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Los fantasmas de Gürtel ante su último juicio: un banquillo sin el gestor del dinero en Suiza de Correa y Juan Carlos I

Los fantasmas de Gürtel ante su último juicio: un banquillo sin el gestor del dinero en Suiza de Correa y Juan Carlos I
La Audiencia Nacional celebra a partir de este lunes la vista por la trama de blanqueo de capitales de la red corrupta en torno al PP con 21 acusados, entre ellos los cabecillas de Gürtel y el "arquitecto" de la evasión fiscal, Ramón Blanco Balín, pero sin su contacto en Suiza, Arturo FasanaArturo Fasana o la importancia de compartir cuenta en Suiza con el rey La historia de los casos Gürtel y caja B del PP también es la de sus fracasos. Los años de sobresueldos que cobraron los máximos dirigentes del Partido Popular, incluido Mariano Rajoy, constituían un delito prescrito. Las aportaciones de las grandes empresas del Ibex al PP en dinero negro no alcanzaron el rango de cohecho porque no se pudo demostrar que fueran a cambio de adjudicaciones concretas. Y en el banquillo del último juicio de Gürtel no se sentará Arturo Fasana, el gestor suizo que abrió la cuenta bancaria 'Soleado' a Francisco Correa con la promesa de que allí descansaría seguro su dinero de la corrupción. El blindaje se llamaba Juan Carlos I, otro cliente que escondía ahí sus fondos.  La Audiencia Nacional juzga a partir de este lunes a 21 personas por su relación con la trama de blanqueo de capitales y evasión fiscal que pusieron en marcha Francisco Correa y Pablo Crespo para poner a salvo de Hacienda, y de la justicia española, el dinero obtenido por mediar en contratos y adjudicaciones de obra pública con Administraciones gobernadas por el PP. La justicia ya ha visto y sentenciado todas esas corruptelas. El Partido Popular ha sido condenado como responsable civil subsidiario en la pieza separada más relevante, la de la caja B de la formación política: parte de la reforma de la sede central del partido se pagó con dinero negro de los empresarios. También el Tribunal Supremo ha ratificado que el dinero de la corrupción fue a sufragar campañas de los conservadores en Pozuelo y Majadahonda. Correa y Crespo están en libertad después de pasar casi una década en prisión y haber reconocido todos sus delitos… Falta esclarecer en sentencia la segunda fase de un ejercicio gigante de corrupción, consistente en esconder las ganancias. Y es aquí donde entran en juego dos actores principales, los economistas que idearon ese laberinto de evasión y blanqueo. Junto a Correa y el resto de integrantes de la trama se sientan en el banquillo Luis de Miguel y Ramón Blanco Balín. El primero ya fue condenado a 12 años y nueve meses de cárcel en el juicio de la pieza principal de Gürtel por blanqueo de capitales, fraude fiscal y falsedad en documento mercantil. Fue quien puso a disposición de Correa sus conocimientos cuando la trama empezó a funcionar, allá por 1998. Esa misma tarea la asumiría a mediados de 2005 Ramón Blanco Balín, ex vicepresidente de Repsol y amigo de José María Aznar, con el que estudió la carrera y junto al que ganó la oposición para inspector de Hacienda. Blanco Balín aparece retratado en la primera confesión que hizo Francisco Correa, publicada en noviembre de 2015 por elDiario.es y que luego sería refrendada en sede judicial. En ese documento, Correa explicaba que Blanco Balín le propuso a un tal Arturo Fasana como gestor de sus fondos en Suiza. “La importancia de los clientes (de Fasana) y de uno en concreto hacía imposible cualquier problema judicial, me dijo que me quedase muy tranquilo”, relataba Correa en el escrito.  Ya en el juicio, el principal acusado se explayó: “Cuando se registra el despacho de Ramón Blanco Balín me puse muy nervioso porque se llevaron todas mis escrituras y mi opacidad se podría hacer pública. Entonces le dije que quería regularizar y me dijo que no”. Blanco Balín, según explicó, le garantizó la inmunidad de la que disfrutaba su hombre en Suiza, Arturo Gianfranco Fasana, y que estaba garantizaba por uno de los clientes a los que escondía dinero negro.  En la confesión a elDiario.es, Correa se explicaba así: “En varios viajes que realicé para visitar a Fasana en Ginebra con Ramón Blanco, Arturo, con quien ya adquirí cierta confianza, me acreditó visualmente la realidad de lo que me explicó Blanco Balín, y corroboré la coincidencia de las informaciones de mi conductor”.  La 'Z' del caso Gürtel Francisco Correa aseguraba, por tanto, haber visto documentos que acreditan que Fasana trabajaba para un cliente español tan importante que alejaría cualquier intento de investigación en su contra. Correa ponía coche y chófer a Fasana cuando éste viajaba a Madrid y el conductor después contaba a su jefe con quién y dónde se había reunido el gestor.  Quién se escondía tras esa poderosa y misteriosa identidad fue desvelado en el juicio por Correa. Lo hizo en dos entregas. En la sesión de la mañana del 15 de octubre de 2016, el principal acusado de Gürtel se negó a pronunciar el nombre: “Si lo digo sale esta tarde en todos los periódicos”. Por la tarde fue más explícito. Se refería a las garantías que le daba la cuenta “Soleado” y afirmó que esa cuenta es por “donde están pasando las grandes fortunas del país, incluida las del rey de España”, en referencia a Juan Carlos I. El presidente del tribunal le cortó pidiéndole que no hiciera referencias a quien no estaba en la sala y no se podía defender.  El día de la confesión de Correa quedaban más de cinco años para que la Fiscalía archivara la investigación secreta que había abierto en 2020 y en la que quedó de manifiesto el engaño a Hacienda del anterior jefe del Estado. La prescripción, y la inmunidad de la que gozó hasta 2014 Juan Carlos I, evitaron su imputación. La dudosa actuación de Hacienda y la Fiscalía, permitiendo que regularizara el dinero después de haberle avisado, contribuyó a que el denominado “artífice de la Transición” escapara del banquillo. Ramón Blanco Balín ha sido condenado ya en tres piezas del caso Gürtel. Su contacto en Suiza, Arturo Fasana, estuvo imputado durante años en la pieza del blanqueo de capitales que se juzgará el lunes. En 2020, el juez José de la Mata consideró que no había indicios suficientes contra él y otros 28 imputados y los libró del banquillo con el auto de apertura de juicio oral.  Fasana, por tanto, no podrá corroborar la acusación de Correa y la cuenta Soleado. Por su parte, Blanco Balín hace alusión al gestor suizo en repetidas ocasiones, pero no se refiere al blindaje de aquella cuenta en el escrito para colaborar que ha presentado ante el tribunal. Un informe de la UDEF fechado el 13 de julio de 2013, e incorporado al sumario de Gürtel, informa de la cuenta bautizada como “Soleado” en honor a sus clientes españoles. “La cuenta bancaria denominada Soleado en la entidad financiera Credit Suisse de Ginebra (Suiza) fue abierta en el año 1995 por los directores de la sociedad de gestión de patrimonios Rhone Gestion SA, Marcel Hagger y Arturo Gianfranco Fasana, y se componía, a partir de la información disponible, de siete subcuentas en otras tantas monedas (euros, dólares estadounidenses, libras esterlinas, pesetas, francos suizos, francos belgas y marcos alemanes), así como de otra subcuenta de valores financieros”. Los fondos llegaban a la cuenta desde el exterior, y posteriormente se transferían a las cuentas de los beneficiarios económicos de los mismos en la propia entidad Credit Suisse, de tal forma que servía como canal para la circulación del dinero de los clientes de Rhone Gestion“. Los investigadores siempre han creído que Soleado era la fórmula para hacer desaparecer el rastro del dinero, especialmente si el origen de éste era ilícito. Francisco Correa, en su confesión a elDiario.es, escribió: “Blanco Balín me trasladó que todas las comisiones cobradas por él en sus cargos durante 8 años como vicepresidente y consejero delegado de Repsol, con los países en los que cerraba acuerdos (Argentina, Colombia, Venezuela, etc.), las depositó en la cuenta Soleado (Credit Suisse) de su íntimo amigo Fasana, y que ascendían a 60 millones de euros”. “Era muy común en Suiza” En mayo de 2017, en su última declaración como imputado en Gürtel, Fasana dio su propia versión en la Audiencia Nacional de por qué la operativa de Soleado: “La razón de por qué se utilizaba esto en algunos casos es porque algunos clientes no querían que el banco que mandaba el dinero supiese el número de la cuenta nueva que había en el banco que lo recibía”. Fasana dijo que “en aquellas épocas era muy común en Suiza” y que “no se hacía de ninguna manera para ocultar nada en absoluto”. En el citado informe de la UDEF al juez Pablo Ruz había una queja de los investigadores: “El hecho de que el resto de apuntes se encuentren tachados impide conocer la identidad del resto de beneficiarios de las transferencias y repartos asociados”. Fasana llegó a estar investigado en Suiza por blanqueo de capitales. En su relato ante la Fiscalía del país helvético contó once meses después de su arresto en el aeropuerto de Barajas, dentro de la investigación del caso Gürtel, Juan Carlos almorzó con él en su casa de Ginebra. El rey llevaba 1,9 millones de dólares en una maleta que traía de Baréin. Necesitaba que su asesor de confianza en Suiza los ingresara en un banco. Eran una “donación” del sultán de aquel país, contó el rey emérito. No había mucho más que aclarar por parte de Fasana. Tampoco la Banca Mirabaud puso mayores pegas y el dinero acabó en una de sus cuentas. Cuando el fiscal Bertossa preguntó al responsable de la entidad entonces, Yves de Mirabaud, por qué accedió a ingresar ese dinero en metálico sin mayor control, éste dijo que su departamento de control conoce desde hace tiempo a Arturo Fasana y confía en él.
eldiario
hace alrededor de 5 horas
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