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Tarjeta Sanitaria Europea: qué es, cómo se solicita y qué cubre si viajas por Europa

Tarjeta Sanitaria Europea: qué es, cómo se solicita y qué cubre si viajas por Europa
Aunque la TSE garantiza el acceso al sistema público de salud del país de destino, eso no implica gratuidad total La Seguridad Social te permite sumar hasta cinco años de cotización a la jubilación: los requisitos que debes cumplir Cada vez son más las personas que planifican sus vacaciones, estancias por estudios o desplazamientos laborales dentro del espacio europeo. Pero antes de hacer la maleta, hay una pregunta que puede ahorrar preocupaciones (y dinero) en caso de accidente o enfermedad: ¿tengo la Tarjeta Sanitaria Europea? Este documento gratuito puede marcar la diferencia si se necesita atención médica durante una estancia temporal en países de la Unión Europea, además de en Islandia, Liechtenstein, Noruega, Suiza y Reino Unido. ¿Qué es y qué cubre? La Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) acredita el derecho a recibir las prestaciones sanitarias que resulten necesarias desde un punto de vista médico durante una estancia temporal. La cobertura se limita a la atención que el sistema sanitario público del país de destino proporcione a sus ciudadanos, en igualdad de condiciones. Es decir, si se viaja a Italia o Alemania, el acceso a los servicios médicos será como el de cualquier residente local. Ahora bien, la TSE no es una carta blanca: no cubre tratamientos programados, traslados de residencia, ni viajes con el único objetivo de recibir atención médica. Para casos excepcionales como tratamientos por enfermedades crónicas —diálisis, oxigenoterapia, quimioterapia, etc.— es necesario un acuerdo previo entre el asegurado y la unidad sanitaria del país al que se viaja. Además, no se incluye la asistencia en países como Andorra, que requieren un certificado específico (E-AND-111), disponible a través de la web de la Seguridad Social. Cómo conseguirla El proceso para obtener la TSE está bastante automatizado y puede realizarse de varias formas: por Internet, identificándose mediante Cl@ve, certificado electrónico o incluso vía SMS si el número está registrado en la base de datos de la Seguridad Social. También puede solicitarse en persona en los Centros de Atención e Información (CAISS), o llamando a los teléfonos habilitados por el Instituto Nacional de la Seguridad Social. Si la tarjeta no se emite a tiempo o el viaje es inminente, se puede pedir el Certificado Provisional Sustitutorio (CPS), que ofrece la misma cobertura durante 90 días. Una vez emitida, la tarjeta se envía por correo al domicilio indicado y suele tardar unos cinco días en llegar. Tiene una validez general de dos años, aunque en algunos colectivos como el de pensionistas puede extenderse hasta cuatro. En cualquier caso, la vigencia de la tarjeta no garantiza por sí sola el derecho a asistencia sanitaria: si el titular pierde la condición que dio origen a ese derecho, los gastos generados podrían considerarse indebidos y ser reclamados. A tener en cuenta Conviene tener en cuenta que, aunque la TSE garantiza el acceso al sistema público de salud del país de destino, eso no implica gratuidad total. En muchos países europeos, los ciudadanos deben asumir una parte del coste de medicamentos, consultas o ingresos hospitalarios. El titular de la tarjeta tendrá que pagar lo mismo que pagaría un residente en ese país, sin posibilidad de reembolso posterior. Por ello, es recomendable informarse bien antes de viajar sobre las condiciones sanitarias de cada destino. Otro aspecto importante es que cada persona debe llevar su propia tarjeta. No se emite de forma automática para los familiares a cargo, por lo que si viajan menores, hijos o personas dependientes, hay que realizar una solicitud para cada beneficiario. Además, si se han cambiado recientemente el domicilio o los datos personales, es imprescindible actualizarlos para evitar demoras o errores en el envío. La Tarjeta Sanitaria Europea sigue siendo un recurso muy útil, pero no sustituye a un seguro de viaje completo. Los servicios de repatriación o la atención privada, por ejemplo, no están incluidos. Como recuerda la propia Seguridad Social, antes de cualquier viaje conviene verificar la validez de la TSE, sus limitaciones, y, si es necesario, reforzar la cobertura con un seguro adicional. En materia de salud, más vale planificar que improvisar.
eldiario
hace alrededor de 10 horas
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