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El libro que rompe la imagen oscura de la Edad Media y descubre un mundo “globalizado y viajero”

El libro que rompe la imagen oscura de la Edad Media y descubre un mundo “globalizado y viajero”
El historiador Anthony Bale publica 'Guía de viajes por la Edad Media', un libro original que rompe con el tópico de una época oscura e inmóvil y descubre un mundo ya globalizado Husni Abdel Wahed, embajador de Palestina: “En el centro del genocidio de Israel está también el genocidio cultural” Parece mentira, pero en la Edad Media la gente viajaba mucho más de lo que tendemos a pensar a partir de los tópicos sobre la época. Esta constatación fue también una sorpresa para el historiador británico Anthony Bale, uno de los mayores expertos en el periodo entre los años 1000 y 1500, que ahora señala que “el medievo ya empezaba a configurar un mundo globalizado con una multitud de viajeros, desde los peregrinos a los comerciantes pasando por diplomáticos, soldados, aventureros o turistas de entonces”. El Camino de Santiago, la Ruta de la Seda, las expediciones hasta Jerusalén o Constantinopla, la fascinación por Roma o los viajes al Extremo Oriente atrajeron, a pesar de dificultades y peligros, a millones de personas. Tras 15 años de investigación, este profesor de Literatura Medieval en Cambridge ha buceado en manuscritos y mapas, en crónicas de viajes y en guías, en relatos ciertos o inventados, para ofrecer un original friso de la Edad Media en un libro traducido ya a 20 idiomas. Desde esa perspectiva no duda Bale en afirmar que “las peregrinaciones medievales fueron entonces, como hoy, una mezcla de religión y negocio”.  Guía de viajes por la Edad Media (Ático de los Libros) parte de la mirada de las gentes medievales, de sus vidas cotidianas, de cómo viajaban, dónde se alojaban, de qué se alimentaban, cuáles eran sus motivaciones espirituales o materiales. El autor ha traducido crónicas y guías de viaje inéditas para facilitarnos a los lectores detalles y consejos de aquellos desplazamientos, así como las oraciones que protegían a los peregrinos de desgracias o las indicaciones para las travesías en barco o el cambo de dinero. El panorama que refleja dista bastante del imaginario esquemático y falseado del cine o de las series. En una palabra, esta crónica histórica se aleja de los clichés de Robin Hood o de El nombre de la rosa. “No he querido escribir un libro que hable de reyes o palacios”, explica Bale a elDiario.es, “sino una narración basada en los testimonios de la gente común en una época donde no había fronteras fijas ni unas naciones consolidadas. Por tanto, no se trata de una historia sobre los poderosos ni los grandes sucesos”. Anthony Bale posa con su libro en Barcelona Por ello, Bale incide de modo especial en las vicisitudes de unos viajes largos y penosos que debían afrontar catástrofes naturales, enfermedades y guerras, caminos tortuosos, bosques, ríos o mares. De hecho, muchos viajeros no regresaban nunca a su hogar. Y eran viajes que, con frecuencia, debían pagar impuestos y peajes a reyes o nobles en los territorios que atravesaban. No obstante, los monasterios y otros edificios religiosos solían ofrecer un cobijo a los fieles que peregrinaban y una miríada de posadas, albergues y hasta castillos jalonaban los caminos más transitados. Entretanto, los viajeros recurrían muchas veces a la caridad en forma de limosnas o de comida. Por todo ello este medievalista británico aclara que no era necesario contar con mucha riqueza para emprender viajes tanto si eran de corta duración, los más habituales, como si se prolongaban durante meses o años. “Por supuesto”, matiza Bale con ironía, “si viajabas con dinero las cosas resultaban más cómodas y más fáciles. Pero eso también ocurre hoy en día”. Santiago, Roma o Jerusalén como metas Convertidas las peregrinaciones en un muy lucrativo negocio en la Europa cristiana, algunas ciudades se erigieron como principales destinos que hoy llamaríamos turísticos y que ofrecían a veces hasta guías locales. Fueron los casos de Santiago de Compostela en el extremo occidental europeo; de Jerusalén en el extremo oriental; y de Roma en el centro de la ecúmene, de la tierra habitada en el espacio mediterráneo. Al valorar el atractivo de Galicia para peregrinos y comerciantes medievales, Anthony Bale aporta varias razones. “En primer lugar, llegar al fin del mundo conocido, es decir, a Finisterre, ofrecía un aliciente añadido”, comenta. De otro lado, “Galicia era una región muy subdesarrollada con un paisaje puro y espiritual y además el camino francés había creado un ecosistema de pueblos y ciudades a lo largo de la ruta”. “Sin ir más lejos el puerto de A Coruña creció al calor del auge del camino de Santiago. Por último, la situación en Santiago aparecía más calmada en contraste con la presencia intimidante de los mamelucos islamizados en Jerusalén o con una Roma pobre y agitada por las continuas crisis del papado”, añade. Mientras esas tres ciudades figuraban como metas viajeras, otras tres urbes se consolidaban como los grandes centros de partida en Occidente: Barcelona, Génova y Venecia. Ubicadas en lugares estratégicos del Mediterráneo se desarrollaron como grandes potencias económicas, sobre todo Venecia que llegó a crear un imperio mercantil basado en los viajes. Las tres fueron además la cuna de célebres viajeros y exploradores como el mítico veneciano Marco Polo. Además, estos tres puertos concentraban la mayoría de los desplazamientos en barco, una opción más fácil y cómoda que los viajes por tierra. “Hay que considerar”, subraya este afable y didáctico catedrático, “que las rutas terrestres resultaban más peligrosas por los asaltos y robos y más caras por la necesidad de pagar frecuentes peajes. Por el contrario, el Mediterráneo surgía como un mar con puertos bien organizados y conectados con toda Europa. A modo de ejemplo, si un peregrino o comerciante quería viajar desde el norte o el centro de Europa hasta Jerusalén o Constantinopla podía descender por el Rhin en barco hasta Basilea para luego cruzar los Alpes por el paso del Brennero y desde allí alcanzar Venecia”.  Los reinos ibéricos no permanecieron al margen de aquel trasiego viajero y desde la Corona de Castilla llegaron lejos el diplomático Ruy González de Clavijo y el escritor y aventurero Pedro Tafur. El primero de ellos fue enviado por Enrique III de Castilla a Samarcanda a comienzos del siglo XV para forjar una alianza con el turco mongol Tamerlán contra los otomanos y fruto de aquel viaje Clavijo escribió Vida y hazañas del gran Tamerlán. Por su parte, Tafur recorrió buena parte de Europa, el Oriente Próximo y el norte de África y dejó testimonio de sus rutas en su libro Andanzas y viajes. Ya había representaciones de globos terráqueos y de mapas que reflejaban la esfericidad Anthony Bale — Historiador En cualquier caso, el historiador Bale dice que aquellas expediciones solían responder en el fondo a motivos de evangelización y fueron órdenes religiosas como los franciscanos o los dominicos quienes figuraron como punta de lanza en varias partes del mundo. Entre los misioneros destacó, por ejemplo, el dominico catalán Jordano de Severac que viajó por India en 1329. A juicio de Bale tenemos la idea de que la gente medieval ignoraba que la Tierra era una esfera y no plana. “Se trata de una percepción falsa”, sostiene el experto, si bien admite que hubiera personas que pensaran que el final de la Tierra era un abismo. “Ya había representaciones de globos terráqueos y de mapas que reflejaban la esfericidad”, resume. “Nadie se opuso por miedo al primer viaje de Cristóbal Colón porque estaba claro que navegando hacia el Oeste podría llegar a Cipango, o sea, a Japón. Pero antes se encontró con un nuevo continente”.  Traducido a más de 20 idiomas desde que se publicó en inglés en 2023 el libro se ha convertido en un impresionante y a la vez sorprendente éxito editorial. Tras sus versiones a idiomas como el francés, el alemán o el chino el libro aparece ahora en una traducción española de Claudia Casanova. Sonríe Bale tras su barba y comenta que en parte el libro ha triunfado gracias al efecto popular de Juego de tronos. Pero ya más en serio añade que tal vez el éxito se deba a que ha dado voz a la gente común y ha escrito un libro universalista que descubre que la globalización se inició, aunque parezca mentira, en la Edad Media.
eldiario
hace alrededor de 1 mes
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