tengan que ser retornados o el que aliente las salidas irregulares, perderá privilegios y ayudas, porque la solidaridad no puede ser unilateral”, dijo. “Unos países recibirán en justa correspondencia más cooperación en función de lo que ellos cooperen en el control de la inmigración irregular y en la mejor consecución del sistema”, añadió, una vez más sin explicar qué tipo de cooperación dejarían de tener dichos países señalados. La idea es rechazada por los expertos consultados por elDiario.es: “Siempre se han utilizado los visados como instrumento de presión diplomática, pero hacerlo con el sistema de puntos va en contra del mismo objetivo de este. Si lo utilizas para castigar a un país, igual pierdes a esa persona que querías si procede de un país que no coopera. Castigas a nivel individual, Cambias las reglas y haces que la medida carezca de sentido”. Ezcurra aprovechó también para lanzar una andanada a Vox, partido con el que el PP ha entrado en competición por el voto ante el inminente ciclo electoral. Y la competencia en la derecha se está endureciendo. En este marco, Feijóo planteó el domingo legislar para que se pueda expulsar del país a las personas migrantes “reincidentes” incluso por “delitos leves”. El PP no ha querido cuantificar la “reincidencia” ni explicar cuáles son esos “delitos leves”. Ezcurra se limitó a responder, también sin especificar: “Perderán la residencia automática cuando cometan delitos graves y también la perderán cuando cometan de forma reiterada delitos un poco más leves”. La dirigente del PP respondió a un tuit de Santiago Abascal en el que acusaba a Feijóo de mentir a cuenta de su propuesta de “hundir” el barco de rescate Open Arms. “Yo si fuera Vox también estaría preocupado”, dijo Ezcurra. “Cuando un partido coge un tema y lo tritura para intentar ganar votos, en mi opinión de una manera torticera, y llega otro partido y propone una alternativa posible, de Estado, que no se basa en la protesta, sino que se basa en la propuesta que es legalmente posible, y además es ordenada, legal y humana, es como para preocuparse”. “Yo creo que en Vox están nerviosos. Es normal”, zanjó.

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