cupure logo
delqueloscannesporconfestivalmásunaoliver

El español Oliver Laxe gana el Premio del Jurado de Cannes en una edición que entrega la Palma de Oro a Jafar Panahi

El español Oliver Laxe gana el Premio del Jurado de Cannes en una edición que entrega la Palma de Oro a Jafar Panahi
'Sirat', la película del cineasta gallego roza la gloria aunque el premio más importante fue para el cineasta iraní por 'It Was Just an Accident (Un simple accident)'. 'Romería' se queda sin premioOliver Laxe sumerge Cannes en una rave política e hipnótica con ‘Sirat’: “Me identifico con el gesto salvaje de los raveros” La proyección de Sirat el primer jueves del Festival de Cannes pilló a todos desprevenidos. Nadie se esperaba que la película de Oliver Laxe, ambientada en el mundo de las raves donde un padre busca a su hija perdida podía provocar semejante terremoto en los primeros compases de un festival acostumbrado a todo. Pero su propuesta sensorial, inmersiva, y con un último tercio te agarra por las entrañas no dejó a nadie indiferente. Desde su proyección en los corrillos se oía el nombre de Laxe en todas las quinielas, y el jurado presidido por Juliette Binoche ha acabado concediéndole el Premio del Jurado a este filme que acaba siendo una reflexión sobre la imposibilidad de salirse del sistema. Un premio que ha sido compartido con la directora Alemana Mascha Schilinski, que también estaba en todas las apuestas con su segundo filme, Sound of falling. Sin embargo, de nuevo se rozó la gloria con los dedos y se escapa esa Palma de Oro que se resiste desde 1961, cuando Luis Buñuel lo ganó por Viridiana. En esta edición el jurado apostó por Jafar Panahi, cineasta iraní que durante años no ha podido pisar el festival por ser un prisionero político condenado a rodar en clandestinidad. En su primera visita física al certamen ha conmovido con un filme sobre la venganza política, It Was Just an Accident (Un simple accident), que estaba también entre los grandes favoritos de la edición. Una pena que la ilusión para el cine español quedará a medias, ya que Carla Simón no pudo entrar en ese palmarés por la emocionante y hermosa Romería.  El premio de Laxe roza lo histórico. Hacía mucho tiempo que un director español que no fuera Pedro Almodóvar —que logró el de Mejor dirección por Todo sobre mi madre en 1999 y un premio al Mejor guion por Volver en 2004— lograba un premio en Cannes. Había que remontarse a 1992, cuando Víctor Erice logró este mismo Premio del Jurado por El sol del membrillo. Al recogerlo, el cineasta se acordó de una anécdota que le ocurrió hace años en un festival de cine en Jerusalén, cuando conversó con un taxista palestino sobre cómo los orígenes de ambos pudieron ser judíos. El taxista le citó una frase: “Os hacemos de tribus diferentes para que os conozcáis”. Laxe unió esa anécdota con la posibilidad del cine de unirnos. “Viva la diferencia, vivan las culturas y viva el festival de Cannes”, concluyó Laxe que portaba un pin en apoyo de Palestina Jafar Panahi posa con su Palma de Oro en la clausura de Cannes Laxe continúa así su marcha triunfal por el certamen francés, ya que todas sus películas han ganado premio en cada una de las secciones donde se han presentado. Su debut, Todos vosotros sois capitanes, ganó el premio Fipresci en la Quincena de los Realizadores; Mimosas el gran premio de la Semana de la Crítica y Lo que arde comenzó su exitosa carrera desde Una cierta mirada, donde se llevó el premio del jurado. Con Sirat se matricula con honores en su primera participación de la Sección Oficial. La Palma de Oro para Jafar Panahi es, por otro lado, inapelable. El iraní es uno de los directores más importantes del panorama mundial. Uno que ha demostrado que el poder de contar historias puede desarrollarse hasta en la clandestinidad. Hasta ahora no tenía el premio más importante del cine de autor —el único que le faltaba para completar la corona de Berlín, Venecia y Cannes—, y lo merecía desde hace tiempo. La presidenta del jurado, Juliette Binoche, ha subrayado en su discurso que este galardón no es solo por lo político, subrayando su calidad por encima de todo. Posteriormente, en la rueda de prensa sí que concedió que esta Palma es un gesto a la vez artístico y “político”. El actor Jeremy Strong, otro de los miembros del jurado añadió que este era un festival que comenzó con Robert De Niro diciendo que había que luchar contra el fascismo, y que para él tenía sentido premiar obras de arte que fueran “trascendentes. De ahí que esta Palma suponga un cierre de fiesta coherente y hermoso para una edición que ha estado marcada por la actualidad política. Por los aranceles de Trump, por la masacre en Gaza. Panahi encarna ese cine activista sin ser panfletario. Lo demostró con un discurso dedicado a ”lo más importante, la libertad de Irán“. Casi todas las favoritas se colaron en el palmarés El Gran Premio del jurado fue para Sentimental Value, la nueva película del director Joachim Trier, que tras el fenómeno de La peor persona del mundo ha presentado un drama de corte bergmaniano sobre el trauma de dos hermanas a las que su padre, un cineasta prestigioso, abandonó durante años. Una película que podría haber estado en cualquier categoría sin chirriar, a la que quizás le faltaba ese punch social que suelen tener las triunfadoras de Cannes. La única película que se llevó dos galardones —las normas de Cannes impiden que el filme que se lleve la Palma de Oro tenga más menciones, pero sí al resto alternar uno de interpretación y otro más— fue otra de las sensaciones de este Cannes, el thriller setentero ambientado en la dictadura brasileña Agente secreto, de Kleber Mendonça Filho. Para él fue el premio a la Mejor dirección mientras que para Wagner Moura, la estrella de Narcos, se llevó el de Mejor actor. Por su parte, la desconocida Nadia Melliti hizo buenas todas las apuestas y se llevó el premio a la Mejor actriz por su papel de una joven lesbiana y musulmana en La petite derniere, la única película francesa que logró premio. Quienes nunca fallan son los hermanos Dardenne. Jean-Luc y Pierre presentaron su nuevo filme, Jeunes Mères el último día del festival. Suficiente para que emocionaran a todos con esta historia sobre madres adolescentes con la que se llevaron el premio al Mejor guion. Los belgas deben tener una estantería para todos los premios que han ganado en Cannes, incluidas sus dos Palmas de Oro por Rosetta y El hijo. Lo que supo a poco fue el premio especial sacado de la manga para la película que revolucionó (junto a la de Laxe) esta edición. Se trata de Resurrection, del chino Bi Gan, que entregó una obra indescriptible y apabullante sobre el futuro del cine, otro de los temas que se han repetido en esta edición. Todo en una ceremonia que llega tras un día de confusión, tras el apagón que sacudió el sureste de Francia durante horas y que dejó a Cannes sin luz y con el miedo a que la ceremonia de clausura pudiera verse afectada. Pero si el propio certamen es un faro para el cine de autor y en salas en tiempos de mainstream y plataformas, el propio Palais des Festivals, donde se celebran las galas, fue un faro durante todo el día gracias a sus generadores. La organización del festival pronto se apresuró a confirmar que pasara lo que pasara, la gala tendría lugar.
eldiario
hace alrededor de 8 horas
Compartir enlace
Leer mas >>

Comentarios

Cultura