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De la charla sobre "inmortalidad” con Xi a la obsesión por la salud: la fascinación de Putin por vivir más años no es nueva

De la charla sobre "inmortalidad” con Xi a la obsesión por la salud: la fascinación de Putin por vivir más años no es nueva
Quienes siguen al líder ruso afirman que no solo ambiciona mantenerse sano y en forma, sino que espera poder prolongar su vida “Vivir hasta 150 años”: un micro abierto capta a Putin y Xi Jinping charlando sobre inmortalidad y trasplantes de órganos Recordaba una escena típica de los villanos de las películas de James Bond. Dos autócratas envejecidos, acompañados por su aliado más joven, caminaban por una rampa cubierta con una alfombra roja antes de un desfile militar en Pekín cuando un micrófono abierto captó una conversación que parece responder a una preocupación de los dos líderes: ¿cuánto tiempo podrían seguir en el poder y, entre líneas, podría la ciencia permitirles gobernar para siempre? Vladímir Putin, de Rusia, aseguró a Xi Jinping a través de un traductor que, con los avances científicos, “los órganos humanos pueden trasplantarse constantemente, hasta el punto de que las personas pueden rejuvenecer, tal vez incluso alcanzar la inmortalidad”. El líder chino respondió: “A finales de este siglo, las personas podrán vivir hasta los 150 años”. No muy lejos de ellos, Kim Jong-un, de Corea del Norte, 30 años más joven que los dos septuagenarios, pareció tomar nota con una sonrisa. El momento captado por un micrófono abierto a principios de septiembre en Pekín desató especulaciones sobre el horizonte político de estos líderes y, de forma inevitable, sobre hasta dónde llegarán para impedir que el reloj se agote. Por ahora, no hay indicios de que ninguno de los tres mandatarios tenga intención de ceder el poder. Parecen dispuestos a gobernar mientras su salud se lo permita, y ninguno ha presentado un plan de sucesión claro. En virtud de los cambios constitucionales que impulsó en 2020, Putin podría permanecer en el poder hasta 2036. Tendrá 83 años y, si esto ocurre, superará incluso el mandato de Joseph Stalin. Xi, mediante purgas que han alcanzado tanto a aliados como a rivales, ha terminado con la tradición del Partido Comunista de preparar sucesores. En la Corea del Norte totalitaria, la sucesión ha venido marcada hasta ahora solo por la muerte del líder. Un afán que no es nuevo El afán de longevidad de los líderes no es nada nuevo. Los gobernantes llevan mucho tiempo buscando formas de prolongar sus vidas y su mandato. El primer emperador de China, Qin Shi Huang (259-210 a. C.), envió expediciones al mítico monte Penglai en busca de elixires de vida eterna, aunque las bebidas de mercurio que ingirió seguramente aceleraron su muerte. Según la leyenda, Alejandro Magno vagó por la “Tierra de la Oscuridad”, un bosque mítico y perpetuamente oscuro, en su búsqueda del elixir de la eternidad. Muchos siglos después, el italiano Silvio Berlusconi abordó el mismo problema con su habitual extravagancia —trasplantes capilares, cirugía estética...— en su intento por parecer invencible en la escena política. En esos mismos años, Nursultán Nazarbáyev, el presidente autocrático de Kazajistán, ordenó a un instituto de Astana que estudiara el “rejuvenecimiento del organismo”, el genoma humano y los medicamentos basados en genes. “En cuanto a la medicina del futuro, la gente de mi edad espera de verdad que todo esto llegue lo antes posible”, suplicó Nazarbáyev a los científicos kazajos en 2010.  Berlusconi finalmente murió a los 86 años, tras una batalla contra una infección pulmonar rutinaria; Nazarbayev, que ahora tiene 85 años, se vio obligado a dimitir tras los disturbios en Kazajistán en 2022, y su familia perdió la inmunidad y fue apartada del poder. “Un tema que a Putin le interesa de verdad” Putin, que conocía bien a ambos líderes, parece estar yendo aún más lejos y perseguir el camino más ambicioso —y generosamente financiado— hacia la longevidad y la ciencia de prolongar la vida. El líder ruso siempre ha estado obsesionado con la salud: se dice que se rodea constantemente de médicos de su confianza y recurre a la medicina alternativa en su búsqueda de vitalidad. Pero quienes estudian a Putin afirman que no solo ambiciona mantenerse sano y en forma, sino que espera poder prolongar su vida. “En su conversación con Xi, Putin habló de un tema que le interesa de verdad”, dice Mikhail Rubin, un periodista ruso que recientemente ha coescrito una biografía del presidente. “Es importante entender que, incluso en el momento de esta conversación con su homólogo, casi con toda seguridad había todo un equipo de médicos en algún lugar cercano”. Según Rubin, nada parece indicar que Putin necesite atención médica constante; parece estar sano para su edad, pero aun así viaja de forma habitual con un amplio séquito de médicos de distintas especialidades. En opinión del periodista, esto demuestra que “el presidente ruso está preocupado por su salud y su longevidad”. “Creo que Putin sueña con gobernar durante muchos años más y ha depositado muchas esperanzas en los avances de la medicina moderna”, subraya. Putin nunca ha ocultado su fascinación por prolongar la vida y no dudó en repetir sus reflexiones sobre la longevidad en una rueda de prensa. En un encuentro con periodistas en Pekín, afirmó que “los medios y métodos modernos para mejorar la salud, incluso diversas [operaciones] quirúrgicas que implican el reemplazo de órganos, permiten a la humanidad esperar que... la esperanza de vida aumente considerablemente”. Se dice que Mijaíl Kovalchuk, amigo cercano de la familia y a menudo descrito como el científico favorito de Putin, está al frente de la investigación rusa sobre la inmortalidad. Según el medio independiente Meduza, Kovalchuk ha creado varios institutos financiados con millones de fondos estatales para invertir en nuevas tecnologías, incluida la impresión de órganos con células cultivadas en laboratorio para crear órganos de sustitución. La hija mayor de Putin, Maria Vorontsova, endocrinóloga de formación, también ha recibido cuantiosas subvenciones del Gobierno para estudiar la prolongación de la salud y la longevidad humanas, y participa en un programa de investigación genética vinculado a Kovalchuk. La búsqueda de la vida eterna por parte de la envejecida élite rusa ya se ha filtrado en la cultura pop del país. De hecho, es el punto de partida de una novela satírica publicada en 2024 por el escritor ruso Iván Filíppov, Mouse, que narra la historia de un roedor infectado que escapa de un instituto científico donde se investiga un fármaco para prolongar la vida de Putin. “Para ser sincero, no me han sorprendido mucho [los comentarios de Putin captados por el micrófono]”, dice Filippov a The Guardian. “Porque mi historia parte de una realidad. Y con Putin es obvio: está obsesionado con la idea de vivir para siempre, o al menos más tiempo del que le permita el destino”, añade. “En mi libro, esta obsesión acaba mal para todos”. Traducción de Emma Reverter.
eldiario
hace alrededor de 3 horas
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