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Ayuso cortocircuita la estrategia de Feijóo en el peor momento del Gobierno

Ayuso cortocircuita la estrategia de Feijóo en el peor momento del Gobierno
La líder madrileña anuncia que batallará por las primarias como sistema para elegir a los presidentes del PP en contra del criterio de su jefe de filas, mientras redobla sus ataques contra los partidos que podrían tumbar a Sánchez en una hipotética moción de censuraFeijóo acusa al Gobierno del "mayor aluvión de corrupción que ha vivido la democracia" pero no presentará una moción de censura “Haré las propuestas necesarias para que se cumpla 'un afiliado, un voto' en toda España”. Una sola frase pronunciada por Isabel Díaz Ayuso ha tensionado a todo el PP a tres semanas del congreso interno que debe ratificar un segundo mandato de Alberto Núñez Feijóo. El cónclave se presumía tranquilo, pero la dirigente madrileña ha reventado la estrategia de su jefe de filas y de quienes, como Juan Manuel Moreno, planeaban acabar con el actual sistema de primarias sin mucho ruido. Ahora, no lo tendrán tan sencillo. Feijóo convocó el congreso nacional a espaldas de su dirección nacional y de los barones autonómicos, según dijo él mismo. La publicitada discreción del líder gallego y de su equipo, quienes presumen de que nunca se les ha filtrado un nombramiento, se quebró esta vez porque OkDiario anticipó el anuncio. Desde entonces, no se ha publicado una sola línea sobre el contenido de las dos ponencias que se debatirán y votarán entre el 5 y el 6 de julio. Las propuestas de resolución se harán públicas el próximo miércoles, 18 de junio. Será entonces cuando se conozca el nuevo sistema para elegir a los presidentes del PP teóricamente diseñado por Fernando López Miras, María Guardiola, Gema Igual y Daniel Sirera, aunque el modelo será el que quiera Feijóo. ¿Y cuál quiere el líder? No está claro qué método acabará recogiendo la ponencia, pero tanto Feijóo como Moreno y otros perfiles potentes del PP han arremetido con dureza contra el actual doble sistema: primarias puras para hacer una primera criba y una segunda vuelta clásica con compromisarios. Fue el método impulsado por Mariano Rajoy y que encumbró a Pablo Casado. Aunque Soraya Sáenz de Santamaría se impuso en las primarias por dos puntos, Casado recabó más apoyo de los delegados en la fase congresual gracias al respaldo expreso de María Dolores de Cospedal y del propio Feijóo, quien luego descabalgaría del poder del partido a su propio candidato. Aquel método ya no les vale. Tanto Feijóo como Moreno han expresado públicamente su rechazo a las primarias. Ambos han apostado por una suerte de primarias “indirectas” que, básicamente, sería regresar al pasado y que los presidentes del PP sean elegidos por delegados en un congreso. El matiz podría consistir en que cada militante que quiera postularse para compromisario debería decir previamente a qué candidato a presidente apoyará. El problema es saber qué harán esos delegados si por el camino se retira el suyo, queda eliminado o sin opciones. Congreso político vs. congreso orgánico El plan de Feijóo no ha gustado en el PP de Madrid. Antiguos dirigentes del partido a nivel nacional creen que la convocatoria del congreso y la reforma del sistema (que solo afectará a futuro, nunca a este congreso) tiene como objetivo no solo relanzar la figura del líder y candidato, sino también reducir las opciones de Ayuso en una futura pugna por una venidera sucesión. El actual sistema es de 2017, cuando era Cristina Cifuentes quien dirigía la gestora al frente de la organización autonómica, asediada por la corrupción. Colocada por Mariano Rajoy, Cifuentes usó la delegación madrileña para presionar e introducir una enmienda en la ponencia que permitía las primarias “puras”, en una sola vuelta, en elecciones autonómicas o municipales y siempre bajo petición y permiso del Comité Ejecutivo Nacional, órgano que reúne a la dirección y a los barones autonómicos. El planteamiento de Ayuso va más allá de lo que reclamó Cifuentes al añadir la coletilla “en toda España” en la entrevista en la que verbalizó en público lo que antes ya había expresado en privado. La líder del partido en Madrid ya animó a los suyos a dar las batallas ideológicas y orgánicas en el congreso gracias a la que será una de las delegaciones más potentes en el cónclave. En el seno del PP hay dos corrientes claramente diferenciadas: quienes creen que Feijóo debe hacer un congreso más bien político, centrado en la ponencia ideológica, y quienes le empujan a un congreso de corte orgánico que suponga una renovación interna de rostros. Partiendo de la base de que nadie o casi nadie conoce qué quiere Feijóo, los primeros creen que el líder del PP no debería hacer una escabechina orgánica. Algunos usan un símil deportivo: es mejor cambiar solo al entrenador que a toda la plantilla. Quienes así se expresan piensan que Feijóo podría hacer algunos cambios, como la Secretaría General de Cuca Gamarra, pero no necesariamente para colocar a su brazo ejecutor, Miguel Tellado, en dicho puesto. No solo porque dos hombres en los dos primeros puestos del partido es algo que chirría en 2025, sino porque, además, habría que designar a alguien para el cargo de portavoz parlamentario. Las mismas fuentes señalan que se podría inferir que los dos principales nombramientos de Feijóo en su primera etapa al frente del PP fueron un fiasco, y que por eso tiene que hacer una profunda remodelación. En el grupo parlamentario, además, hay muchos defensores de la oposición implacable de Tellado, quien protagoniza los discursos más agresivos, las quejas más estentóreas y los aspavientos más ostentosos. Su principal objetivo: la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol. Como asegura un destacado miembro del PP en el Congreso, “es una figura imprescindible dentro de esta guerra en la que parece que algunos viven contento”. Quienes prefieren un congreso leve en lo orgánico argumentan que el PP necesita reforzar su vis política y lanzarse a la caza del votante no solo por desgaste del PSOE, sino porque se les ofrece un proyecto ilusionante. En el PP no ha pasado inadvertido que Feijóo ha elegido un lema ideológico, “valores”, para la campaña por España que ha emprendido pese a no tener rival. Pero en el PP también hay quien plantea que Feijóo se equivocará si no aprovecha el congreso para dar una vuelta completa a su equipo, cambiar muchos rostros del Comité Ejecutivo Nacional y, además, del Comité de Dirección, los dos principales órganos en el día a día del partido. Algunos dirigentes consultados por este medio sostienen que el PP tiene un problema importante de rostros que impide que Feijóo consiga trasladar la imagen de gestión que se empeñó en vender a partir de 2022. Con todo, cuando se analizan los nombres uno a uno no es tan sencillo decidir quiénes sí y quiénes no podrían continuar. Algunos son fijos, indiscutibles, sostienen los dirigentes consultados. Otros cuentan con el respaldo (o el rechazo) de barones autonómicos, lo que blinda su presencia en los comités. Y, de vuelta al símil deportivo, si un presidente de un equipo despide a su entrenador y a media plantilla, quizá los socios empiecen a pensar que el problema está en el palco. Ayuso, en su estrategia La existencia de una pugna ideológica y orgánica en el seno del PP no es un secreto. De hecho, hay múltiples ejemplos que lo atestiguan. El último ocurrió este mismo mes de junio, cuando Ayuso hizo descarrilar la estrategia de todo su partido en la Conferencia de Presidentes. La dirigente madrileña protagonizó un inédito y solitario plante que eclipsó al resto de barones autonómicos, coordinados con la dirección nacional para exigir a una la convocatoria inmediata de elecciones. Ayuso se levantó cuando el lehendakari, Imanol Pradales, habló en euskera. Estuvo fuera de la reunión, tomándose un café, mientras el ‘president’ de la Generalitat, Salvador Illa, usó el catalán. Y regresó mientras su compañero Alfonso Rueda defendía el uso de las lenguas cooficiales y, en su caso concreto, el del gallego. Poco antes, Juan Manuel Moreno había dado frente a las cámaras un cariñoso y prolongado saludo a Illa, anfitrión de la reunión, con el que estuvo amigablemente departiendo durante varios minutos. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, conversa con su homólogo andaluz, Juan Manuel Moreno, en presencia del ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, antes de la Conferencia de Presidentes celebrada en Barcelona. Sea como fuere, los focos se los llevó Ayuso. El resto de barones hablaron de “cortina de humo”, de “trampa” y de “objetivo” logrado por parte del Gobierno. Todos evitaron responder a su compañera, quien les acusó indirectamente de participar en una “farsa” y se erigió en única defensora de las esencias de la (auténtica) españolidad. Pero Ayuso no solo arrastra a sus homólogos autonómicos. Con su desprecio a las lenguas cooficiales aleja aún más cualquier opción de entendimiento de Feijóo con los únicos partidos que podrían ayudarle en una hipotética moción de censura contra Sánchez: el PNV y Junts. La relación es mala, pésima, con los vascos. Pero se antoja irreconducible si Pradales ve cómo se denigra el euskera. Con Junts hay mucha mejor sintonía, ya que ideológicamente están más próximos, pero el independentismo de derechas catalán tendría que explicar a sus bases no solo el apoyo al partido que envió a policías nacionales y guardias civiles a impedir a porrazos el voto en el 1-O y aplicó el 155, sino al que ha presumido de tener los mejores contactos con los tribunales que condenaron a sus dirigentes. La tormenta política que arrecia en las últimas semanas contra el Gobierno ha permitido al PP de Feijóo lograr el perfil bajo que quería dar a su cónclave. Los escándalos de corrupción de los dos ex secretarios de Organización del PSOE, además de las causas abiertas contra la familia de Pedro Sánchez, entre otras, tienen atenazado y contra las cuerdas al Ejecutivo. Pero la irrupción de Ayuso con su entrevista en ABC del pasado domingo ha sido un pequeño e inesperado terremoto. Máxime porque la líder madrileña mostró sus intenciones el mismo día en que el PP se manifestaba contra Sánchez. Ayuso ha logrado adelantar dos alfiles en la partida. Uno, su mano derecha: Alfonso Serrano. El secretario general de Madrid es presidente del comité organizador, un puesto desde el que controla los resortes de la preparación del congreso, aunque su labor concluye justo cuando este arranque, el 5 de julio. Serrano protagonizó esta semana una durísima intervención en el Senado contra las lenguas cooficiales que terminó con los senadores de ERC, PNV y Junts abandonando el Hemiciclo. Otra inestimable ‘ayuda’ del PP de Madrid. La segunda pieza importante es Alma Ezcurra, representante de la línea dura del PP que en las elecciones europeas de 2024 dejó dos clarificadoras frases para la hemeroteca. La primera: “Al puto amo no le va a quedar otra más que claudicar y a sus perros, que es como se llaman, toda una vicepresidenta del Gobierno, no les va a quedar otra que temblarles el pulso. Les decimos que tiemblen, que tiemble la izquierda en este país”. La segunda: “Fascismo el de los independentistas, que los tenemos que ver en la calle vivitos y coleando”. Ezcurra es una de las principales responsables de la fundación del PP, Reformismo 21, y la encargada de redactar la propuesta de ponencia ideológica para el congreso. Un triunfo para Ayuso que, sin embargo, no es dada a conformarse. En los próximos días se podrá comprobar hasta qué punto quiere dar una batalla ahora que bien podría anticipar la que se dará en un futuro indeterminado en el que habrá que elegir al sucesor de Feijóo.
eldiario
hace alrededor de 13 horas
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