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Italia endurece la ley y prohibirá almacenar gasolina en garrafas: este es el motivo

Más control - El Ministerio del Interior argumenta que transportar carburante sin medidas adecuadas implica peligros graves y puede facilitar el comercio informal de combustible, especialmente en tiempos de inflación y alza de preciosPor qué puedes repostar siempre que quieras y en cualquier parte: así funciona la logística del combustible Guardar una garrafa con gasolina en el maletero ha sido una costumbre entre conductores precavidos, especialmente en trayectos largos o rutas rurales donde las estaciones de servicio escasean. A menudo se recurre a este recurso ante la incertidumbre de encontrar un punto de repostaje abierto, sobre todo en festivos, zonas poco transitadas o viajes de madrugada. Hay quienes llenan un bidón cada vez que el precio baja, por si después sube. Otros lo hacen porque, tras años al volante, aprendieron que un extra evita sustos. En Italia, sin embargo, esa costumbre está a punto de convertirse en motivo de multa. La norma ya existía pero ahora las autoridades prometen aplicarla a rajatabla A partir del 1 de julio, transportar más de diez litros de carburante fuera del depósito principal del vehículo estará prohibido para particulares en todo el territorio italiano, según lo establece la normativa ADR (Acuerdo Europeo sobre el Transporte de Mercancías Peligrosas por Carretera). Aunque esta regulación ya estaba recogida en textos anteriores, su aplicación será ahora mucho más estricta. La medida no distingue entre fines domésticos o comerciales: cualquier conductor que lleve combustible en una garrafa, aunque sea para uso personal, podrá enfrentarse a sanciones administrativas y, en algunos casos, incluso a consecuencias penales. Según el Tribunal de Casación, la clave no es el destino del carburante, sino la cantidad transportada y su embalaje En declaraciones recogidas por el diario La Repubblica, un portavoz de la policía de tráfico explicó que la vigilancia se centrará en “vehículos particulares que transporten cantidades visibles o no justificadas de carburante”. Según esta fuente, los controles en carretera se intensificarán en zonas cercanas a la frontera, donde muchos ciudadanos suelen repostar en países vecinos para ahorrar. El objetivo oficial es frenar riesgos de incendio y fraudes con gasolina Las autoridades italianas justifican este endurecimiento con un argumento de seguridad. El transporte de líquidos inflamables conlleva riesgos evidentes de incendio y explosión, especialmente si se realiza sin los medios adecuados. Además, el Ministerio del Interior ha alertado de un repunte en prácticas fraudulentas, como la compraventa informal de gasolina entre particulares, alimentada por el encarecimiento del precio del litro. Según esta interpretación, llevar combustible extra puede ser entendido como una forma de comercio no autorizado. Las zonas rurales son las más afectadas por este cambio. En muchas localidades, sobre todo en el sur del país, era habitual que los vecinos comprasen gasolina en grandes cantidades cuando bajaba el precio para almacenarla en casa. En algunos casos, se compartía con familiares o incluso se revendía, sin pasar por los surtidores oficiales. La nueva normativa pone fin a esa dinámica. A partir de julio, la única vía legal para transportar carburante en cantidades superiores será a través de operadores certificados o camiones cisterna autorizados. Las autoridades italianas intensificarán la vigilancia sobre vehículos particulares en zonas limítrofes Los conductores que planeen viajes por territorio italiano deberán tener especial cuidado. Ya no bastará con alegar que el combustible transportado es para continuar el trayecto. Según recoge el Tribunal de Casación, lo que determina la infracción no es el motivo declarado, sino la cantidad exacta que se lleva y la forma en que se almacena. Por lo tanto, una simple garrafa en el maletero puede marcar la diferencia entre una situación legal y una sanción grave, ya que si contiene más de diez litros de carburante o no está almacenada según los requisitos exigidos por la normativa, el conductor podrá ser multado incluso si el combustible es para uso personal. En España el margen legal es más amplio El contraste con lo que ocurre en España es evidente. En territorio español, se permite llevar hasta 60 litros por recipiente, con un máximo total de 240 litros por vehículo, siempre que no se supere esa cantidad y el transporte esté bien asegurado. Esta diferencia normativa entre países de la misma unión genera confusión entre los viajeros. A efectos prácticos, lo que está permitido en un país puede estar prohibido unos kilómetros más adelante. Por eso, las autoridades italianas han recomendado revisar con detalle las leyes locales antes de circular por su red de carreteras. También insisten en que cualquier necesidad extraordinaria de combustible debe resolverse por vías formales. Así lo refleja el comunicado del Ministerio de Transporte italiano, que señala que “el uso de carburantes está sujeto a impuestos especiales, por lo que cualquier forma de distribución no controlada constituye una infracción”. Con esta medida, Italia busca reforzar el control sobre el uso y circulación de sustancias inflamables en contextos no industriales, evitando riesgos para la población y el medio ambiente. A partir del 1 de julio, quien circule por el país con más de diez litros de gasolina en una garrafa tendrá que justificarlo muy bien… o pagar las consecuencias.

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