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El apagón da paso a la fiebre por los generadores, las placas solares y los hornillos: "Las ventas crecieron un 500%"

Las grandes cadenas y las pequeñas ferreterías aumentan drásticamente el negocio del autoabastecimiento después de que el país se quedara sin electricidad durante buena parte del lunesSánchez exige responsabilidades a los “operadores privados” por el apagón: “No puede volver a pasar jamás” Se cumplen 24 horas del comienzo del gran apagón y una mujer contempla una estantería vacía en un Decathlon en Madrid. El cartel invita a elegir un hornillo de camping pero no queda ni uno solo en todo el edificio. Es uno de los productos que se han agotado en comercios grandes y pequeños de todo el país después de que España entera se quedara sin luz: hornillos de gas, generadores, placas solares y otros utensilios que buscan el autoabastecimiento energético ante una situación similar. Algunas de las grandes cadenas del sector han quintuplicado sus ventas mientras las pequeñas ferreterías hacen el agosto vendiendo linternas, radios o cualquier cosa que mejore las perspectivas si el país vuelve a quedarse a oscuras. El corte repentino de luz mostró a la población todas las cosas que dejan de funcionar en una casa si no hay electricidad. Desde la televisión hasta la nevera, desde las lámparas hasta la vitrocerámica. Y si en la pandemia el primer impulso fue acudir en masa a los supermercados para comprar papel higiénico como si lo fueran a prohibir, con el adiós del suministro eléctrico la gente se lanzó a comprar cualquier cosa que les garantizara el autoabastecimiento, esta semana o en el próximo apagón por venir. “A las dos y media estaban agotados los generadores”, cuenta a elDiario.es un empleado de una de las grandes cadenas de materiales de obra, reformas y herramientas de Madrid. Leroy Merlin, Bauhaus y Obramat, entre otros, vieron desaparecer los generadores de sus estanterías pocas horas después de que arrancara el apagón. Los más baratos valen 200 euros. Los más caros rozan los 1.500 euros. Y detrás fueron las baterías, las linternas de obra y todo lo que funcione a pilas y sea capaz de iluminar una habitación. Estantería vacía de generadores en un Leroy Merlín de Madrid Las puertas de este tipo de establecimientos en las mañanas de un día de diario suelen ofrecer siempre la misma estampa: trabajadores del sector de las reformas y las obras comprando los materiales que necesitan. Azulejos, rodapiés, puertas, retretes o enchufes. Este martes, poco después de su apertura, dejaba una imagen menos habitual: gente comprando placas solares de varios metros. “Hoy está comprando gente placas solares como si no hubiera un mañana”, comenta un trabajador de una de estas tiendas. En otra de estas tiendas de la periferia de Madrid, un encargado vaticina la siguiente parada en la vida de esas placas: “El que las instale se va a hinchar”. El proceso completo de comprar y poner en funcionamiento estas placas solares puede llegar a costar varios miles de euros. En la puerta del Obramat de Rivas-Vaciamadrid, dos hombres cargan varias placas solares en un todoterreno y aseguran que su compra era algo planificado de antemano, pero que no lo han hecho por el apagón del día anterior. En otra tienda de la misma cadena en Alcobendas, al norte de la región, José explica a elDiario.es que también lo tenía pensado de antes pero que el apagón ha sido el “detonante” que le ha llevado a ejecutar la compra este mismo martes. Varias placas solares para él y otras para su madre que, explica, piensa instalar él mismo porque es electricista. Los números oficiales confirman lo que ya insinúan las estanterías vacías en tiendas de toda la ciudad y localidades aledañas: la gente se ha lanzado a comprar estos productos. Un portavoz autorizado de Leroy Merlin explica a este periódico que, en comparación con el mismo día del año pasado, las ventas “crecieron un 500%” en lo que tiene que ver con generadores o cocinas portátiles. En una tienda de Coslada especializada en obras y reformas un empleado se lamenta de no haber vendido nunca este tipo de productos. “Si lo llego a saber me traigo 20 ayer”, bromea. Estantería de hornillos de cámping vacía en un Decathlon de Madrid Los pensamientos de miles de personas nada más conocer el corte de electricidad fueron directos a las frigorías que escapaban de sus neveras y congeladores. Y esa incertidumbre sobre la comida ha llevado a otra compra masiva: hornillos de camping, que para funcionar no necesita electricidad como una vitrocerámica, un microondas o un horno. Frenesí radiofónico en Madrid Las ferreterías y tiendas de electrónica han sido dos de los establecimientos más demandados desde el súbito apagón. Ernesto es el dueño de Litio Center, negocio de la calle Embajadores de Madrid en el que ayer vendieron “más de 70 autorradios”. Es, junto a las pilas, el producto en el que el local está especializado. Por ello la jornada de ayer fue “frenética”, con una demanda que casi desabastece sus existencias radiofónicas. Por su parte, la Ferretería Delicias era un hervidero al mediodía de este martes. Las colas atraviesan la tienda y, en los mostradores, se repiten una serie de peticiones: pilas, hornillos, baterías portátiles, linternas... Encontrar estas últimas es ya tarea imposible. Cartel anunciando radios a pilas en una ferretería de Madrid También en la Ferretería Aguiló, del mismo barrio de Delicias, se han quedado sin linternas. Carolina, su propietaria, explica a una clienta que las repondrán el lunes, pero ya hay muchos encargos que no le aseguran disponer de suficientes la semana próxima. Otro posible comprador pregunta sobre la recarga de su botella de camping gas, después de que ayer se le acabara: “Me vino fenomenal. Pero claro, ahora necesito otra para cuando me vaya de camping. O por lo que pueda pasar...”. “La gente está siendo precavida”, apunta Carolina, que también dispensó el lunes todos los hornillos de la tienda y las seis radios de las que disponían. “Y eso que no iba el datáfono ni había cobertura para bizums así que era todo en efectivo”. Las pilas son, eso sí, las reinas de sus ventas. De vuelta a Embajadores, en la Ferretería que comparte nombre con la calle, Sergio saca un hueco para destacar los 'greatest hits' después del apagón. El patrón se repite: en solo unas horas los vecinos compraron la veintena de linternas que ofrecían, todos sus hornillos y “las siete u ocho radios que teníamos”. Asimismo, bastan unos minutos en la tienda para que dos personas distintas pregunten por bombonas de butano, aunque estas se adquieren, previa contratación, principalmente en gasolineras. Cola de clientes este martes en una ferretería de Madrid tras el apagón Estas compras “precavidas”, que efectúan desde jóvenes hasta personas mayores pasando por parejas de mediana edad, no incluyen kits completos con diversos artilugios. De hecho la mayoría de establecimientos visitados ni siquiera ofrecen este producto, compuesto tanto por objetos muy solicitados en esta crisis como por otros sin relación (navajas, brújulas...). Pero la demanda de algunos productos concretos sí da cuenta de la urgencia que invadió a gran parte de la población durante el apagón. Se trata de hecho de una de las posibles situaciones extremas de las que alertaba la comisaria europea de Gestión de Crisis, Hadja Lahbib, en un reciente y controvertido video. En él, sintetiza las recomendaciones de Bruselas a la hora de disponer de provisiones en este tipo de contextos límite durante 72 horas. Periodo que, parece, no alcanzará una crisis de la que ya se ve la luz.
eldiario
hace alrededor de 5 horas
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