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La CNMV tiene más de una treintena de empleadas con lipoatrofia semicircular, a las que exige empeorar para teletrabajar

La CNMV tiene más de una treintena de empleadas con lipoatrofia semicircular, a las que exige empeorar para teletrabajar
En 2025 se han disparado los casos de esta enfermedad ligada a 'edificios inteligentes', hasta las 33 trabajadoras, muchas molestas por las reticencias del organismo público a permitirles trabajar desde sus casas al 100%Nuevo presidente y vicepresidenta de la CNMV desde diciembre Más de una treintena de trabajadoras de la sede en Madrid de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el organismo público encargado de supervisar e inspeccionar la Bolsa española, han desarrollado lipoatrofia semicircular, una enfermedad rara vinculada a los llamados 'edificios inteligentes' que provoca depresiones en la piel. Los primeros casos se detectaron en 2019 y en lo que va de año se ha registrado un gran aumento hasta alcanzar a 33 empleadas de la entidad, entre las que hay un gran malestar por la gestión de la CNMV de la situación. Entre otras cosas, por sus reticencias al teletrabajo al 100% de las afectadas, que solo se permite desde este mes y que exige que las trabajadoras ya diagnosticadas empeoren para acceder a él, según ha podido comprobar elDiario.es. “No me cabe en la cabeza. Cada vez hay más casos y más casos. Dicen que hacen todo lo que pueden, pero la normativa de prevención de riesgos laborales no te dice que hagas lo que puedas, dice que lo soluciones. Si no puedes hacerlo, al menos danos el teletrabajo al 100% para no estar expuestas al riesgo, y no nos obligues a que empeoremos”, denuncia una de las cuatro trabajadoras de la CNMV afectadas por la patología que ha entrevistado este medio y que piden guardar su anonimato para evitar posibles represalias. Fuentes del organismo público justifican que la medida solo se facilite para aquellos casos en los que “se constata clínicamente que la persona sigue presentando empeoramiento”. El foco de casos de lipoatrofia se encuentra en la sede de la CNMV en Madrid, en el llamado Edificio Edison, un gran inmueble acristalado en forma de estrella de tres brazos situado entre la calle Francisco Silvela, la calle Edison y la Glorieta de López de Hoyos de la capital, que la CNMV compró en 2011 a Mutua Madrileña. Hermético, en el que no se pueden abrir las ventanas, es un ejemplo de lo que se suele denominar 'edificios inteligentes' que en determinados casos han sufrido brotes de esta enfermedad del tejido subcutáneo. Aunque sus causas no están del todo identificadas, la literatura científica ha señalado varios factores vinculados a su aparición, como la existencia de campos eléctricos y magnéticos y electricidad estática, “que aumentan al darse una serie de condiciones en los puestos de trabajo en donde se describe esta patología”, recoge el protocolo de la Comunidad de Madrid sobre lipoatrofia semicircular. Por ejemplo, “edificios nuevos, tipo de climatización, ventanas no practicables, baja humedad relativa, tipo de mobiliario con elementos metálicos que hacen de conductores, suelos aislantes, trabajos con aparatos eléctricos, etc.”. También se asocia con microtraumatismos repetidos, fruto de la presión reiterada sobre la zona afectada, por ejemplo, de las piernas contra el mobiliario. La lipoatrofia semicircular fue descrita por primera vez en 1974 por los médicos alemanes Gshwandtner y Munzberger. En 1995 hubo un estallido de casos en oficinas bancarias y, en España, los primeros casos se detectaron entre 2007 en varias oficinas de Barcelona, como la Torre Agbar y las oficinas de Gas Natural (hoy Naturgy), y después en Madrid, en edificios modernos como el de Telefónica, en Las Tablas. Este trastorno se manifiesta principalmente por depresiones o surcos semicirculares en forma de bandas, sobre todo en los muslos, aunque también en otras zonas del cuerpo como antebrazos, y la desarrollan muy mayoritariamente las mujeres. En menor medida, se han detectado síntomas como dolor de cabeza, fatiga y mialgias (dolores o molestias musculares). Los estudios realizados hasta la fecha señalan que es una enfermedad benigna, reversible con el paso del tiempo –a veces años– sin exposición a los agentes que la provocan, pero entre las afectadas hay preocupación por posibles consecuencias aún no detectadas. “Es una enfermedad rara y todavía hay pocos estudios”, precisa una de las trabajadoras afectadas, que sostiene que ha “perdido fuerza” en una de sus piernas en los últimos años y tiene una gran preocupación de cara al futuro. “No sabemos hasta qué punto es grave o no y a qué puede afectar porque no hay suficientes estudios científicos. Además, me molesta mucho cuando dicen que es un tema solo estético. Bueno, ¿y qué si lo fuera? O sea, ¿por qué me tiene que salir algo en la pierna por ir a trabajar a la oficina?”, sostiene otra de las empleadas. Las afectadas contactadas han sufrido depresiones en los muslos, en ocasiones muy pronunciadas, incluso perceptibles “con el vaquero”, indica una de ellas a modo de ejemplo. Señalan además otros síntomas como dolores de cabeza, cansancio y sequedad intensa de ojos, entre otros. Las empleadas diagnosticadas con lipoatrofia contactadas han sufrido depresiones en los muslos, en ocasiones muy pronunciadas, incluso perceptibles “con el vaquero”, explica una de las afectadas María Jesús Gutiérrez, delegada de prevención de riesgos laborales en la CNMV, subraya también “la preocupación y ansiedad” de muchas de las afectadas, como un riesgo psicosocial “muy importante” vinculado a la emergencia de lipoatrofia en el lugar de trabajo. “Algunas están muy mal, no están tranquilas, tienen mucha ansiedad por tener que ir a un edificio que les enferma”, sostiene la representante de la plantilla, del sindicato CCOO. La inquietud también se extiende entre las trabajadoras que no están afectadas por el momento. “Es como tener la espada de Damocles. La sensación es: a ver cuándo me toca. Muchas mujeres de este edificio nos miramos los muslos un día sí y otro no para ver si hay lesiones”, sostiene Gutiérrez. “Mi subconsciente me traiciona y no duermo bien la noche anterior cuando tengo que ir al edificio a trabajar. Sin embargo, cuando estoy teletrabajando, duermo plácidamente. Es una cosa muy curiosa, no sé si le pasará a las demás”, dice una de las trabajadoras afectadas por la enfermedad. Desde 2019 y estallido en 2025, pese a las medidas implementadas Los primeros casos de lipoatrofia semicircular en la CNMV se diagnosticaron en noviembre de 2019. A un primer caso confirmado se sumaron dos rápidamente. El protocolo de la Comunidad de Madrid sobre esta patología exige que, si se detecta la presencia de un caso de liporatrofia semicircular en un centro de trabajo, se realice “una búsqueda entre los compañeros del afectado”. “Si se encontrara un caso confirmado más, que coincida en el espacio y tiempo con el primer afectado, se considerará que las lesiones están relacionadas con el entorno de trabajo”, recoge el protocolo. En los siguientes meses, se siguieron sumando algunos diagnósticos más, que afectaban a alrededor de una decena de trabajadoras. “Y entonces llegó la pandemia”, recuerda María Jesús Gutiérrez, en marzo de 2020, que supuso mandar a todo el personal a trabajar a casa durante año y medio. “Estuvimos 18 meses teletrabajando”, indica la delegada de prevención. En ese tiempo sin ir a la oficina, a varias de las trabajadoras afectadas por la patología les desapareció la enfermedad, una de ellas mejoró en sus lesiones y a otras se les mantuvieron estables. Una vez la CNMV ordenó el regreso a las oficinas en 2021, con un formato mixto de una semana de teletrabajo y otra presencial, le reaparecieron las lesiones a la mayor parte de las trabajadoras a las que les habían desaparecido. “En algún caso fue cuestión de tres meses. Según los especialistas, puede ser normal, depende de lo sensible que sea una persona a los factores que la provocan”, explica Gutiérrez. Las recaídas en varios casos implicaron lesiones “más graves”, indican varias afectadas. Edificio sede de la CNMV en la calle Edison de Madrid. Ante la persistencia y emergencia de más casos de lipoatrofia, la CNMV ha ido implantando varias medidas preventivas, como destacan desde la institución. Por ejemplo, “se realizan mediciones periódicas de las condiciones termohigrométricas cada 3 meses y de electricidad estática, campos eléctricos y electromagnéticos cada 6 meses”, “el cableado bajo los puestos de trabajo se encuentra recogido y conectado a tierra” y se ha adaptado el mobiliario en puestos afectados (“sillas y alfombras antiestáticas, eliminación de estructuras metálicas”), enumeran fuentes de la CNMV. Pese a ello, los casos de lipoatrofia siguen en aumento. “Se han implantado medidas, pero ¿se está logrando algo? No. La única persona que ha mejorado, que me conste, es una trabajadora que está fuera del edificio representando a la CNMV. Claramente, es por no haber estado aquí”, explica la delegada de prevención de CCOO. En 2023, tras la insistencia de los delegados de prevención de riesgos laborales y de varias de las afectadas, la CNMV incluyó en la nueva licitación del servicio de vigilancia de la salud el análisis expreso de la lipoatrofia semicircular en los reconocimientos médicos anuales al personal. Desde entonces, los casos han seguido aumentando, con un estallido de trabajadoras afectadas en 2025. “De las 33 personas, 22 han sido diagnosticadas este año”, sostiene María Jesús Gutiérrez. En la CNMV creen que, “al menos en parte”, el repunte de casos se debe “al refuerzo de la vigilancia activa” este año, con más insistencia al servicio de prevención para que analizara esta cuestión. La delegada de prevención de CCOO considera que el refuerzo de la búsqueda activa puede ser uno de los motivos del incremento, pero añade que también puede deberse a “que llevamos más tiempo en el edificio” y “con más presencialidad” –alrededor del 50%– respecto al regreso post-Covid. En cualquier caso, indica que las medidas implantadas no están frenando la aparición de la patología. En realidad, el número de trabajadoras afectadas por lipoatrofia semicircular en la sede de la CNMV es mayor. A las 33 trabajadoras en activo del organismo público diagnosticadas se suman otras dos empleadas “externas” del Edificio Edison, que trabajan para otras compañías, y cuatro empleadas de la CNMV que se marcharon del organismo público. En total, ha habido 39 mujeres afectadas por la patología. Algunas consideran que esta situación puede acrecentar la salida de trabajadoras de la CNMV, que ha reconocido públicamente que afronta un reto para retener personal frente al sector privado y a otros organismos públicos como el Banco de España (por motivos salariales, entre otros), como explicó este verano su presidente, Carlos San Basilio, en el Congreso de los Diputados. Fuentes de la CNMV aseguran que el organismo comparte “la preocupación que esta situación genera” y trabaja “por atajarla con acciones en varios frentes que van más allá de las establecidas en los distintos protocolos de actuación para estos casos”. Desde la institución destacan que las últimas medidas –de un total de “más de 20”– “han comenzado hace poco más de un mes”, por lo que aún es pronto para valorar su efectividad y añaden que no descartan ampliar con otras iniciativas en un futuro. En cambio, todas las trabajadoras con lipoatrofia entrevistadas difieren sobre los esfuerzos de la CNMV para abordar este problema. Denuncian que “no se le ha dado demasiada importancia” a la patología, que destacan que solo afecta a mujeres en una institución con unos altos cargos muy masculinizados, que “se ha tardado mucho en abordarlo” o que la CNMV “ha tratado simplemente de cubrir el expediente”, entre otras valoraciones. Algunas empleadas consideran que ha habido “una mejoría” con el tiempo, especialmente el último año –en el que ha habido un nuevo presidente y vicepresidenta–, aunque creen que todavía es mejorable y que se debe al gran auge de casos, que estaba generando mucha inquietud y malestar en amplios sectores de la plantilla, y a que la enfermedad “ha alcanzado ya a subdirectoras”. Sanción a una afectada que se niega a ir a la oficina Entre los cambios más recientes, de este mismo mes, la CNMV ha planteado una política de teletrabajo al 100% para el personal afectado por lipoatrofia, una medida llevaban reclamando desde hace años varias trabajadoras enfermas y los delegados de prevención de riesgos laborales. “Hablábamos con los médicos de prevención y nos decían de otros casos en otras empresas que, si no se arreglaba la situación, la gente no volvía a trabajar a la oficina, pero nosotras nada”, dice una de las afectadas. “Nosotros lo habíamos repetido en muchos Comités de Seguridad y Salud, como medida de protección, pero no había manera”, confirma María Jesús Gutiérrez. Sin embargo, las condiciones planteadas finalmente por la CNMV para acceder al teletrabajo al 100% han indignado a muchas afectadas y tampoco cuenta con el apoyo de los representantes de la plantilla. Entre otras cosas, requiere contar con un “diagnóstico clínico de empeoramiento”. Es decir, que no vale con tener la patología reconocida, sino que las lesiones tienen que haberse agravado, lo que como mínimo implica que las afectadas deben estar varios meses más acudiendo al edificio hasta que tengan un nuevo reconocimiento médico en este sentido (que se realizan cada medio año). “¿En serio nos están diciendo que tenemos que empeorar para demostrar que esto es por el edificio?”, denuncia una de las afectadas. María Jesús Gutiérrez recuerda que la inmensa mayoría de mujeres afectadas, con 22 diagnosticadas este año, ni siquiera pueden solicitar aún la medida, ya que solo tienen una evaluación. ¿En serio nos están diciendo que tenemos que empeorar para demostrar que esto es por el edificio? Una de las 39 empleadas diagnosticadas con lipoatrofia semicircular En la CNMV creen que el teletrabajo al 100% –que destacan que “no ha sido recomendada por ninguna de las autoridades competentes”– “no puede aplicarse sin condiciones”, ya que indican que “debe perseguir un objetivo clínico: comprobar si las personas afectadas por lipoatrofia mejoran o empeoran cuando dejan de estar expuestas durante un largo periodo de tiempo al centro de trabajo”. En este sentido, justifican su criterio de limitar el teletrabajo total “solo en aquellos casos” en los que pese a las medidas preventivas implantadas “se constata clínicamente que la persona sigue presentando empeoramiento”. Además, las afectadas han de autorizar posibles revisiones de sus casas, con “preaviso mínimo de 24 horas”, algo que no existe en otras modalidades de teletrabajo, con el objetivo de “evaluar la ausencia de fuentes generadoras de LS en dicho entorno”. “Habiendo 39 casos en un edificio, que cada una vivimos en un sitio distinto, incluso en ciudades distintas, el foco es el edificio, esto no tiene ningún sentido”, dice otra de las empleadas con lipoatrofia. Esta trabajadora, que reconoce que “lo pasa fatal” y siente una gran inquietud por que “empeore su salud”, se ha negado en los últimos años a acudir a la oficina a trabajar. Pidió en los tribunales el teletrabajo, pero la sentencia fue desfavorable, ya que la justicia consideró que la CNMV había implantado medidas preventivas suficientes. “Pero sigue habiendo nuevos casos, no se ha solucionado el problema”, insiste la empleada. Aunque asegura que sus superiores no han tenido queja de su desempeño, la CNMV inició un expediente sancionador hace poco y le acaba de imponer una sanción de tres días sin empleo y sueldo, ligada además a la exigencia de acudir a su puesto de trabajo. En la CNMV, sin entrar en detalles personales del caso, responden que “no pueden amparar un comportamiento que supone un incumplimiento de las obligaciones laborales de ningún empleado y de una medida confirmada en vía judicial”. “Cuando se ha tenido conocimiento de la situación irregular, sin ningún tipo de respaldo clínico, y se ha podido acreditar materialmente que esto estaba ocurriendo, no nos ha quedado más remedio que actuar, ya que las normas deben ser iguales para todos los afectados, sin excepciones”, sostienen en el organismo. “No sé qué va a pasar, de momento mi abogado ha recurrido la sanción y hemos vuelto a solicitar el teletrabajo”, explica la trabajadora sancionada, que si no acude presencialmente a su puesto se enfrenta a una sanción muy grave, entre las que se contempla el despido. Su abogado, Juan Rubiño, de la Red Jurídica, espera “que la CNMV recapacite y que permita que las personas que tienen un diagnóstico vigente no acudan al centro de trabajo donde se ha originado esta enfermedad hasta que no haya nuevos casos”. El laboralista indica además que está trabajando para “impulsar un conflicto colectivo” al respecto. Fuentes de la CNMV sostienen que la incidencia “representa un 6% de las personas que trabajan en este edificio, que es un nivel muy inferior al 20% indicado por la OMS para considerar un edificio enfermo en cualquier dolencia”. “El nivel actual ya me parece elevado, estamos muy preocupados. Un 20% es una barbaridad, no queremos llegar a un 20%”, critica por su parte la delegada de prevención de CCOO.
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hace alrededor de 3 horas
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