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Sánchez mantiene abiertas todas las opciones a la espera de hablar con los socios de investidura

Sánchez mantiene abiertas todas las opciones a la espera de hablar con los socios de investidura
El presidente no tomará decisiones hasta saber si la crisis escala a más socialistas, pero no descarta ningún escenario: ni elecciones, ni congreso extraordinario del PSOE. Sánchez se queda sin excusa para eludir el control del Parlamento este miércoles tras suspenderse la cumbre de Nueva York y sopesa acudir al cara a cara con FeijóoLa Guardia Civil rastrea el dinero de las mordidas para Santos Cerdán No hay solución buena. Al menos, hasta tener perimetrado el escándalo. Después de la consternación y la decepción con Santos Cerdán, nadie se atreve a asegurar que la impudicia no seguirá escalando. Hay otros nombres bajo sospecha. Y la desconfianza es absoluta. De momento, se sabe que la guardia pretoriana del ya ex secretario de Organización del PSOE tiene los días contados. En Madrid y en los territorios. Todos, justa o injustamente, están bajo sospecha por haber callado o por haber colaborado con el que fuera número 3 en el organigrama del partido. Pedro Sánchez está dispuesto a no dejar el más mínimo rastro de Cerdán en el organigrama socialista. Esta es de las pocas certezas que hoy existen en el PSOE, después del “cinismo” con el que el último señalado por la UCO en una trama corrupta de mordidas y obras amañadas ha negado su implicación en el caso, incluso después de que se conociera esta semana el demoledor informe de la Guardia Civil. Otra certeza es que habrá esta misma semana una ronda de consultas con los socios de investidura para valorar si el apoyo si los apoyos siguen en pie. El presidente sopesa acudir a la sesión de control al Gobierno del miércoles en el Congreso, una vez suspendida la cumbre en Nueva York en defensa del reconocimiento de los dos Estados. Todo lo demás es una incógnita porque el presidente del Gobierno sigue en shock tras el chasco con el hombre al que consideraba hasta el pasado jueves víctima de una campaña de acoso y derribo de la derecha política y mediática. Tan lejos llegó la representación de hombre abatido y doliente que Cerdán protagonizó durante meses que, tras un desagradable episodio con la redactora de un diario que se plantó en su domicilio para interrogar a su esposa, el presidente organizó hace tres semanas una cena de los dos matrimonios en La Moncloa para transmitirle tanto a él como a su esposa afecto y apoyo. El viernes, con todas las sonrojantes conversaciones en todos los periódicos y el secretario de Organización al borde de la imputación, ya se dieron instrucciones precisas a la gerente del partido para que retirara todas las credenciales, incluido el acceso al correo corporativo del PSOE y por supuesto el acceso a las cuentas bancarias, a un Cerdán que declarará voluntariamente ante el Supremo el próximo día 25. Lo que no ha hecho aún es entregar el acta de diputado, algo que en el PSOE esperan que haga el próximo lunes, tal y como él mismo comunicó a una secretaria del Grupo Parlamentario Socialista que le telefoneó para interesarse por el asunto. Su versión es que anda imbuido en el papeleo y en los cálculos de la cesantía que le corresponde como parlamentario una vez que curse baja, pero hasta su propio abogado desconoce cuándo se producirá el trámite. Mientras trata de recomponerse del golpe, Sánchez recaba datos, reflexiona y pide opiniones a su cada vez más estrecho círculo de colaboradores. Pero, sin tener ante sí un mapa de posibles daños, ya que la información que maneja la policía judicial llega a los medios, pero no al Gobierno, por lo que desconoce la profundidad del escándalo y la toma de decisiones no le resulta fácil. ¿Elecciones generales? ¿Moción de confianza? ¿Congreso extraordinario? “Todas las opciones están sobre la mesa”, aseguran en La Moncloa. El presidente es consciente de que el asunto es extremadamente grave y que no se resuelve, como anunció el jueves en comparecencia pública, solo con una reestructuración de la Ejecutiva -que se espera de amplio alcance- ni con una auditoría de las cuentas del partido, aunque haya puesto a la gerente del PSOE, Anta Fuentes, a revisar el pasado viernes cada apunte contable. Todas las respuestas posibles tienen contraindicaciones hasta no conocer el alcance del escándalo y si habrá o no más implicados del partido o del gobierno. Preocupación por la derivada Navarra Lo que sí hay es una extrema preocupación por una posible derivada navarra que salpique al gobierno foral, por las informaciones que apuntan nuevamente sobre el ministro Ángel Víctor Torres y sobre la presidenta del Congreso, Francina Armengol, contra quien ya se ha querellado la asociación ultraderechista Hazte Oír por mentir supuestamente en sede parlamentaria, donde negó conocer al comisionista Víctor Aldama. Si fuera así, game over. Nadie levantaría una legislatura con la tercera autoridad del Estado investigada, el Fiscal General a un paso del banquillo de los acusados por presunta revelación de secretos y dos ex secretarios de Organización en el corazón de una organización criminal. “No habría salida”, reconoce un ministro que no quiere imaginar siquiera semejante escenario. La propia Armengol insiste, según su entorno, en que no conocía al empresario corrupto, que acudió a la sede del gobierno balear dentro de una delegación acompañando al dueño de Globalia, la empresa más importante de Baleares en uno de tantos encuentros institucionales que ha mantenido con José Hidalgo para hablar de la fusión de su aerolínea con Iberia. Algo sobre lo que, por cierto, Armengol terminó informando en contra porque pensó que podía perjudicar los intereses de los miles de trabajadores de la sede en Mallorca. “Pues resulta que, según la derecha, eso es conocer a un señor que venía de acompañante en uno de los encuentros. Eso no es conocer a alguien, que es lo que un senador preguntó: - ”¿conoce a Aldama?“ -”No“. Obviamente, ni sabía que era él”, aseguran desde su entorno. En medio de esta maraña de informes, grabaciones, denuncias, verdades a medias, mentiras y sospechas fundadas o infundadas, desde La Moncloa anticipan que habrá, en todo caso, “decisiones sustantivas que sorprenderán incluso a los más críticos” y que “el presidente en ningún caso espera a que amaine la tormenta ni a atornillarse a la presidencia”, como caricaturiza con insistencia la derecha mediática. “Quienes lo conocen saben que hace tiempo que si por él fuera habría tirado la toalla. Y si sigue no es precisamente por apetencia personal”, sentencian desde su gabinete. “El análisis y las decisiones hay que afrontarlas desde el realismo político y no desde un supuesto autoengaño porque los factores que operan en todo ello los conocen el presidente y sus colaboradores mucho mejor que la opinión publicada”, aseguran los mismos interlocutores. Ni moción de confianza ni crisis de gobierno ahora La forma más sencilla y potente de salir al paso sería afrontar, además de una renovación de la dirección del PSOE, un cambio de Gobierno que diera profundidad a la legislatura, un escenario que en todo caso estaba previsto para el otoño. Pero esa solución, como todas, en este momento tiene contraindicaciones. Primero porque, hasta dónde se sabe, no hay ministros implicados en el escándalo. Segundo, porque sería, según las mismas fuentes vincular la actuación de los presuntos corruptos “con un gabinete que tiene una acreditada hoja de servicios en materia económica y social”. Y tercero porque, salvo que se limite la renovación a la salida de los ministros que hoy son candidatos a la presidencia de alguna Comunidad Autónoma para que se dedicaran en exclusiva a sus territorios, “la decisión se entendería como un cambio meramente cosmético”. La moción de confianza sería, a juicio de otro ministro, reeditar el mismo calvario que el PSOE atravesó para la investidura de Sánchez en la que cada socio puso precio a la presidencia del Gobierno. “Otra especie de mercado persa -fantasea otro ministro- en el que unos piden y nosotros cedemos es lo último que nos conviene en este momento” . Lo que sí está previsto es que esta misma semana, se abra una ronda de contactos con los socios de investidura para conocer la solidez de los apoyos. Todos, en mayor o menor grado, se han quejado de la falta de información y, aunque, no están por la labor de apoyar una moción de censura impulsada por Feijóo. Creen que no basta con pedir perdón, sino que hay que resetear el PSOE pero también el Gobierno, y exigen garantías de cambio y de que se darán nuevos pasos en los compromisos ya adquiridos. En el horizonte más inmediato, Sánchez presidirá este lunes la reunión de la Ejecutiva Federal y la primera decisión que ha de tomar es si designa a alguien como sustituto interino de Santos Cerdán o se echa él mismo el peso y la organización del partido a la espalda hasta el Comité Federal que tendrá lugar el próximo 5 de julio en Sevilla. Algunas miradas están puestas sobre Antonio Hernando para este tránsito de apenas 3 semanas, pero de lo que nadie duda es de que “la limpieza en Ferraz será profunda” y que “no quedará ni rastro del equipo de Cerdán”. Hay incluso quien se pregunta cómo es posible que su más estrecho colaborador el jiennense Juanfran Serrano no haya presentado aún su renuncia teniendo en cuenta hasta dónde llegaba el grado de confianza que mantenía con el ya ex secretario de Organización, las críticas que acumulaba en los diferentes territorios por su forma de hacer y entender la política y pese a que él se declara profundamente “dolido” con todo lo sucedido. Si alguna lección ha aprendido el presidente del Gobierno y también secretario general, a juicio de algunos de sus colaboradores, es que “el futuro inmediato del partido no puede estar en manos de personas que no han hecho más que militar, medrar y trabajar en el partido” como fue el caso de Ábalos o Cerdán. Demasiado tarde para una reflexión que cuando se trata de ganar primarias o congresos y de agradecer los servicios prestados nadie tiene en cuenta. Hasta el momento, de las conversaciones mantenidas con la gerente, los socialistas no atisban movimientos sospechosos que puedan revelar una financiación irregular del partido ni que Ábalos o Cerdán, “más allá de que ahora las sospechas se extiendan sobre todo el mundo y el temor está justificado”, admite un miembro de la dirección. De ahí que el líder de los socialistas quiera tomarse un tiempo prudencial hasta encontrar un relevo a Cerdán “completamente limpio” y una dirección libre de mácula y que “pueda dedicarse 24/7 a limpiar lo que haga falta”. Hay dudas, eso sí, sobre si esa profunda reestructuración de la Ejecutiva pueda afrontarse sin la convocatoria de un Congreso Extraordinario porque la revisión de los Estatutos que se hizo para que el secretario general tuviera las manos libres para hacer cambios en la dirección, sin necesidad del aval de un cónclave, se concibió para un ejecutivo, pero nunca para un cambio integral de la dirección como el que se espera. Todo está abierto. Y todo, como es lógico, dependerá de si el escándalo no escala. Este lunes, Sánchez tomará nuevas decisiones y, aunque en Moncloa se barajó la posibilidad de que él mismo saliera en rueda de prensa tras la reunión, este extremo está aún en el aire teniendo en cuenta que el miércoles, si como parece acude a la sesión de control, tendrá un nuevo cara a cara con Feijóo. Y es que si algo tienen claro en La Moncloa es que quienes ya han hecho paralelismos entre la situación de Sánchez en 2025 y la de Rajoy ante los papeles de Bárcenas de 2013 es que el primero “dará la cara, no tratará de ocultar la corrupción que haya en su partido sino todo lo contrario o no le dolerán prendas en cortar las cabezas que sean necesarias”. Lecciones sobre cómo afrontar la corrupción en las filas propias, añaden, no las admitirán “de una derecha que acumula hoy aún más de 30 casos por juzgar en los tribunales”. Continuará….
eldiario
hace alrededor de 13 horas
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