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El cambio que viene de la pandemia y es un aviso de la desigualdad: las familias priorizan las vacaciones a otros gastos

El cambio que viene de la pandemia y es un aviso de la desigualdad: las familias priorizan las vacaciones a otros gastos
Instituciones como el Banco de España o BBVA Research destacan el aumento del turismo frente a otras grandes partidas de consumo como un motor del crecimiento económico de nuestro país. Expertos críticos lo ven como "el canario en la mina" de la precariedad de algunas familiasEl mapa de las 400.000 viviendas turísticas que colonizan las ciudades españolas, calle a calle Más de la mitad de los europeos asegura que planea hacer un gasto importante en unas vacaciones en los próximos doce meses. Es un dato extraído de la encuesta de expectativas de consumo (CES, por sus siglas en inglés) del Banco Central Europeo (BCE), y se ha incrementado en más de 15 puntos desde antes de la pandemia. Mientras, las respuestas sobre otras grandes partidas de consumo permanecen más o menos estables. Por ejemplo, uno de cada de cinco prevé cambiar la lavadora o el frigorífico, y apenas uno de cada diez se comprará un coche, sin muchas variaciones desde 2019. El equipo de analistas del Banco de España observa en estas tendencias un “desplazamiento del gasto de las familias hacia el turismo” en los últimos años, y considera que se trata de una transformación en los patrones de consumo que será un motor del crecimiento económico agregado de nuestro país. “Recordad este gráfico, porque ya no solo se explica por la demanda contenida o embalsada de la pandemia [por las ganas de viajar tras los planes que se frustraron en 2020 y en 2021 por los confinamientos], sino que apunta a un cambio estructural”, señaló el director general de economía de la institución, Ángel Gavilán, el martes de esta misma semana y justo antes de abandonar su cargo, en la rueda de prensa de presentación de su último informe trimestral de proyecciones económicas. Un par de días después, los expertos de BBVA Research publicaron su propio ejercicio de previsiones económicas y se detuvieron en la misma cuestión, pero con otro gráfico diferente. En su caso, comparan la evolución del gasto de las familias tanto en España como en la zona del euro en diferentes partidas de consumo desde 2019, y recogen fuertes incrementos en restaurantes, hoteles y ocio, mientras que muestran caídas en el resto. Excepto en salud, que también crece. El brazo de análisis del BBVA también habla de “cambio en las preferencias de consumo de los hogares europeos”, y lo sitúa “como uno de los factores que apoyará la actividad económica en España”. Sin duda, el 'boom' del turismo después de la pandemia ha sido uno de los principales motores del destacado crecimiento del PIB (Producto interior bruto, la forma convencional de medir la actividad económica) de España y de la creación de puestos de trabajo, con especial incidencia en las grandes capitales, en los principales destinos de sol y playa, aunque extendiéndose por primera vez por todo el Estado y a lo largo de todo el calendario, no solo en verano y en Semana Santa. Esta expansión y la desestacionalización han ido alejando el techo del crecimiento del turismo, pese a que los precios no han parado de subir y pese las tensiones que ha provocado la masificación de algunos destinos en el mercado de la vivienda —dificultando el acceso a una casa digna y asequible por el alquiler turístico y la inversión especulativa para este fin—, y en otros aspectos de la vida cotidiana —como los relacionados con la desaparición del comercio tradicional o de cercanía, o con la transformación de barrios enteros para favorecer a los visitantes frente a los vecinos—. Hay muchos indicadores que reflejan el avance del turismo en nuestro país desde el periodo previo a la pandemia, con gran presencia de visitantes británicos, alemanes o franceses. Algunos datos están totalmente disparados, como el aumento de los presupuestos de los visados de obra de edificaciones ligadas a turismo y ocio, que elige BBVA Research en su informe de proyecciones económicas. Sin embargo, empiezan a verse señales de cierto agotamiento, irremediable, por los límites de los propios destinos pero también por el encarecimiento de la oferta. El INE recoge que en España los precios en los restaurantes han aumentado un 22% desde 2019 o que los paquetes turísticos lo han hecho algo más de un 30%, en promedio y suavizando los picos del verano. Este encarecimiento de los hoteles, restaurantes o de las ofertas culturales, que supera a la subida de los precios general —cercana al 20%— en esta crisis de inflación y poder adquisitivo que empezó en 2021 y se exacerbó en 2022, es una primera advertencia de que muchas familias europeas no pueden permitirse unas vacaciones, por lo que en el cambio estructural en las prioridades del consumo que detectan el Banco de España o BBVA Research hay realidades que no son positivas, ni “un motor del crecimiento”, sobre todo en España. Precariedad en España La crisis de inflación ha dejado su impronta en la Encuesta de condiciones de vida (ECV) del INE. En ella, una de cada tres familias de nuestro país lamenta que “no puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año”. Un porcentaje que se acerca al 50% en comunidades autónomas como Andalucía. Por eso, para Ricardo Urrestarazu, profesor de la Universidad de Málaga, el aumento de la preferencia del gasto en turismo de las familias frente a otras grandes partidas de consumo es “el canario en la mina de que mucha gente ha tirado la toalla”. Es decir, “ya que no puedo comprar una casa, o no me puedo comprar un coche, lo que tenga me lo gasto en un viaje”. “Responde también a que es más fácil viajar, principalmente por la tecnología, y a una moda y a un cambio de gustos; pero está relacionado con la falta de ingresos y, sobre todo, con el exceso de gasto en la vivienda”, continúa este economista, centrándose en el análisis de la economía española. En la misma línea, Ernest Cañada, coordinador de AlbaSud, cree que el cambio en las prioridades en el consumo “hay que leerlo desde la desigualdad”. Este experto señala que la población está dividida en dos partes, “quienes te están diciendo que no pueden irse vacaciones, ni siquiera una semana fuera de su casa, y quienes están gastando más por las subidas de precios”. Restringiendo el análisis a nuestro país, “las personas trabajadoras con salarios bajos han ganado poder adquisitivo desde 2018 (una gestión de la crisis diferente y políticas públicas de consenso con agentes sociales han sido clave), pero arrastraban años de devaluación salarial y precarización”, recuerda Natalia Arias, experta del gabinete económico de CCOO, quien advierte de que, actualmente, “no superan el nivel adquisitivo pre gran recesión y además tienen dificultad de acceso a bienes básicos como la vivienda (algo que décadas atrás sí tenían parcialmente)”. Mientas, “las personas trabajadoras con salarios medios y altos (que aguantaron mejor la crisis de 2008) en estos últimos años no han ganado o incluso han perdido ligeramente poder adquisitivo fruto del pico inflacionario”, añade. “Hay un grupo social relevante que nunca ha vuelto al nivel de ‘prosperidad’ (falsa prosperidad, basada en una burbuja insostenible) previo a la gran Recesión”, concluye Natalia Arias.
eldiario
hace alrededor de 12 horas
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