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Trump condena a la economía global a más inflación, menos crecimiento y mucha incertidumbre

Trump condena a la economía global a más inflación, menos crecimiento y mucha incertidumbre
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado una patada al tablero comercial mundial que ya ha provocado pérdidas milmillonarias en bolsa, una caída del dólar y que ha hecho saltar todas las alarmas en la UE y en EspañaLa supuesta fórmula que se ha inventado Trump para sus aranceles: “Es un cálculo de lo más burdo” “Para los estadounidenses no es el día de la liberación, sino el día de la inflación”, señaló este jueves el ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck. El repunte de las subidas de los precios es una de las principales consecuencias de la guerra comercial total escalada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con su agresiva política de aranceles. Pero esta amenaza no es solo para los consumidores de la primera potencia mundial, también para el resto de países, incluida la Unión Europea (UE) y España. La inflación tampoco es el único riesgo que afronta la economía global. La patada que Donald Trump ha dado al tablero comercial mundial ya ha provocado pérdidas milmillonarias en bolsa, una caída del dólar y ha hecho saltar todas las alarmas de recesión y de destrucción de puestos de trabajo por el golpe directo de los aranceles a las exportaciones y el daño indirecto a la actividad en general, empezando por Estados Unidos y pasando por Alemania, Francia, Italia y nuestro país. “Un mundo en el limbo”, tituló S&P Global su último ejercicio de previsiones económicas hace solo unos días. La incertidumbre “extrema” —como la califica el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá— es la tercera consecuencia irremediable de la guerra comercial. Muchos sectores y empresas y también los gobiernos y otras instituciones como los bancos centrales están obligados a reevaluar sus decisiones, buscar nuevos clientes o trasladar la producción; a diseñar ayudas como los anunciados ya por el Ejecutivo de España; o a repensar políticas como las bajadas de los tipos de interés de los últimos meses, respectivamente. Los aranceles y la inflación “Los aranceles 'recíprocos' [según la retórica de que Estados Unidos sufre un trato injusto de sus socios y adversarios] son una parte importante de la razón por la que los estadounidenses votaron por el presidente Trump: fueron una piedra angular de su campaña desde el principio”, señala el comunicado de este miércoles en que la Casa Blanca anunció los aranceles al resto del mundo [del 20% al conjunto de la UE]. “Todos sabían que él presionaría para lograrlos una vez que regresara al cargo; es exactamente lo que prometió y es una razón clave por la que ganó las elecciones. Estos aranceles son fundamentales para el plan del presidente Trump de revertir el daño económico dejado por el presidente Biden y poner a Estados Unidos en el camino hacia una nueva era dorada”, continúa este documento. Lo que Donald Trump no puede esconder que es que los aranceles encarecen directamente las importaciones en Estados Unidos. Por tanto, elevan los costes de las empresas y, en última instancia, se traslada a los precios que pagan los consumidores, las familias, también sus votantes. El supuesto objetivo de fondo de Donald Trump de relocalizar las distintas industrias y dejar de depender de bienes y servicios del exterior implica cambios profundos en sistemas de producción y cadenas de valor que recorren todo el mundo y que, en ningún caso son inmediatos, ni indoloros. La primera prueba del daño autoinfligido por Estados Unidos con los aranceles está en el corazón de los mercados financieros, en Wall Street, donde el rojo con el que se identifica las ventas de acciones y las pérdidas se ha extendido por todas las pantallas. En el gráfico se pueden observar las pérdidas milmillonarias de las empresas más capitalizadas de Estados Unidos, las grandes tecnológicas. Los inversores están deshaciéndose de sus acciones en masa porque el negocio de Apple podría sufrir las consecuencias de los aranceles de Donald Trump —mayores costes, caída de las ventas si otros mercados responden con más aranceles...—, porque Alphabet (Google) o Microsoft podrían sufrir represalias regulatorias o impuestos específicos sobre sus beneficios o porque se podría poner en cuestión la posición dominante de Amazon en muchos países. Otros símbolos empresariales de Estados Unidos, como Nike, que fabrica la mayor de sus productos en Asia están directamente amenazadas y sus acciones se han desplomado en las últimas horas, aunque la Casa Blanca insiste en que “los aranceles funcionan”, y defiende que benefician “los trabajadores” del país. “Los estudios han demostrado repetidamente que los aranceles pueden ser una herramienta eficaz para reducir o eliminar las amenazas que perjudican la seguridad nacional de Estados Unidos y alcanzar objetivos económicos y estratégicos”, dice su comunicado de este miércoles. El VIX o índice del 'miedo', que mide la volatilidad del S&P 500 —el principal selectivo de Wall Street (reúne a las 500 empresas cotizadas más grandes de Estados Unidos)—, sirve para identificar los picos de incertidumbre de las últimas semanas. Lo mismo que ocurre con la brusca caída de la rentabilidad (el tipo de interés) que ofrece la deuda de Estados Unidos en el mercado secundario, como reflejo de las compras de este activo 'seguro' o 'refugio' (en la jerga financiera) ante los riesgos que afrontan la mayoría de empresas del país. En la UE, el primer golpe es a las exportaciones a la primera potencia mundial. Por ejemplo, la Cámara de Comercio de España adelantó este jueves que los aranceles reducirán cerca de un 15% las exportaciones de nuestro país. Este daño es mucho mayor para Alemania o Italia.

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