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Bernie Sanders: "Está calando el mensaje de que es peligroso estar en contra de Donald Trump”

Bernie Sanders: "Está calando el mensaje de que es peligroso estar en contra de Donald Trump”
"No nos enfrentamos solo al Partido Republicano, sino también al 'establishment' demócrata", dice el senador, que está de gira nacional con Alexandria Ocasio-Cortez tratando de construir un nuevo movimiento progresistaBernie Sanders llama a los jóvenes a movilizarse contra las élites desde el escenario de Coachella: “Necesitamos que os levantéis” “Reflexionar sobre el fenómeno del trumpismo supone llegar a la conclusión de que el sistema en Estados Unidos no está funcionando para la clase trabajadora”, afirma Bernie Sanders en un encuentro en la redacción de The Guardian en Londres. “Trump ha sacado provecho de esta situación; de una manera falsa e hipócrita. Sus supuestas 'soluciones' no harán más que empeorar el problema”. En persona, los 83 años de Sanders se perciben de forma distinta que en fotografía, quizá por su dinamismo al hablar. Su voz es magnética: tiene un acento de Brooklyn que resulta cálido y duro a la vez. “De lo que he sido siempre consciente, y hace años que hablo de ello, es que en Estados Unidos a los más ricos les va fenomenalmente bien, mientras que el 60% de nuestros ciudadanos viven al día. Sobreviven de nómina en nómina”. Poco después, en un evento público en Londres, volverá a repetir esta afirmación, sólo que con más énfasis y pasión. “60%. Un seis y un cero ¿Saben lo que significa paycheck to paycheck (cheque a cheque)?”. Es estimulante escuchar a Sanders hablar ante una multitud: su entusiasmo se refleja en los rostros de los asistentes y su claridad moral es un soplo de aire fresco frente al cinismo y la resignación de la mayor parte de la oposición del Partido Demócrata frente a Trump y su gobierno. La guerra de clases es tan antigua como la humanidad, pero una peculiaridad de los tiempos actuales es que rara vez un político habla de ello. “Yo sí”, dice Sanders. “Hay una guerra de clases. Los de arriba están librando esta guerra”. Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez durante uno de sus mítines contra la oligarquía el pasado 12 de abril de 2025 [Hablar con Sanders] permite intuir lo que podría haber sido. Sanders se postuló como candidato presidencial demócrata en 2016 y lo volvió a hacer en 2020. La primera vez, había una sensación real en Estados Unidos y en el extranjero de que algo increíble podría suceder: que alguien con “casi ninguna notoriedad”, un senador del pequeño estado de Vermont, podía desafiar a Hillary Clinton, a quien el partido ya había consagrado. Todos sabemos cómo acabaron esas primarias demócratas ¿Fue la mayor decepción de su vida política? “Bueno, [cuando te presentas a unas primarias] estás demasiado ocupado para lamentarte”, responde: “Estás trabajando a destajo”. Su crítica a los demócratas no da lugar a dudas. En su opinión, el partido carece de una verdadera promesa progresista. “Lo que dicen es que el statu quo está funcionando lo suficientemente bien y solo hay que tocar los bordes. Ese no es un mensaje que resuene entre la gente trabajadora”. Sanders no muestra rencor personal hacia Joe Biden o Kamala Harris. Solo muestra resignación y fatiga por los resultados de las elecciones de 2020, cuando su campaña en las primarias “ganó los tres primeros estados en términos de votos populares”. “Luego el establishment demócrata se aseguró de que los demás candidatos abandonaran las primarias y cerraran filas en torno a Joe Biden. Ese es el mundo en el que vivimos. Nos enfrentamos no solo al Partido Republicano, sino también al establishment demócrata que está muy vinculado con elementos del mundo empresarial de EEUU”. Durante la campaña presidencial de 2024 Sanders trabajó “muy duro” para que Kamala Harris fuera elegida: “Estuve por todo el país y fui uno de sus principales suplentes en mítines y reuniones. Rogamos que la campaña empezara a hablar de las necesidades de la gente trabajadora, pero sus asesores y la gente con dinero que había detrás pensaron en otra estrategia: mostrar que era una candidata más conservadora, que colaboraba con políticos como Liz Cheney, que colaboraba con republicanos y que algunos multimillonarios podrían salir a afirmar que era fantástica. Pensaron que esa era la estrategia correcta. Yo no estaba de acuerdo con esa estrategia y mostré mi desacuerdo públicamente”. Hace una pausa; no para resultar más enfático, sino porque la necesita. Es difícil revivir noviembre de 2024. “Mi mensaje no caló”, lamenta. el establishment demócrata se aseguró de que los demás candidatos abandonaran las primarias y cerraran filas en torno a Joe Biden. Ese es el mundo en el que vivimos Sanders comenzó su carrera política en 1981, cuando fue elegido alcalde de Burlington (Vermont). Su hermano, Larry, tiene 90 años y vive en Reino Unido, en Oxfordshire. En 2016, Larry se presentó como candidato de Los Verdes en el escaño parlamentario que había ocupado anteriormente David Cameron. En un discurso que pronunció en esa fecha, y en el que mostró su apoyo a su hermano como candidato demócrata, Larry hizo una breve semblanza de sus padres. “Eli Sanders y Dorothy Wexford Sanders. No tuvieron vidas fáciles y murieron jóvenes”, dijo. Dorothy nació en Nueva York, de padres inmigrantes judíos que huían de los pogromos rusos. En el pasado Sanders explicó que su padre llegó a Estados Unidos en 1921; la mayor parte de su familia se quedó en lo que hoy es Polonia y en lo que entonces era la Galitzia austriaca, y fue “aniquilada por Hitler”. En su discurso, Larry explicó que su padre siempre estaba preocupado por mantener a su familia y tanto él como Dorothy tenían inquietudes políticas. “Amaban el New Deal de Franklin D Roosevelt y estarían especialmente orgullosos de ver a hijo Bernard renovando esa visión”, dijo. La crítica de Sanders a los demócratas es doble. “Su debilidad es, creo, que su credibilidad es ahora bastante baja. Y no tienen un mensaje que pueda llegar a las personas trabajadoras de Estados Unidos, más allá de afirmar que Trump es peligroso. Creo que eso no es suficiente”. Se niega rotundamente a entrar a valorar a Trump y su gobierno: sus excesos, sorpresas, no sorpresas, sin antes recorrer todo lo que ya estaba mal en Estados Unidos. “Los demócratas tienen que dejar absolutamente claro el siguiente mensaje: vamos a enfrentarnos a la clase multimillonaria. Va a empezar a pagar los impuestos que le corresponden. Vamos a reconocer la asistencia sanitaria universal como un derecho humano. Vamos a tener un sistema de escuelas infantiles (0-3 años) sólido que todos los estadounidenses puedan permitirse. Haremos que las universidades públicas sean gratuitas. Vamos a crear millones de puestos de trabajo transformando nuestro sistema energético para alejarlo de los combustibles fósiles. Vamos a construir viviendas -vaya, la crisis de la vivienda, como en el Reino Unido, es un problema monumental -. Vamos a construir millones de viviendas asequibles y para personas con bajos ingresos. ¿Dicen eso los demócratas? No”. Sanders no se deja llevar por cada nueva calumnia de Trump, sino que su discurso se centra en una realidad económica que lleva décadas empeorando, lo que le ayuda a ser consistente en sus mensajes, que no cambian en función de los vaivenes de Trump. Esto no le impide mostrarse muy crítico con el presidente de Estados Unidos. “No solemos tener presidentes que interponen demandas contra los medios de comunicación y amenazan a los periodistas si publican algún artículo crítico. No solemos tener presidentes que amenacen con destituir a jueces. No solemos tener presidentes que demandan a bufetes de abogados. Si sumamos todo eso, es un movimiento hacia el autoritarismo”. ¿Es peor de lo que pensaba? Las detenciones y deportaciones extrajudiciales, estudiantes arrastrados fuera del campus y retenidos durante semanas, migrantes con papeles enviados a El Salvador cuando ni siquiera era su país de origen... “En su primer mandato, Trump no estaba tan bien organizado. Ha tenido cuatro años para organizarse, por decirlo de alguna manera. Y de eso iba este documento del Project 2025”. El Project 2025 que menciona Sanders en la entrevista es un documento publicado por el thinktank conservador Heritage Foundation en 2024, que ofrecía una visión aterradora de cómo podía ser un segundo mandato de Trump. Es una propuesta inequívoca para desmantelar el Gobierno de Estados Unidos, una hoja de ruta para tomar medidas enérgicas contra los migrantes, los derechos de la comunidad LGTBI y el derecho al aborto, además de oponerse a las medidas contra la crisis climática y las vacunas. Si bien parecía un manual para 'El cuento de la Criada' [novela de Margaret Atwood] y 'La carretera' [novela de Cormac McCarthy] combinadas, ninguna de las alarmas del año pasado podría haber abarcado la realidad que vendría. Entre otras muchas medidas, la Administración Trump pasaría a deportar a personas sin el debido proceso y luego ignoraría una sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos según la cual una declaración de guerra del siglo XVIII sobre “enemigos extranjeros” no era el instrumento legal adecuado para sus deportaciones. La credibilidad de los demócratas es bastante baja. No tienen un mensaje que pueda llegar a las personas trabajadoras de Estados Unidos “No importa a quién tengan detrás. No escasean los consultores e intelectuales de derechas bien pagados que pueden llevar a este país a una sociedad autoritaria oligárquica”, dice sobre la opaca Heritage Foundation. Su mensaje es claro: dejad de perderos en detalles, dejad de buscar conexiones ocultas, dejad de darle vueltas a las cosas y empezad a luchar. “Uno de los aspectos aterradores de lo que está ocurriendo es el grado en que las personas que forman parte del establishment han cedido y la rapidez con la que lo han hecho”, dice. “Durante el primer mandato de Trump no se dio esta situación de una forma tan acusada”. Menciona a Jeff Bezos, fundador de Amazon. “Habíamos asumido que era una especie de demócrata moderado”, que en los últimos meses ha visto cómo distintos miembros del consejo editorial del periódico que compró, el Washington Post, han presentado su renuncia por estar en desacuerdo con la decisión de que la sección de Opinión solo pueda hablar de “libertades personales y mercados libres”. Bezos no les dejó mostrar su apoyo a Kamala Harris en la última campaña presidencial. “Lo mismo pasa en Los Ángeles Times, propiedad de Patrick Soon-Shiong, un multimillonario sudafricano de origen chino que ha estado directamente involucrado en la dirección editorial. Tienes a la cadena estadounidense ABC News llegando a un acuerdo con Trump para resolver una demanda por difamación; a Paramount Global, la empresa matriz de CBS News, en negociaciones para resolver una demanda de 20.000 millones de dólares presentada por Trump. Tienes grandes bufetes de abogados multimillonarios diciendo: 'De acuerdo, nos declaramos culpables de hacer nuestro trabajo y tener clientes que fueron a juicio contra ti y tus amigos, eso fue un crimen terrible, vamos a darte millones de dólares”, señala. “La Universidad de Harvard parece que se está preparando para defenderse y parece que no está dispuesta a ceder, pero muchas universidades sí lo han hecho. Nada de esto era así hace ocho años. Está calando el mensaje de que es peligroso estar en contra de Donald Trump”, concluye. En otros ámbitos el dinero está hablando tan alto en política que es lo único que se oye. Sanders pone Gaza como ejemplo cuando afirma que los políticos tienen miedo a pronunciarse sobre las acciones de Israel por si los Super Pacs —que pueden poner cantidades ilimitadas de dinero para financiar un candidato— les penalizan en las próximas elecciones. Aunque indudablemente se puede ver ese patrón en muchas otras cuestiones, el ejemplo de Gaza es particularmente claro. En la campaña presidencial de 2024, grupos como Aipac, financiado por multimillonarios proisraelíes, invirtieron decenas de millones de dólares contra candidatos al Congreso de Estados Unidos, principalmente demócratas, que no tuvieron un posicionamiento lo suficientemente favorable para Israel. Sanders gana los caucus demócratas en Kansas “Estados Unidos ha tenido una relación duradera con Israel y hay mucha gente que intelectualmente ha decidido no entender que Netanyahu no representa al Israel de hace 20 años. La sociedad democrática moderada está ahora controlada por extremistas racistas de derechas que han hecho, y están haciendo hoy, cosas absolutamente horribles al pueblo palestino, violando la ley estadounidense y el derecho internacional. Se niegan a reconocerlo”, dice. Durante su visita a Dublín en mayo de 2025, Sanders fue abucheado por no utilizar la palabra genocidio y algunos progresistas estadounidenses se mostraron consternados hace dos años cuando no pidió un alto el fuego inmediato. Ahora habla claro, eligiendo sus palabras con cuidado. Desde finales de marzo, Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez [siempre la llama por su nombre y apellido] han estado celebrando mítines de campaña por todo Estados Unidos, desde Arizona hasta Utah. No se saltan deliberadamente los estados más demócratas, pero les ha sorprendido más las cifras que han obtenido en los estados republicanos. “No son actos de campaña. Son mítines políticos y creo que las cifras prácticamente no tienen precedentes. Un gran número de personas, incluso en zonas conservadoras, no quieren ver oligarquía en Estados Unidos, no quieren ver autoritarismo, no quieren ver exenciones fiscales masivas para los ricos y recortes en los programas que la clase trabajadora necesita desesperadamente”. Reconoce que él y AOC discrepan a veces. “¡Mi mujer y yo también discrepamos en determinados temas! Pero Alexandria y yo, creo, tenemos la misma base ideológica”. Sanders ve el futuro con esperanza. Hay una veintena de políticos en el Caucus Progresista de la Cámara —un grupo de 98 congresistas demócratas de izquierdas— que son “progresistas de línea dura”. “Alexandria es quizá una de las figuras más elocuentes y carismáticas, pero también hay otras”. Ilhan Omar, Ayanna Pressley y Rashida Tlaib son algunas de las figuras que forman parte de este grupo. Sanders tiene claro que él y Ocasio-Cortez no están tratando de crear un tercer partido político. Más bien están “tratando de construir un movimiento de base de la clase trabajadora y los jóvenes”. “El surgimiento actual de candidatos progresistas se debe en gran parte al trabajo que estamos haciendo para las elecciones de mitad de mandato de 2026”. En persona, el senador es muy parecido a como es en su libro 'It's OK to Be Angry About Capitalism' [Está bien estar enfadado con el capitalismo], en el que expone algunos principios, entre ellos, “las guerras y los presupuestos militares excesivos no son buenos”; “las emisiones de carbono no son buenas”; “el racismo, el machismo, la homofobia y la xenofobia no son buenos”; “explotar a los trabajadores no es bueno”. Ver cómo Sanders es capaz de encender al público con sus palabras es esperanzador. También para él. El senador mantiene su optimismo porque tiene la “suerte de poder recorrer el país y hablar ante un gran número de personas maravillosas”. El mensaje no cambia, se mantiene constante. No tiene por qué ser nuevo, sólo tiene que ser verdad. Mientras sube a otra planta de la redacción para una sesión fotográfica, se adelanta a grandes zancadas y su mujer, Jane O'Meara Sanders, también activista, se queda hablando detrás de él. No es que Sanders se esfuerce por mostrarse vigoroso en una época en la que se analiza sin descanso la edad de los políticos. Es su forma de ser. El cambio urgente debería haber ocurrido ayer. Traducción de Emma Reverter
eldiario
hace alrededor de 5 horas
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