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El uso de Starlink se disparó durante el apagón y demostró el papel del internet orbital

El uso de Starlink se disparó durante el apagón y demostró el papel del internet orbital
Los satélites de la compañía de Elon Musk son más independientes de la infraestructura terrestre: su rol durante el apagón evidenció la ausencia de una alternativa europeaLas claves de la nueva economía espacial: cohetes reutilizables y satélites low cost inundan el cielo El histórico apagón del pasado lunes dividió a la población entre los que se quedaron completamente a oscuras en cuanto a conexiones digitales, incapaces de ir siguiendo las últimas noticias sobre el corte del suministro eléctrico, y aquellos que mantuvieron cierta conexión a la red mientras duró la batería de sus dispositivos. En este segundo están los clientes de algunas operadoras que pudieron mantener el servicio de datos en determinadas áreas, así como los usuarios de Starlink, cuyo tráfico de datos se multiplicó durante el apagón. Este incremento fue notorio durante el propio lunes. El martes, sin embargo, cuando la mayoría de redes móviles seguían sufriendo un atasco de datos, Starlink marcó cifras récord tanto en España como en Portugal, con tasas de uso hasta un 60% más altas de lo habitual. Así se muestra en un análisis de Ookla, la empresa creadora de Speedtest, una de las herramientas más populares del mundo para medir la velocidad de conexión a Internet, a los que ha tenido acceso elDiario.es. Actualmente, Starlink (una filial de SpaceX, la compañía espacial de Elon Musk) tiene unos 7.000 minisatélites en órbita baja, a unos 500 km sobre la superficie. La empresa cuenta además con cinco estaciones en España, que se encargan de conectar los satélites con la infraestructura del internet terrestre, como los centros de datos. Esto acorta la distancia de transmisión de datos hasta el usuario final, lo que aumenta la velocidad y disminuye la latencia de la conexión. “Si bien las estaciones terrestres de Starlink en España se vieron afectadas por el colapso de la red, una ventaja clave de su arquitectura de red satelital es la capacidad de redirigir el tráfico a través de países cercanos como Italia, manteniendo así el acceso de banda ancha en España”, explica Luke Kehoe, analista de Ookla. Esto contrasta con las caídas generalizadas que sufrieron las operadoras tradicionales, incluso aquellas que pudieron mantener la operatividad inicialmente. Starlink ya había mostrado su capacidad para diversificar la infraestructura digital en situaciones de desastre. Musk suele estar atento a este tipo de eventos y los aprovecha para donar equipos de Starlink a las zonas donde se han dado terremotos, incendios o inundaciones que han dejado inutilizada la red terrestre. El apagón fue una de esas situaciones. “Starlink tiene una baja dependencia de la infraestructura local, por lo que mientras dispongas de energía para el terminal podrás mantener la conexión”, escribió en X el jefe de Ingeniería de la compañía sobre la operatividad en España a pesar de la caída de la red eléctrica. En la sociedad hiperconectada, los satélites se perfilan como “una importante capa de redundancia en casos de interrupciones en las redes terrestres”, coincide Kehoe. “Es probable que esto impulse la adopción empresarial de soluciones satelitales como modo de conectividad de respaldo y acelere la integración del satélite en las redes móviles terrestres para la redundancia de backhaul en el futuro, especialmente en zonas rurales y en ubicaciones críticas”, avanza. Backhaul es el término para ese enlace que conecta las antenas de red móvil con el núcleo de la red, y usar satélites ofrece una ruta alternativa en caso de fallos. Lo sucedido durante el apagón representa una prueba más de por qué la UE ha colocado el sector de la conectividad por satélite como un eje estratégico de desarrollo tecnológico del continente para los próximos años, así como en una de las claves del plan de rearme. No obstante, Elon Musk ha tomado la delantera en este campo gracias a la aplicación de lógicas de la economía digital a la industria aeroespacial. Aunque varias empresas están siguiendo sus pasos, con su constelación de 7.000 minisatélites y una avanzada infraestructura de lanzamiento, SpaceX y Starlink cuentan con una ventaja considerable. El botón de apagado Más allá de los desastres naturales o crisis puntuales como el apagón, el mejor escaparate que ha tenido Starlink es la guerra de Ucrania. El sistema permitió al ejército ucraniano mantener sus comunicaciones a pesar de los bombardeos rusos contra su infraestructura de red, manteniendo a las unidades conectadas con los centros de mando. La invasión muestra todo el potencial del sistema, pero también todos sus riesgos. El principal: que buena parte del esfuerzo militar de todo un país dependa de Musk. El multimillonario volvió a recordarlo recientemente, en el marco de las negociaciones de paz. “Mi sistema Starlink es la columna vertebral del ejército ucraniano. Toda su línea del frente colapsaría si lo apagara”, afirmó en su red social. Mi sistema Starlink es la columna vertebral del ejército ucraniano. Toda su línea del frente colapsaría si lo apagara Elon Musk “Lo que me enferma son los años de matanza”, argumentó poco después, ante las críticas por su mensaje anterior. El multimillonario alegó que el conflicto se encuentra “en un punto muerto que Ucrania perderá inevitablemente. Cualquiera que realmente se preocupe, realmente piense y realmente comprenda quiere que la picadora de carne se detenga”. La amenaza velada de Musk hizo reaccionar a Ucrania e incluso a Polonia, que paga una parte de los servicios que Musk proporciona a Kiev. “Si Starlink demuestra ser un proveedor poco fiable, nos veremos obligados a buscar otros”, señaló el ministro de exteriores polaco. El problema radica que no es sencillo encontrar alternativas. Aún menos en Europa. La única que podría estar en disposición de ofrecer un servicio del mismo tipo es OneWeb, que posee una constelación de 652 satélites. La empresa nació en 2012 en Reino Unido pero se declaró en quiebra en 2020 durante la pandemia de coronavirus. Considerada un activo estratégico, el gobierno británico la sostuvo hasta que en 2023 se fusionó con Eutelsat, el gigante francés de la industria satelital. OneWeb y Ucrania ya están en conversaciones para que Kiev aumente su independencia de Starlink, pero la alternativa europea aún está lejos de su rival en materia tecnológica. Actualmente, OneWeb ha desplegado menos de 1.000 terminales en Ucrania, en comparación con los aproximadamente 50.000 de Starlink. No obstante, la empresa asegura que podría ampliar rápidamente su presencia en el país. Según declaraciones de su consejera delegada, Eva Berneke, Eutelsat podría suministrar hasta 40.000 terminales estándar y de grado militar en un plazo de un par de meses. Diferencias clave Pese al impulso para la constelación de minisatélites europea que podría suponer su alianza con Eutelsat y su despliegue en Ucrania, seguirá habiendo diferencias clave entre OneWeb y Starlink. La red de la primera está pensada para ofrecer servicio a gobiernos y empresas, como operadores de telecomunicaciones, no para conectar a usuarios de todo tipo a la red, como el proyecto de Musk. Esta es también la principal diferencia entre Starlink e Iris², un proyecto europeo para lanzar 264 satélites serán de órbita baja a partir de 2029. Lo hará un consorcio de empresas europeas formado por la propia Eutelsat, la española Hispasat y la luxemburguesa SES. La UE lo ha financiado con 10.600 millones de euros, pero su objetivo también es asegurar las comunicaciones de los gobiernos, no ofrecer Internet por satélite al público general. “No está destinado a la venta al por mayor al público, sino que será un servicio esencialmente de alta seguridad y de alta autonomía tecnológica de Europa”, explicó a elDiario.es el exministro Pedro Duque, ahora presidente de Hispasat. Por tanto, ni OneWeb ni Iris² supondrían soluciones inmediatas ante situaciones como el apagón. La única alternativa realista en este sentido viene también de otro multimillonario estadounidense. Se trata del proyecto Kuiper de Jeff Bezos, que aspira a poner en órbita unos 3.200 satélites a través de una inversión de unos 10.000 millones de dólares. El primer lanzamiento se produjo a finales de abril, poniendo en órbita los primeros 27 satélites de la constelación. Kuiper se apoyará para sus lanzamientos en Blue Origin, la compañía espacial de Bezos, y pretende utilizar los servicios de computación en la nube de Amazon para competir con Starlink. Andy Jassy, director ejecutivo de Amazon, ha iniciado la búsqueda de nuevas líneas de negocio que sirvan como “cuarto pilar” para la compañía junto a Amazon Web Services, el comercio electrónico y su servicio de suscripción Prime. El Internet orbital podría ser ese pilar y, aunque supondrá una alternativa comercial a Starlink, no reducirá la dependencia europea de multinacionales estadounidenses.

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