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Europa en crisis: la ruptura de Hungría con la CPI

Europa en crisis: la ruptura de Hungría con la CPI
Puede que haya llegado el momento, de conformidad con el Artículo 7 del Tratado, de suspender a Hungría sus derechos como Estado miembro tras la visita de Netanyahu a Orbán pese a la orden de captura que pesa en su contra La invitación de Viktor Orbán a Benjamin Netanyahu de visitar Hungría marca un punto de inflexión en la posición de la UE ante los crímenes cometidos y que siguen cometiéndose contra la población Palestina en Gaza. Muy especialmente, por la decisión de romper con la CPI, suspendiendo su compromiso de persecución de los crímenes Internacionales. Ello quedó expresado cuando el presidente húngaro calificó la referida orden de arresto de “descarada, cínica y completamente inaceptable”. Su actitud cobra su auténtica dimensión cuando se conocen los fundamentos de la orden de arresto de la CPI: “crimen de guerra por el uso del hambre como arma de guerra” y “crímenes contra la humanidad de asesinato, persecución y otros actos inhumanos”, además de “dirigir ataques intencionadamente contra la población civil”, que incluyen la privación a la población civil de artículos indispensables para su supervivencia, como “comida, agua, medicinas y suministros médicos”. Ante la orden de arresto, el pasado 6 de febrero, el presidente de EEUU, Donald Trump, ordenó sancionar a los “altos cargos” de la CPI, a la cual los 74 Estados firmantes del Estatuto de Roma expresaron su apoyo a la “independencia, imparcialidad e integridad del CPI”. Cabría preguntarse cuántos Estados de la UE participaron en dicho documento. Sobre todo cuando el entonces ministro de Defensa de Israel, Yoav Galant, reiterando las posiciones de Netanyahu, afirmó: “Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia”. La presencia de un presunto criminal de guerra en un Estado europeo, sin que se cumplimente la orden de arresto, expresa una crisis de la UE. Organización que desde sus orígenes ha tenido como fundamento y finalidad la defensa de los derechos humanos y que, en relación al resto del mundo, contribuiría a la protección de sus ciudadanos. Todo ello ha resultado indiferente al Gobierno de Hungría, que ya fue sancionado no solo por vulnerar los principios más básicos de la UE, sino el respeto exigible a los derechos humanos, como ya se procedió cuando el Gobierno de dicho país limitó gravemente los derechos de las personas LGTBI.  La UE advertía ya, en septiembre de 2018 y en julio de 2021, de un “riesgo grave de violación por parte de Hungría, de los valores en que se fundamenta la UE”. Y no debe olvidarse que el Parlamento Europeo, en la Resolución de enero 2024, expresando su preocupación “por la erosión de la democracia, del Estado de derecho y de los derechos fundamentales en Hungría”. Preocupación que ahora suscitan las noticias de que ciertos Estados de la UE aceptarían la presencia de Netanyahu sin que procedieran a dar cumplimiento a la orden de arresto, con evidente y grave contradicción con su condición de miembros de la CPI. Puede que haya llegado el momento, de conformidad con el Artículo 7 del Tratado, de suspender a Hungría sus derechos como Estado miembro “por violación grave y persistente de los principios que fundamentan la UE”.

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