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La petición de la OTAN de alcanzar el 5% del PIB en Defensa: más que el gasto en Educación y el triple que Dependencia

La petición de la OTAN de alcanzar el 5% del PIB en Defensa: más que el gasto en Educación y el triple que Dependencia
El Gobierno considera "inasumible" la propuesta y llama a Rutte a negociarlo entre todos los socios después de que el secretario general de la Alianza Atlántica señale el 5% del PIB como horizonte en inversión militar para 2032El secretario general de la OTAN dice que “sin duda” España llegará al 5% de gasto militar Casi 80.000 millones de euros anuales destinados a Defensa. Ese es el horizonte de gasto que debería afrontar España para cumplir con el nuevo listón que ya plantea abiertamente la OTAN y que su secretario general, Mark Rutte, ha fijado este fin de semana en un 5% del Producto Interior Bruto. En el caso de nuestro país, ese objetivo implicaría un aumento de unos 45.000 millones respecto a los 33.000 comprometidos por Pedro Sánchez tras el plan de gasto anunciado en el mes de abril. O lo que es lo mismo, superar con creces el gasto global del estado en servicios públicos como la Educación o triplicar lo destinado a Dependencia. Un escenario que el Gobierno considera, al menos por ahora, directamente “inasumible”. Tras el encuentro de ministros de asuntos Exteriores de la OTAN el pasado fin de semana, Rutte aterrizó en Albania para participar en la reunión de la Comunidad Política Europea, a la que llegó con el planteamiento que defenderá en la próxima cumbre de la Alianza Atlántica que tendrán lugar en La Haya los próximos 25 y 25 de junio: que los 32 estados miembros lleguen al 5% en 2032, precisamente la cifra y la fecha propuestas por Donald Trump. Preguntado expresamente por si cree que países como España están en disposición de asumir ese compromiso, respondió: “Sin duda”. Antes de intervenir en una mesa redonda sobre competitividad europea en la que participaron Sánchez y Rutte, se vio a ambos mantener una larga charla, primero de pie y después sentados. Aunque no ha trascendido el contenido de ese diálogo, desde el Gobierno se descuelgan por ahora de manera rotunda de esos planes, que en todo caso creen que deberán ser discutidos en La Haya “y no en los medios”. “Acabamos de presentar un Plan muy ambicioso que responde a un compromiso adquirido de alcanzar el 2% del PIB este mismo año. Hablar ya del 3% nos parece precipitado. Del 5%, directamente, una locura”, señalan fuentes del Ejecutivo, que apuntan a que, más allá de las complicaciones de la ingente inversión, se trataría incluso de un problema logístico. “Estamos ahora en contactos permanentes con la industria española, que es muy potente, pero que es difícil que tenga esa capacidad de absorción y de ejecución”, señalan las mismas fuentes. El Plan Industrial y Tecnológico para el fortalecimiento de la Seguridad y la Defensa presentado por Pedro Sánchez y que implica un aumento de 10.000 millones de euros para alcanzar el 2% del PIB este mismo año ya le cuesta un quebradero de cabeza al Ejecutivo con sus socios. La mayoría de ellos, de hecho, rechaza expresamente el aumento del gasto y se desmarca de esa senda. Una postura que deja a Sánchez sin apoyos parlamentarios en el rumbo que impone la OTAN. La decisión del presidente, de hecho, es asumir ese gasto sin que pase por las Cortes y con el único visto bueno del Consejo de Ministros. La Comisión Europea calcula que el aumento del gasto militar anunciado por Sánchez supone 0,35% del déficit público. O lo que es lo mismo, unos 6.000 millones, porque el resto son créditos y partidas reasignadas. Aún así, Bruselas confirma que el déficit estará por debajo del 3% (lo sitúa en el 2,8%) en 2025 en España. Y en todo caso se podría activar la cláusula de escape para que ese gasto no computase como déficit, pero España no lo ha solicitado al menos por ahora. Más que en Educación y Dependencia y cerca del gasto en Sanidad La exigencia de elevar el gasto público en defensa al 5% del PIB (Producto Interior Bruto) implicaría reenfocar las prioridades del Gobierno, que siempre ha dicho que no recortará en servicios públicos ni en política social para aumentar el capítulo de Defensa. El gasto sanitario total (hospitalario, en farmacia…) en nuestro país se sitúa actualmente cerca del 6,5% del PIB, mientras que la parte del presupuesto que se dedica a los colegios, los institutos o las universidades se queda en el 4%, menos de lo que la OTAN plantea como objetivo para el gasto militar. Recientemente, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha publicado un documento técnico en el que explica sus proyecciones para estas dos partidas de gasto público. El envejecimiento esperado de la población hace que el gasto en sanidad vaya a aumentar hasta el 8,1% en 2050. Por el contrario, el gasto en educación se reduciría al 3,5% en ese mismo horizonte temporal. La cuestión demográfica condiciona también el gasto en “cuidados de larga duración”. Es decir, las partidas destinadas a Dependencia, que a cierre de 2023 implicaban cerca de un 1% del PIB y que el mismo ejercicio de previsiones de la Autoridad fiscal lo lleva hasta el 1,4% en 2050. Directamente relacionado con el envejecimiento está el gasto en pensiones: el más importante de todos para nuestra economía, y también para todas las que comparten nuestro modelo de protección social. Otro informe de la AIReF de las últimas semanas señaló que el gasto medio en pensiones entre 2022 y 2050 será del 13,2%, según lo establecido en las últimas reformas, aprobadas por la Comisión Europea. La propia Autoridad fiscal se ha detenido en analizar el gasto en defensa de España, tomando como referencia el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa anunciado el 22 de abril, que supone un aumento del gasto de defensa de 10.471 millones en 2025, con el propósito de alcanzar el 2% del PIB (33.363 millones de euros), según los criterios de la OTAN. La Comisión Europea planteó el pasado 19 de marzo la posibilidad de activación “de la cláusula de escape nacional”, introducida en el nuevo marco fiscal de la UE para acomodar el posible aumento del gasto en defensa de los Estados miembros.  “La activación de esta cláusula permitiría desviaciones de la senda de gasto neto comprometida en los planes fiscales estructurales de medio plazo, por un importe máximo del 1,5% del PIB de incremento de gasto en defensa, respecto al nivel de 2021 y durante un periodo máximo de 4 años (2025-2028), sin perjuicio de que para los países que han llevado a cabo un incremento de su gasto en defensa entre 2021 y 2024 (como es el caso de Polonia) se les aplique el mecanismo de flexibilidad sobre sus niveles actuales del gasto”, explica la Autoridad fiscal.  Hasta la fecha, 12 de los 27 países (Bélgica, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Alemania, Grecia, Hungría, Letonia, Polonia, Portugal, Eslovaquia y Eslovenia) han solicitado la aplicación de la cláusula de escape nacional por este motivo. Por el momento, España, al igual que Francia e Italia, no ha solicitado la aplicación de esta cláusula como consecuencia del incremento del gasto en defensa, aunque, en principio, tendrían la posibilidad de hacerlo más adelante. El efecto del gasto en defensa nacional e internacional sobre el PIB español dependerá del multiplicador fiscal. De acuerdo con el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa, el aumento del gasto en defensa podría contribuir a incrementar el PIB español entre un 0,4% y un 0,7%, lo cual implica asumir un multiplicador fiscal del gasto entre 0,6 y 1, que la AIReF considera algo “optimista”.
eldiario
hace alrededor de 6 horas
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