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La cena en honor a Franco que será la última oportunidad para huir de unos prisioneros republicanos

La cena en honor a Franco que será la última oportunidad para huir de unos prisioneros republicanos
Manuel Gómez Pereira adapta la obra de teatro del mismo nombre y consigue en 'La cena' una estupenda comedia sobre la posguerra con un hilarante Alberto San JuanJafar Panahi, el director que rueda en clandestinidad la vida en Irán: “Quiero seguir haciendo cine en mi país” Los años 90 del cine español pertenecieron a Manuel Gómez Pereira. El director acumuló éxito tras éxito. Sobre todo en la comedia. Junto a sus guionistas de confianza, Joaquín Oristrell y Yolanda García Serrano, agarraban los temas que flotaban en la sociedad y los convertían en comedias populares que arrasaban en taquilla. Salsa rosa, ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?, Boca a boca, El amor perjudica seriamente la salud… todas ellas fueron creadas por las mismas mentes, que conformaron los éxitos de varias generaciones de espectadores. Sin embargo, desde 2010 solo había estrenado una película (La ignorancia de la sangre, 2014) y centrado su trabajo en series de éxito como Velvet, Las chicas del cable o Cuéntame cómo pasó. Pero en 2025 el destino ha vuelto a sonreír a Gómez Pereira y el cine español vuelve a mirar a los 90. En abril estrenaba con éxito Un funeral de locos, el remake de la película de Frank Oz y este viernes llegó su segundo título en un año. Se trata de La cena, la adaptación de la obra de teatro de José Luis Alonso de los Santos que fantasea con una cena que nunca ocurrió, la que se organizó recién acabada la Guerra Civil en el Palace en honor a Franco. La obra de De los Santos, y ahora la película de Gómez Pereira, montaba una especie de Evasión o Victoria con esa trama, ya que para organizar la cena hay que sacar de la cárcel a prisioneros republicanos que se libran sobre la bocina de la ejecución para volver a sus lugares de trabajo: camareros, cocineros… Ahora tendrán una última oportunidad que utilizarán para planear una huida que les otorgue la libertad. Con esos mimbres, Gómez Pereira y sus guionistas de siempre montan una comedia actual, divertida, que no tiene miedo a mojarse y que tiene en el duelo (con tinte homoerótico) de Alberto San Juan y Mario Casas su mejor baza.  Un cine popular pero político que sirve como confirmación del regreso del director, que cuenta a elDiario.es que este regreso por partida doble ha sido un poco “como la ley de Murphy”. De hecho, el proyecto de La cena nace hace mucho tiempo, en 2008, cuando Sancho Gracia, que producía y protagonizaba la obra de teatro en la que se basa, le pasó el texto para que se lo leyera. “Ahí hay una película”, le dijo. Y tenía razón. Como si fuera un guiño del destino, Alonso de los Santos fue ayudante de dirección de Fernando Colomo en Bajarse al moro, escrita por Joaquín Oristrell, por lo que Gómez Pereira ya le conocía. Por tanto, es un proyecto que “siempre ha estado ahí”. “Nunca he pensado que se fuera a quedar en un cajón, hay proyectos que persigues, y cuando Cristóbal García, el productor, me preguntó si tenía algún proyecto que quisiera hacer le planteé este”, cuenta el cineasta. Ahí empezó a trabajar con sus dos sospechosos habituales, Oristrell y García Serrano, en una adaptación que tenía que “mantener un respeto a la obra”, pero no quedarse teatral. Por ello el filme sale del Palace, añade tramas y, muy importante, introduce a Franco como personaje, que en la obra de teatro actuaba como un Godot que nunca aparecía en escena.  La película afronta desde el humor un tema como la posguerra, y Gómez Pereira rechaza de lleno el falso mantra que dice que hay muchas películas sobre la Guerra Civil española. “Hay quizás una parte del público que dice eso, pero yo todavía no he oído que nadie diga ‘otra película sobre la guerra de Vietnam’, por ejemplo. Sí que al ser comedia y ser de época, ha sido una película difícil de levantar, pero finalmente lo hemos conseguido”, dice.  La risa y el sentido del humor me parece que son un arma tanto de defensa como de ataque Manuel Gómez Pereira — Cineasta Lo que tiene claro es que esa parte de la historia es “imperecedera”. No solo eso, sino que con “lo que está sucediendo, con esta polarización tremenda, con estos movimientos de ultraderecha y todo lo que está ocurriendo en estas guerras interminables y este genocidio de Gaza” la película se hace hasta más importante. “Ahora aparecen figuras que son muy peligrosas, que están encubiertas de populistas, pero realmente lo que hay debajo son unos dictadores. Es un totalitarismo en ciernes. Es importante tener memoria de lo que de las consecuencias que puede producir una guerra. La devastación, la hambruna, la muerte y el dolor. No hay que olvidarlo”, zanja. Él, que ha dirigido las comedias más exitosas de este país, sabe que la risa es importante. Lo es “ahora y siempre, pero en momentos como este es fundamental”. “La risa y el sentido del humor me parece que son un arma tanto de defensa como de ataque”, dice con contundencia. Cuando se mezcla humor y Guerra Civil, el referente claro que aparece en la cabeza de casi todo el mundo es La vaquilla, de Luis García Berlanga, pero Gómez Pereira añade otro referente, el ¡Ay, Carmela! que Carlos Saura dirigió con guion de Rafael Azcona. “Tenía humor, pero había mucha humanidad y unos personajes fantásticos. O Las bicicletas son para el verano, de Chávarri. Películas donde se juega con ese tono de comedia, pero al mismo tiempo tienen mucha verdad, que es lo que persigo cuando hago estas comedias”, añade. Comedias que, además, quedan abiertas en un giro final que no estaba en la obra para una posible secuela.

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